Читать книгу Comentario al texto hebreo del Antiguo Testamento - Profetas Menores - C. F. Keil - Страница 90
12, 3-6 (=12, 4-7)
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3 En el seno materno tomó por el calcañar a su hermano, y con su poder venció al ángel (a Dios). 4 Luchó con el ángel y prevaleció; lloró y le rogó; lo halló en Betel, y allí habló con nosotros. 5 Mas Yahvé es Dios de los ejércitos: ¡Yahvé es su nombre (su recuerdo)! 6 Tú, pues, vuélvete a tu Dios; guarda misericordia y juicio, y en tu Dios confía siempre.
12, 3. El nombre de Jacob, que se refiere al mismo patriarca en Os 12, 3, forma el lazo de unión entre Os 12, 2 y 12, 3. Los israelitas, como descendientes de Jacob, debían imitar el ejemplo de su antepasado. El mismo Jacob que se esforzó por conseguir la primogenitura, y que batalló con el mismo Dios, al que venció con oración y súplica, es tipo y garantía de salvación para las tribus de Israel que llevan su nombre24.
bq:å[', verbo denominativo, de עקב, significa agarrar por el calcañar, como en Gen 25, 26, אחז בּעקב, texto que el profeta tiene en mente, no superar o pasar por delante, como en Gen 27, 36; Jer 9, 3. Por lo que se refiere a la lucha con Dios, mencionada en la segunda parte de este verso, ella muestra de modo indudable que la conducta de Jacob no se expone aquí ante el pueblo en forma de amenaza, en línea de engaño o astucia suprema, como Umbreit y Hitzig suponen, sino que aparece ante ellos como objeto de imitación, como fuerte exigencia de reproducir (actualizar) el derecho de primogenitura y las bendiciones conectadas con ella.
Esto muestra, al mismo tiempo, que el hecho de agarrar a su hermano por el calcañar en el vientre de la madre, se cita aquí no solo como prueba de elección, sino también como expresión de fidelidad a Dios y de esfuerzo del pueblo. Ciertamente, en el fondo del texto hay un elemento de elección, “pues cuando Jacob se hallaba todavía en el vientre de su madre él actuó no solo por su propia fuerza, sino también por la misericordia de Dios, que conoce y quiere a quienes él ha predestinado” (Jerónimo).
12, 4. בּאונו, con su poder varonil (cf. Gen 49, 3), él lucho con Dios (Gen 32, 25-29). Este conflicto (sobre cuyo significado en relación con la vida espiritual de Dios, puede verse la discusión en Comentario a Génesis), ha sido descrito de un modo más preciso en Os 12, 4, como algo que los israelitas deben imitar.
מלאך es el ángel de Yahvé, el revelador del Dios invisible (cf. Comentario a Génesis, pp. 158 ss.). ויּכל está tomado de Gen 32, 29. La frase explicativa “lloró y le rogó” (cf. Gen 32, 27) presenta la naturaleza del conflicto, que tuvo como fondo la oración, y con ella venció Jacob.
Estas son también las armas con las que deben luchar los israelitas, siempre que ellos así lo quieran. El fruto de la victoria fue que él (Jacob) encontró a Dios en Betel. Esto no se refiere a la aparición de Dios en Betel, cuando Jacob huía hacia Mesopotamia (Gen 28, 11), sino al hecho recordado en Gen 35, 9, cuando Dios confirmó el nombre del patriarca y le llamó Israel, renovando las promesas de su bendición.
Y el profeta continúa diciendo “y allí Dios habló con nosotros”, no en el sentido en que sigue hablando ahora, condenando por sus profetas la idolatría de Betel (Am 5, 4-5), como supone Kimchi; al contrario, el imperfecto ידבּר corresponde a ימצאנּוּ, “él habló allí con nosotros a través de Jacob”, lo que significa que lo él dijo a Jacob se aplica ahora a nosotros25.
12, 5 ofrece la explicación de lo anterior, cuando pone de relieve el nombre con el que Dios se reveló a Moisés, cuando le llamó por primera vez (Ex 3, 15), es decir, cuando le dio a conocer su verdadera naturaleza. La frase Ar*k.zI hw"ßhy>, Yehōvâh zikhrō, está tomada literalmente de זה זכרי לדר דּר; pero en Éxodo ese Dios se define como “el Dios de Abrahán, Isaac y Jacob”, mientras que aquí aparece como “el Señor de los ejércitos”, pues eso es lo que está implicado en Ar*k.zI hw"ßhy>, Yahvé es su recuerdo (en su recuerdo). Esta diferencia debe ser pensada.
En el tiempo de Moisés, los israelitas solo podían poner su confianza en la llamada divina de Moisés, como aquel que les había liberado de la esclavitud de Egipto, sabiendo que aquel que les había llamado era el mismo Dios que se había manifestado a los patriarcas como Dios de salvación. Pero en los tiempos de Oseas, la confianza de los israelitas se fundaba ya en el hecho de que Yahvé se había mostrado como el Dios de los ejércitos, es decir, aquel que dirigía todos los ejércitos del cielo, visibles e invisibles, dirigiendo con su omnipotencia absoluta las cosas del cielo igual que las de la tierra (cf. 1 Sam 1, 3).
A este Dios debe volver ahora Israel. שׁוּב con waw es una expresión pregnante, como en Is 10, 22: “volverse” en el sentido de entrar en relación vital con Dios” (convertirse verdaderamente). Las dos siguientes frases, como muestra la omisión de la cópula delante de ds,x,Û y el cambio en el tiempo, han de tomarse como explicación de תּשׁוּב.
La conversión ha de expresarse en la práctica de amor y de justicia hacia el prójimo, y en la confianza constante en Dios. Pero Israel se encuentra ahora muy lejos de eso. Este pensamiento abre el camino para la siguiente estrofa (Os 12, 8-15, hebreo), que comienza de nuevo con la manifestación de la apostasía del pueblo.