Читать книгу 2048: El juego final - Guillermo A. González - Страница 23
Оглавление19. Miércoles 3 de octubre de 2046
El día miércoles llegó, y con ello la tan esperada entrevista con Carolina Orendain, miembro del comité ejecutivo de la CONCACAF. Llegué diez minutos antes de la hora pactada a las instalaciones de la CONCACAF. Me recibió y fue un alivio para mí el poder comunicarme con una compatriota y poder hablar en español de nuevo. Era una mujer alta, peso medio, arriba de cuarenta de años, y se podía sentir una fuerte presencia en su voz y en su apretón de manos cuando me saludó. Siempre, al iniciar con una entrevista, me gustaba pedirle a mi entrevistado que mencionara todo su palmarés, experiencia, títulos, premios, y demás, para adularlos y que se sintieran importantes, así, en la entrevista, se mostraban mucho más relajados porque, con esto, demostraban superioridad ante mí, y por mí estaba bien.
La señora Orendain describió todos y cada uno de sus logros a través de su trayectoria dentro del futbol, primero, como presidenta de un club local de mi país, después, en la federación nacional, posteriormente, en la confederación de la región, y gracias a su impecable trabajo por varios años ahí, fue elegida para que se integrara al comité ejecutivo de la CONCACAF. Por otro lado, era dueña de un par de agencias dedicadas a la mercadotecnia en mi país, varias de ellas con clientes muy importantes en todo el mundo. Era brillante.
Una vez dicho esto, y antes de pasar al tema del nuevo Torneo Mundial de Ligas de Futbol, la señora Orendain me pidió conversar y contestar algunas preguntas que tenía sobre el futbol en nuestro país, ya que tenía mucho tiempo en Zúrich, precisamente por el tema de la novedosa justa, y quería actualizarse de otros temas para los cuales yo le podía ayudar.
Duramos aproximadamente una hora platicando, sobre todo del club que ella encabezó cuando estaba en nuestro país, así como de los últimos dos torneos y sus resultados, jugadores que habían dejado ir a otros clubes, y cuáles otros habían contratado para reforzarlo. Me preguntó sobre mi equipo y mi punto de vista de nuestra liga. Hablamos de los equipos que son manejados por televisoras, sobre la multipropiedad, los acuerdos entre los presidentes en contra de jugadores, si ellos hacen algo que afecte a algún club, y cómo se cuidan entre ellos cuando les conviene. De hecho, la señora Carolina, con tono bajo, me comentó que se sentía avergonzada sobre esto, y más porque ella había participado en algunos casos, no porque ella lo hubiera propuesto, sino porque no había tenido la fuerza, apoyo y determinación suficientes para enfrentarlos y que ciertos casos no sucedieran. Me comentó que algunas decisiones terminaron por afectar la carrera de más de un jugador para siempre, ya que, en ocasiones, no les permitían jugar en el país y tenían que salir a buscar equipo, la mayor parte de las veces, en algún país con una liga de menor nivel. Apuntó el hecho de que las decisiones importantes eran tomadas por los representantes de las televisoras que, a su vez, tenían equipos en las ligas y su grupo era tan fuerte que pocas veces podías contradecirlos. Existieron desapariciones de plazas con equipos de primera división simplemente por conveniencia. Así, un equipo que había luchado por permanecer en una plaza, al siguiente torneo decidían que ya no existiría más en ese lugar y lo pasaban a otra, sin importarles la afición que había apoyado al equipo durante toda su vida, y solo por el capricho de unos cuantos y porque, obviamente, generarían más dinero, por lo que decidían arrebatárselo con la mano en la cintura.
Todo lo anterior lo sabía, pero me causaba mucha extrañez que una directiva de tal nivel me estuviera contando esto. Normalmente, cuando se cuestiona acerca de esto a dirigentes no contestan, me piden que esas preguntas no las haga o me amenazan diciendo que, si hacía una pregunta más de ese tipo, el tiempo se me acabaría con la persona entrevistada. Supongo que sintió confianza con una persona de su país después de no tener contacto con alguna durante mucho tiempo, porque, además, todo esto me lo contaba sin yo habérselo preguntado. Para que ella se sintiera más cómoda con esta plática, yo jamás anoté algo de todo lo que me decía y le hice saber que mi intención no era tener notas de una compatriota directiva en la CONCACAF que aceptó irregularidades en común acuerdo con otros directivos cuando laboró en la federación de su país. Le comenté que mi intención era conocer aspectos del nuevo torneo y de cosas alrededor de esto.
