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8. Miércoles 22 de agosto de 2046

Sin haber resuelto el tema de cómo conseguir el dinero para la investigación, obtuve una entrevista nada formal en la capital con una persona que fue parte de la federación de futbol de mi país y, posteriormente, de la CONCACAF. En algún momento, dicha persona fue parte de los dueños de los equipos de la liga nacional, y él comandaba el de mi ciudad. Fue por eso que tuvimos contacto, y charlamos en múltiples ocasiones mientras se desempeñaba en ese puesto. Más adelante, y gracias a su habilidad para las finanzas, y para sostener contactos con empresarios y obtener patrocinios, fue invitado a formar parte de la federación del país y, finalmente, de la confederación de nuestra zona. Su nombre: Martín Montemayor.

—¿El mismo Daniel Padilla? ¿Cómo estás hermano? Qué gusto verte por acá —me saludó.

—Estimado señor Montemayor, tanto tiempo sin vernos, desde que dejó abandonada nuestra hermosa ciudad y al mejor equipo de futbol del país.

—Nada de eso, para mí siempre será la ciudad a la que tarde o temprano volveré a pasar mi última etapa de vida, pero, por lo pronto, la confederación me necesita, y mientras uno sea útil, debemos de aprovechar.

—Ya lo creo, señor.

—Y dime, ¿a qué debo el honor?

—Me gustaría platicar con usted un tema en específico relacionado al Torneo Mundial de Ligas de Futbol —le comenté.

—Si tengo la respuesta, con todo gusto te contesto.

—Me intriga, señor, el tema de la tecnología e infraestructura en nuestro país y en nuestros estadios, de forma específica. Con esta noticia sobre las transmisiones en tiempo real y hologramas en los estadios, con lo cual no estoy muy familiarizado. Me gustaría, primero que nada, entender quién pagará dicha infraestructura y tecnología, cómo se realizará, son proveedores locales o la CONCACAF los seleccionará, o ya está seleccionado, será cada confederación o será por país…

—Dany, Dany, Dany, con calma. Entiendo tus inquietudes, pero vamos paso a paso, tengo algo de tiempo.

—Discúlpeme, señor. Lo tengo en la cabeza desde hace tiempo, que no quiero pasar por alto alguna pregunta, pero iniciemos. De acuerdo al comunicado de la CONCACAF, cada proveedor seleccionado será el responsable de proveer la infraestructura y tecnología, ¿es correcto?

—Correcto y no. Cada confederación pagará por todo lo requerido para que se puedan realizar dichas transmisiones, pero lo que no estoy seguro es si nosotros podremos elegir al proveedor, por una razón muy sencilla, no conocemos proveedores para poder realizar lo que prometieron.

—De acuerdo, ¿entonces la misma CONCACAF es quien seleccionará el proveedor?

—No, entiendo que nos darán opciones a todas las confederaciones para nosotros realizar las negociaciones y elegir alguno.

—Entiendo. Creo que tuve que iniciar con esta pregunta. ¿Sabe si la confederación a la que pertenecemos ya vio funcionar lo que se pretende realizar para este evento?

—Buena pregunta. Nuestro presidente de la CONCACAF estuvo presente en una de las demostraciones, y lo que nos transmitió fue simplemente magia. Nos relató cómo en un estadio se estaba jugando un partido para dichos fines, y en otro estaban viendo precisamente las mismas figuras realizando los mismos movimientos exactamente al mismo tiempo, del mismo tamaño, y con la misma nitidez que el partido real. Por supuesto que nos compartió diferencias evidentes entre uno y otro, como la cantidad de luz que se debe de tener en el partido real, que es todo lo contrario a la que deben de tener en donde están los hologramas, por poner un ejemplo.

—Parece genial, mientras usted lo relataba, yo iba imaginando lo impactante que será para el mundo del futbol.

—Lo es, y lo veremos dentro de muy poco.

Platicamos por, aproximadamente, una hora, y terminé conforme con dicha entrevista. Sin duda, quedé más emocionado de lo que estaba con este nuevo torneo, y ahora no nada más por ver a aquellos equipos plagados de figuras, sino que, además, por ver este nuevo concepto de transmisión que, seguramente, será el parteaguas no nada más para el futbol, sino para cualquier espectáculo.

Algunas de mis preguntas no fueron del todo contestadas porque ni el mismo Martín las sabía, pero me comentó que el próximo día 25 de agosto, una semana antes de la selección de la sede para el torneo, tendría una videollamada con las personas de todas las confederaciones para afinar detalles respecto a este y muchos otros temas, por lo que lo comprometí a que, la siguiente semana, tuviéramos una llamada de unos veinte minutos para que quedaran resueltas mis dudas, si es que ya tenía las respuestas, y él aceptó.

2048: El juego final

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