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Entre brujas y lobos: el uso de cuentos de hadas en psicoterapia de grupo con niños
ОглавлениеEl artículo de Cambruzzi y Schneider (2014) presenta un dispositivo terapéutico grupal enmarcado en el CAISME (Centro de Atención Integral en Salud Mental) de la ciudad de Caxias do Sul, Brasil. En cuanto a los participantes de los grupos, fueron elegidos cuatro niños de entre 6 y 9 años, que formaban parte de una lista de espera para atención psicológica individual en ese Centro. Los cuatro niños tenían motivos de consulta variados, entre los que se destacan: agitación, hiperactividad, ansiedad, agresividad, falta de interés en ir a la escuela, duelo por pérdida del padre.
El recorrido del dispositivo fue el siguiente: aprobación de la investigación por el Comité de Ética; entrevista inicial con padres; evaluación psicológica mediante el Test de Fábulas (Cunha y Nunes, 1993) y el Test HTP (Buck, 2003); diez encuentros en los que se basa la investigación (aunque las autoras aclaran que la intervención continuó); realización de los mismos test presentados al principio de la investigación; y por último, devolución de lo observado y analizado a los padres y a la institución.
Cada encuentro tuvo la duración de una hora y fue dividido en tres etapas: lectura del cuento (realizado por el terapeuta), dibujo y juego libre, facilitado por juguetes estructurados (soldaditos, animales, autos, etc.) y juguetes no estructurados (piezas de madera de diversas formas, juegos de encastrar de plástico, etc.). La elección del cuento corría por cuenta de los niños en cada encuentro, dentro de una gama de 16 cuentos previamente seleccionados por los terapeutas en función de las entrevistas iniciales.
Los cuentos elegidos, en orden del primero al décimo, fueron: Caperucita Roja, Rapunzel, La Bella y la Bestia, Patito Feo, Peter Pan, Pinocho, Los Tres Chanchitos, La Cenicienta, Blancanieves y los siete enanitos y Jack y las habichuelas mágicas. Todos ellos entran en la categoría de cuentos de hadas.
Las autoras resaltan la capacidad de los cuentos de hadas para ofrecer contenidos simbólicos, metáforas útiles para la vida de los sujetos y “mensajes interpretados como una moral” (Cambruzzi y Schneider, 2014, p. 38), enseñando al niño que es inevitable para el ser humano hallarse frente a dificultades en la vida. Afirman que estas metáforas ayudan al sujeto a realizar cambios subjetivos durante el curso de la terapia, cuando a veces solamente por el recurso del habla no se logra.
Por otra parte, caracterizan a los cuentos de hadas como ricos en representaciones arcaicas del psiquismo humano, como por ejemplo la fantasía de devoración o el sentimiento de rechazo o vacío, representaciones que permanecen a un nivel inconsciente en el aparato psíquico humano. De esta forma, apoyándose en Bettelheim (1994) y Gutfreind (2010), las autoras afirman que estas representaciones del conflicto ofrecidas metafóricamente por el cuento “ayudan al niño a lidiar con el miedo de ‘aquello que no tiene nombre’, pasando a nombrar un interlocutor (bruja, lobo malo, madrastra, hechicero) que va a contribuir para contener ese miedo” (Cambruzzi y Schneider, 2014, p. 3).
Por último, las autoras afirman que
fue posible concluir que el Grupo de Cuento de Hadas posibilitó una mejora en las quejas iniciales de cada niño, fundamentalmente en quienes presentaban especialmente agresividad y ansiedad, contribuyendo en el desarrollo de los procesos de simbolización. Se observa que eso se dio a través de la presencia de los cuentos como mediador de ese proceso, como también de la utilización del dibujo como herramienta terapéutica y del jugar como posibilidad de elaboración. (Cambruzzi y Schneider, 2014, p. 48)