—Claro que sí, Daniel. ¿Por dónde empezamos o cuáles son los temas que quieres que abordemos? —preguntó la señora Orendain.
—Me interesa dividir esta entrevista en dos partes. La primera, relacionada con el tema operativo para que se pueda dar el torneo con la nueva tecnología de la forma en que lo dieron a conocer. Sobre el proceso a seguir por parte de las confederaciones para seleccionar al proveedor, el tema de la instalación en los estadios, saber cuáles estadios serán designados o el cómo se realizará dicha selección, cuántos serán por país, etcétera. La segunda parte es referente al tema de la conformación de los equipos que participarán. Cuál será el proceso para mantener un orden en la compra y venta de jugadores de un equipo o de una liga a otra, el tema del inicio de las eliminatorias y su formato, entre otras cuestiones al respecto.
—Me parece muy bien. Empecemos por el tema de infraestructura y operación en los estadios. Desde hace año y medio, que fue cuando se puso sobre la mesa esta iniciativa del torneo, empezamos a tener reuniones una vez al mes, algunas veces hasta quincenales, para definir distintos aspectos y, entre ellos, estaba el tema de la tecnología. La CONCACAF directamente se encargó del tema, sobre el cómo poder transmitir los partidos de la manera que se quería. Esto no es nuevo para ellos, han estado trabajando con muchos proveedores durante muchos años hasta que, finalmente, ente los proveedores y la CONCACAF, se llegó a la conclusión de que ya tenían identificados algunos que cumplían con lo requerido. La CONCACAF nos puso en la mesa doce compañías que ya estaban avaladas por ellos para, posteriormente, evaluarlas por todo el comité ejecutivo y revisar diferentes aspectos. El principal, y más importante, era que su tecnología funcionara para la finalidad que se requería. Otro aspecto era el alcance que tiene dicho proveedor para poder atender la demanda que podría ser requerida, por lo que tendría que ser una compañía a nivel mundial. Finalmente, y no menos importante, el precio por adquirir la tecnología, la instalación en estadios, la operación, mantenimiento, etcétera.
»Después de analizar las doce propuestas, debíamos de dejar solo cinco para que fueran los proveedores base, y de ahí, cada una de las confederaciones, en conjunto con sus federaciones agremiadas, eligieran alguna de ellas para que les otorgara el servicio, ya que, finalmente, cada confederación realizará el pago correspondiente.
—Entiendo, tengo una pregunta. ¿La calidad de la tecnología puede ser diferente entre un proveedor y otro? Me refiero a que, si un proveedor es más barato, ¿significa que la tecnología no es tan buena en comparación con un proveedor más caro? Porque, entonces, lo más lógico será que las confederaciones con más dinero tendrán mejor calidad para ver los partidos en los estadios que otras confederaciones que contraten un servicio que sea más barato, ¿no?
—Excelente pregunta. La respuesta es no. Los cinco proveedores seleccionados al final tienen la misma calidad de tecnología. Lo que sí puede cambiar son los tipos o modelos de equipos o infraestructura que puedan utilizar, pero el resultado, finalmente, debe de ser, y será el mismo, para quien vea el torneo en China que para el que lo ve en Nigeria, por poner un ejemplo.
—Entiendo. Relacionado a esto último, ¿por qué seleccionar cinco proveedores y no dejar uno solo que haga todo el trabajo?
—Simplemente para dejarle a las confederaciones distintas opciones para seleccionar y no dejar a malas interpretaciones. La gente podría pensar que la CONCACAF tiene acuerdos con determinado proveedor, y son de las cosas que estamos cuidando. De hecho, los proveedores son de diferentes países y existe una firma de auditoría que revisó todo el proceso, desde que la CONCACAF llegó a la conclusión de dejar doce y después dejar únicamente cinco.
