Читать книгу Técnica de la Argumentación Jurídica - Concha Calonje Velázquez - Страница 16

La argumentación del abogado se vale de la palabra para formular el contenido de sus alegaciones, y de la estructura de la comunicación para proponer y argumentar las valoraciones de los hechos y así, enfrentarse a la otra parte. El abogado adapta lo que ha pensado (res) a una acción comunicativa (verba), estableciendo una dualidad interrelacional entre ambos. De manera que la comunicación que lleva a cabo con su cliente cuando está preparando el caso será diferente a la que utilice cuando está ante su oponente o ante el juez. Yo suelo emplear la expresión «equivocar los discursos» cuando quiero explicar que un abogado no puede debatir, literalmente hablando, con su cliente acerca del caso cuando tiene que estar dialogando, o que no debe intentar «dialogar» con el juez cuando tiene que debatir con la contraparte.

La comunicación actúa de medio o vía para la argumentación poniendo a su disposición la «estructura» de sus tres discursos o acciones comunicativas: el discurso, el diálogo y el debate. Siendo la argumentación el «contenido» intelectual que le da significado.

El hecho de que el abogado conozca las diferencias de cada una de estas acciones de comunicación le va a permitir regular sus intervenciones y repetirlas a voluntad sin tener que elaborarlas en cada ocasión. Con el dominio de las reglas y procesos de cada una de ellas, la relatividad de valorar acerca de un mismo hecho dejará de ser algo azaroso o sujeto a la voluntad subjetiva, al interés personal, la violencia, la irracionalidad o el absurdo.