Читать книгу 2048: El juego final - Guillermo A. González - Страница 9
Оглавление5. Miércoles 1 de agosto de 2046
Me presenté a las 7:50 p. m. en el restaurante en donde solíamos sostener interminables charlas relacionadas con el futbol, en las que Édgar, además, siempre me prevenía de los peligros en los que me metía cuando realizaba mis investigaciones, ya que él tenía muchos contactos y conocía a muchas personas dentro de las televisoras, prensa escrita y hasta política. En esa ocasión sabía que no iba a ser la excepción cuando le presentara mi propuesta.
—Mi querido Dany, ¿cómo estás? Disculpa el retraso, el tráfico de esta ciudad está cada vez peor —me saludó.
—Qué gusto me da verte fuera de esa horrible oficina, Édgar. Normalmente, cuando voy, siento que no puedo platicar como tu amigo, ya que le tengo que hablar al directivo de deportes de la cadena —le contesté.
Departimos la cena platicando de anécdotas que habíamos vivido hace algunos ayeres, recordando personas que, en algún momento, se habían cruzado en nuestro camino, trabajos que realizamos juntos, viajes de trabajo en los que coincidimos en otros países, además de compartir actualizaciones de nuestra vida y planes a futuro. Después de aproximadamente dos horas, Édgar apuntó:
—Soy todo oídos, mi querido amigo, vamos directamente a tu propuesta de trabajo. Sorpréndeme, para bien o para mal, como lo sueles hacer —bromeó, recargándose en su silla y cruzando sus brazos.
—Gracia Édgar. Como bien me lo comentaste hace dos días que nos vimos, existe mucha incertidumbre en relación con este nuevo torneo y hay muchas preguntas abiertas que, seguramente, poco a poco serán respondidas. El tema aquí es que, esas cuestiones, a mí no me gusta responderlas, son demasiado sencillas y, si preguntas directamente a la persona adecuada ¿cómo se definirán las eliminatorias en cada país? o ¿cuáles son los motivos para tener otro torneo mundial además de la Copa del Mundo? Sin duda serán respondidas y listo, pero…
—Dispara —me interrumpió.
—Yo voy más allá. Yo quiero investigar cuál es la necesidad de tener este torneo, en qué parte dejó de caer dinero para motivar a crear otro. Quiero saber cuál es la motivación de Asia, África, Oceanía y CONCACAF para estar a favor de esto, ¿qué ganarán ellos? Sabes que este tipo de decisiones llevan algo más que buenas intenciones, y lo menos que creo que sea la prioridad para la CONCACAF y sus confederaciones es llevar espectáculo a la gente.
—Sabía que lo harías —me dijo.
—¿Qué? —le pregunté.
—Sorprenderme con tus cuestionamientos fuera de lo común, pero mira que esto lo has llevado lejos. ¿Por qué no pensar que será una gran oportunidad para todas las ligas del mundo de demostrar cuál es la mejor y, con esto, llevar un gran espectáculo que, por consecuencia, llevará algunos millones de dólares al molino de la CONCACAF y sus confederaciones?
—Justo lo que comentas es lo que han dado a conocer, y se me hace muy interesante, pero sé que hay algo más en todo esto, y eso es lo que te propongo, el que me destines algunos recursos para darte esa nota, la otra, la que nadie busca.
—Dany, sabes que te respeto y confío en tu trabajo, pero, en realidad, ¿qué tipo de nota quieres buscar? —me cuestionó.
—Busco la raíz, la verdad de este nuevo torneo, lo que motivó a realizarlo, quiero comunicar a la gente como si yo hubiera estado presente desde la primera reunión de las confederaciones y hasta la última, y si me encuentro con que todo es para darle otra alternativa a la afición del futbol, entonces eso es lo que comunicaré y los pondré a todos en un pedestal, pero si existió basura, basura saldrá.
—No cambias amigo. Te hago una pregunta: ¿por qué si hasta ahora, con todas tus investigaciones realizadas, y que la gran mayoría no han sido transmitidas, insistes en buscar este tipo de cosas? No tiene sentido para mí, tendrías muchísimo más reconocimiento y dinero si todo ese talento lo dirigieras a temas menos rebuscados, complicados y peligrosos. ¿Qué te motiva?
—Nada, simplemente…
—Lo otro te aburre, ya sé, ya sé, me lo has repetido una y mil veces.
—Correcto, amigo, no es lo mío repetir lo que todo mundo ve y escucha. Es como estar en las noches viendo un programa en donde pasan los resúmenes del futbol del fin de semana. Tenemos múltiples opciones para verlos, ¿y sabes por qué las personas eligen uno u otro?
—Claro, es una combinación entre el talento de quienes dan las notas, los derechos de las imágenes que puedes proyectar, el atractivo visual, y hasta la sección de comedia. Faltaba más, es a lo que me dedico.
—Yo no creo eso. Yo creo que elegimos a la cadena en donde lo vemos tomando en cuenta quiénes te caen menos mal de todos, eso es todo. De todo lo demás, para mí es lo mismo. Todos los «talentos» creen que saben de futbol y se pelean entre ellos. Las imágenes las puedes ver en cualquier red social; el atractivo visual es exactamente lo mismo, nada más con diferente nombre; y en comedia… qué te digo, si no es Copa Mundial o Juegos Olímpicos en donde invierten un poco más, a la gente le da igual. Que, por cierto, muchas veces nos confundimos los espectadores y no sabemos, cuando pelean entre especialistas, si ya inició la sección de comedia.
—Ja, ja, ja —soltó una carcajada—. Como te repito, no cambias. Pero bueno, sabes que haré todo lo posible por conseguirte los recursos que requieres.
En ese momento finalizó mi oportunidad para conseguir lo que pretendía. Nos despedimos de manera afectuosa, y Édgar me comunicó que, en cuanto tuviera una respuesta, me la haría saber.