—¿Sería posible que me pudiera compartir esa lista de proveedores?
—En este momento no podría, ya que no ha sido liberada para las confederaciones, pero creo que no habrá problema, en el momento en que se les entregue, transferirte el archivo. ¿Requieres las doce o únicamente las cinco finales?
—Me sería de mucha utilidad las doce para dar el contexto que me estás platicando y describir lo transparente que fue dicho proceso.
—Hecho, no hay problema.
—Una última pregunta referente a este tema, señora Orendain. Entiendo que, una vez que una confederación seleccione a un proveedor, este será el encargado de realizar todo el proceso de instalación y operación. ¿No se está tomando en cuenta a las federaciones de cada país para que sus patrocinadores, por ejemplo, de logística o tecnología tengan algo de participación en esto?
—Fíjate que fue un tema que se debatió en múltiples ocasiones, pero se llegó a la conclusión de que no era viable. Al ser algo que nunca se ha visto en el mundo, la experiencia para todo este tema lo tiene únicamente el proveedor seleccionado.
Para este momento sentía que la entrevista iba en muy buen camino. Mucha de la información era nueva para mí. Esa lista sería la base para mi investigación sobre el tema de proveedores porque, aunque me dijera y recalcara que la selección fue transparente, en dichos temas siempre existe algún tipo de interés, y en ese tipo de cosas nunca me había equivocado.
—Muchas gracias, señora Orendain. Pasemos a la parte número dos. El tema de los jugadores, contratos, transferencias, eliminatorias y demás.
—De acuerdo. Primero, está el tema de los jugadores y sus clubes durante las eliminatorias y hasta el Torneo Mundial de Ligas de Futbol. La verdad es que en un inicio estábamos pensando en una regla que señalara que, si un jugador participaba en una eliminatoria representando a la liga de un país, no podría jugar con otra liga hasta que finalizara el torneo. Esto no quiere decir que no podría ser traspasado a un club de otra liga, claro que se podría, pero ya no tendría oportunidad de jugar representando a alguna liga en el torneo. En pocas palabras, si un jugador iniciaba representando una liga, no podría terminar representando a otra. Esta regla la tuvimos en mente durante mucho tiempo, pero no estábamos convencidos. Finalmente, optamos por desecharla y decidimos que la regla estaría limitada por jugador a dos ligas. ¿Esto qué quiere decir? Que un jugador puede iniciar las eliminatorias representando a una liga y, si después surge un traspaso a otra liga, podría participar también, pero ya no en una tercera. Entendimos que, en estos tiempos, por el tema de un nuevo torneo, no podemos detener el mercado de compra y venta de jugadores, pero si lo podemos limitar a dos ligas por lo menos. Finalmente, las eliminatorias durarán aproximadamente un año, por lo que es difícil que un jugador juegue en dos ligas diferentes en ese lapso o en una tercera cuando sea la justa, pero si existiera el caso, no podría competir.
»Siguiendo por la misma línea, referente a las eliminatorias, ya se determinó el cómo se realizarán, pero esa información no te la puedo dar, ya que la CONCACAF la dará a conocer a finales de este mes. Lo que sí te puedo decir, como adelanto, es que al inicio, y por obvias razones, se realizarán las eliminatorias en torno a cada confederación, como primera etapa, y una segunda para determinar los dieciséis equipos finales. Las dos etapas utilizarán como base una clasificación que elaboramos en donde se tendrán listadas las ligas de mayor a menor valor comercial. La intención es, como sabes, que las dieciséis ligas finales sean las de mayor hegemonía en el mundo. Hablando de esto, ¿crees, Daniel, que nuestro país tenga oportunidad de clasificar?
—Esa era mi siguiente pregunta, señora Orendain —sonreí.
—Por favor, tú primero y después te doy mi punto de vista. También a mí me sirve como termómetro para saber qué es lo que piensa la afición.
