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HIMNO II

Considerado ya por Wilamowitz (Sitzb. Ak. Berl. 14 [1907], 284) como una variación o continuación del precedente, el Himno II se distingue por el orden en el encadenamiento de las ideas frente al entusiasmo desbordante del I (cf. ed. LACOMBRADE , pág. 42).

Tras la invocación inicial y la petición de silencio a todo el cosmos (cf. H. I 72 ss. y II 28 ss.), en la parte central se ensalza, primero, a Dios, uno y trino (vv. 60 - 140), y, seguidamente, al Verbo, «gloriosa progenie» (vv. 141 - 226). La plegaria al «Padre incognoscible, inexpresable», cierra el himno.

Sin duda estamos ante la obra de Sinesio ya obispo. Esta datación tardía la prueba, entre otros datos, la profesión de fe trinitaria del poeta (según los dogmas de Nicea), expresada sin la «extrema timidez» del Himno I (cf. ed. LACOMBRADE , pág. 44). También los términos empleados por Sinesio insisten en lo mismo (lógos o hyiós para referirse a la segunda hipóstasis: cf. vv. 130, 135, 221, y n. 14).

Métrica: monómetro anapéstico (cf. H. I).

A ti al amanecer, a ti al avanzar la mañana, a ti al [5] mediodía, a ti al acabar la sacra jornada y por la noche muy divina, te canto, Progenitor, médico 1 de las almas , médico de los cuerpos, dador de sabiduría, que alejas las [10] enfermedades, que das a las almas una existencia sin penas, no agobiada por la inquietud terrenal, madre de [15] pesares, madre de las pasiones, de las cuales permanezca pura mi vida, a fin de que, en un himno sin mezcla 2 , pueda yo ocuparme de la oculta raíz de todas las cosas [20] y no me aleje de Dios por causa de ofuscaciones disuasoras 3 . A ti, bienaventurado, te canto, príncipe del universo. [25]

Que la tierra guarde silencio ante estos himnos a ti 4 , ante estas plegarias a ti; que calle todo cuanto el universo [30] contiene, pues obra tuya es, Padre. Cese el zumbido de los vientos, el murmurio de los árboles, el estruendo de las [35] aves; que el éter calmoso, que el aire calmoso oiga este [40] canto; que la corriente de las aguas sin ruido ya se detenga sobre la tierra. Que quienes impiden los himnos santos, [45] esos demonios gozosos de los escondrijos abismales y habitantes de las tumbas 5 , se den ya a la fuga ante mi [50] piadosa plegaria; y que los buenos bienaventurados, ministros del Progenitor intelectual, cuantos tienen como posesión las profundidades y las alturas del universo, escuchen [55] propicios estos himnos al Padre y propicios eleven mis súplicas.

[60] ¡Oh, Unidad de las unidades 6 !, ¡oh, Padre de los padres, principio de los principios 7 , fuente de las fuentes, [65] raíz de las raíces, bien de los bienes, astro de los astros, mundo de los mundos, idea de las ideas 8 , abismo de belleza, [70] semilla oculta, Padre de las eternidades 9 , Padre de los inefables mundos intelectuales, desde donde se destila [75] el soplo inmortal que, flotando sobre el peso de los cuerpos 10 , enciende ya un segundo universo! Te canto, bienaventurado, [80] un himno por medio de mi voz; te canto, bienaventurado, un himno también por medio de mi silencio, pues cuanto percibes de mi voz, todo eso también lo [85] percibes de mi silencio intelectual.

Canto un himno al Hijo, el primogénito 11 y luz primordial. [90] Hijo gloriosísimo de un Padre inefable, a ti, bienaventurado, a la vez que al gran Padre, te canto un [95] himno y también al alumbramiento, después de ti 12 , del Padre, Voluntad fecunda, principio intermedio 13 , Espiración Santa 14 , centro del Progenitor, centro del Hijo. Ella misma es la madre, ella misma la hermana, ella [100] misma la hija 15 , la que dio a luz a la raíz oculta. Pues [105] para que el Padre se efundiera en el Hijo, esta misma efusión encontró su germen 16 : se colocó en medio, Dios [110] procedente de Dios a través de Dios Hijo y, a través de esta gloriosa efusión del Padre inmortal, el Hijo encontró [115] su germen.