—Creo que tenemos alguna oportunidad de tomar el lugar catorce, quince o dieciséis, esa es mi expectativa. Los primeros diez, a mi entender, están apartados para las grandes potencias que todos conocemos y que, en su mayoría, son de aquí de Europa y un par de América del Sur. Los otros seis creo que serán competidos entre alguno de Asia, algún otro de África, otro de CONCACAF, y los demás de América del Sur. Va a ser muy complicado, pero bueno, entiendo que esa es la intención, a comparación de la Copa del Mundo, que este Torneo Mundial de Ligas de Futbol sea competido única y exclusivamente por los mejores, y no que se tengan equipos que se sabe, de antemano, no van a llegar muy lejos en la justa, aunque nunca falta en una competición de esta magnitud el llamado «caballo negro». ¿Qué piensa usted?
—Estoy de acuerdo contigo en su mayoría, la única diferencia es que yo creo que esos últimos lugares serán ganados por CONCACAF y CONCACAF. No le veo posibilidad a las ligas de Oceanía, África y Asia.
En ese momento, tocó la puerta la asistente de la señora Orendain y le avisó que estaba próxima otra reunión.
—Señora Orendain, le agradezco mucho su tiempo y su amabilidad al haberme regalado estas horas, entendiendo que es una persona muy ocupada. Fue un gusto de verdad. Una última cosa. ¿Cree posible que me pudiera regalar algunos contactos que conozca, que sean de su confianza y que laboren para las demás confederaciones, y así poder ver la posibilidad de tener una entrevista como esta, para que mi investigación sea más completa?
—Veré qué puedo hacer. Aproxima tu brazalete al mío para tener tu CONCACAF y poder contactarte. Finalmente, no tienes nada que agradecer, Daniel, el gusto fue mío y espero que no sea la última vez que podamos conversar de lo que más nos apasiona, que es el futbol.
Por primera vez en este viaje, después de una reunión, me sentía más que satisfecho. Fue información muy valiosa que podía ir trabajando, tanto para lo que me habían contratado, como para la investigación personal que tenía en mente.
Regresé al hotel para reunirme con David, que ya había tomado el almuerzo, y me acompañó a que hiciera lo mismo a un lugar cercano. Durante todo el tiempo que estuvimos juntos me pidió, como se estaba haciendo costumbre, que le platicara todo lo sucedido. Bromeaba diciéndome que era una forma de que yo no olvidara algún detalle y, además, él sería mi respaldo en cuestión de información almacenada. Al finalizar y regresar cada quien a su habitación, le dije que iba a tomar el resto del día para pasar a la pulsera toda la información que tenía y describir exactamente lo sucedido en la entrevista. También quería tomarme tiempo para pensar mis pasos a seguir, ya que mi siguiente entrevista pactada era en, exactamente, una semana con el departamento de comunicación de la CONCACAF. Tenía siete días que debían de ser de provecho y necesitaba tener un plan.
Después de meditarlo en mi habitación, llegué a la conclusión de que podría hacer tres cosas durante ese lapso de tiempo, siempre y cuando la señora Carolina Orendain me enviara las dos cosas que le había solicitado: la lista de los proveedores de tecnología y los contactos de las otras confederaciones. Con la primera podría iniciar mi investigación relacionada al encargo que tenía de mi país, y con la segunda podría ver la posibilidad de entrevistarme con alguna de las personas. Pensaba que, si lo recibía a la brevedad, quizá podría obtener alguna cita antes de mi siguiente entrevista. Lo más lógico era que podría hacerlo con alguna persona de la CONCACAF, ya que me encontraba en tierras europeas, o viajar a Egipto para platicar con algún contacto de la confederación africana, ya que, relativamente, no estaba lejos.
Ya entrada la noche, revisé la lista de contactos que el periódico me había entregado en donde se encontraban, en su mayoría, reporteros que colaboraban con ellos. Me había sorprendido porque la lista era muy larga y prácticamente en cualquier lugar del mundo tenían a alguna persona que les ayudara con algún reportaje o algún contacto en vivo. Cabe destacar que no necesariamente eran personas cuya especialidad eran los deportes, pero cualquier contacto siempre se agradece.
Revisé la lista y empecé a depurarla de acuerdo a lo que pensaba que me podría servir. Seleccioné a algunas personas para realizar llamadas al siguiente día y ver si podría obtener algo. El día estuvo pesado y me dispuse a dormir.