Eres Unidad, siendo Trinidad, Unidad que permanece, sí, y eres Trinidad también 17 . Esta división intelectual [120] mantiene inseparable ya lo partido: aun habiendo brotado de él, permanece la Progenie en su Progenitor y, a su vez, [125] desde fuera dirige las cosas del Padre, haciendo bajar a este mundo la felicidad de esa vida de donde la obtiene él mismo, el Verbo 18 a quien canto mi himno a la vez [130] que al gran Padre. El Intelecto del Padre inefable te crea 19 [135] y tú, concebido, eres el Verbo de tu Progenitor, el primero que brota de la raíz primera, la raíz de todo lo posterior [140] a tu gloriosa generación. La Unidad inefable, la semilla de todas las cosas, te sembró a ti, semilla de todas las [145] cosas. Pues tú estás en todas las cosas y a través de ti la naturaleza suprema, la intermedia y la ínfima 20 se beneficiaron de los buenos dones de tu Padre, de la vida fecunda. [150] Para ti la esfera perenne gira en su infatigable revolución; [155] bajo tu mandato la septena de los astros ejecuta su danza opuesta a las vigorosas rotaciones de la gran bóveda 21 ; [160] muchos luminares embellecen un único repliegue 22 [165] del universo por voluntad tuya, Hijo gloriosísimo. Tú, pues, al recorrer la bóveda celestial, mantienes incesante el curso de las eternidades y bajo tus sagradas disposiciones, [170] bienaventurado, se apacienta en los confines del éter, profundo sin límites, el rebaño de los blanquecinos astros. [175] Tú a los del cielo, tú a los del aire, tú a los de la tierra y a los de debajo de la tierra les repartes sus trabajos [180] y les distribuyes la vida. Tú eres el soberano y el dispensador del intelecto para los dioses y para cuantos mortales embebieron las lluvia de la porción intelectual 23 . Tú eres el que das el alma a aquellos cuya vida y naturaleza [185] están sujetas del alma en incansable tensión. El germen ciego del alma cuelga de tu cadena 24 y cuantos [190] están privados de todo soplo recogen de tu seno la cohesión hecha porvenir, por medio de tu poder, del inefable [195] seno paterno, de la Unidad oculta, desde donde el canal [200] manadero de la vida 25 es llevado hasta la tierra, por medio de tu poder, a través de los universos intelectuales [205] sin límites. De allí descendida, el mundo visible recibe la fuente de los bienes, imagen del intelectual 26 . Obtuvo [210] aquél un segundo sol 27 , creador de mirada brillante de [215] una luz de tardío resplandor, custodio de la materia que [220] nace y de la que muere, hijo del intelectual, arquetipo de lo sensible 28 , procura de bienes surgidos en el mundo por voluntad tuya, Progenie gloriosísima. [225]

Padre incognoscible, Padre inexpresable, incognoscible por el intelecto, inexpresable en palabras, eres el Intelecto [230] de los intelectos, el alma de las almas, eres la naturaleza de las naturalezas. Ante ti doblo mi rodilla: míralo, me [235] postro en tierra yo, tu siervo, tu ciego suplicante. Tú, dador de la luz, de la luz intelectual, apiádate, bienaventurado, de mi alma suplicante: aparta las enfermedades, aparta [240] [245] las cuitas devoradoras de almas, aparta al indigno perro infernal, demonio terreno, de mi alma, de mi plegaria, de [250] mi vida, de mis obras 29 . Que fuera de mi cuerpo, fuera de mi espíritu, fuera de todo lo nuestro se mantenga este [255] demonio. Que me deje, que huya de mí este demonio de la materia, salvaguarda de las pasiones, el que obstaculiza [260] el camino de la elevación, el que refrena mi impulso en busca de Dios. Dame, Señor, como amigo, como compañero, [265] al santo ángel 30 del santo poder, al ángel de la [270] plegaria de divino fulgurar, querido bienhechor, custodio del alma, custodio de la vida, guardián de mis súplicas, [275] guardián de mis obras. Mi cuerpo, que lo preserve puro de enfermedades; mi espíritu, que lo preserve puro de corrupción; [280] a mi alma, que le procure el olvido de las pasiones, para que, en esta vida mía, crianza de la tierra, [285] se alimente con los himnos a ti el ala de mi alma, y para que, en la vida posterior a la parca y al peso de las cadenas [290] terrenales, pura de materia, recorra el camino hacia tu morada, hacia tu seno, de donde mana la fuente del alma. [295] Tú dame la mano, tú llámame, tú, bienaventurado, haz elevarse de la materia a mi alma suplicante.

Himnos. Tratados.

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