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AUGE DE LA EXPLOTACIóN OVINA (1885-1900

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A contar de la segunda mitad del decenio de 1880 y hasta promediar la primera década del siglo XX, tuvo vigencia el proceso de expansión y desarrollo de la ganadería ovina a lo largo y ancho de la vertiente oriental andina de Magallanes, lo que hizo posible definir el ecúmene territorial. Completada la ocupación de los terrenos litorales de los mares interiores y del estrecho de Magallanes, la colonización se extendió tierra adentro en la Patagonia hasta alcanzar hacia 1900-1901 la frontera internacional. A su tiempo, a partir de 1893, la colonización se amplió hacia otro distrito de gran interés, como que por entonces era materia de una nueva controversia jurisdiccional con Argentina a propósito de una doble interpretación del artículo 1° del tratado de 1881, el de Última Esperanza. Aquí, tal como había ocurrido en la zona centro-oriental de Magallanes, la colonización fue de carácter individual, con la participación de una gran cantidad de colonos que ocuparon fracciones de campos de extensión diversa que alcanzaban excepcionalmente hasta 30 mil hectáreas. En el primero de los distritos señalados, entre tantos colonizadores pioneros además de Reynard, cabe mencionar a José Nogueira, Henry y Stanley Wood, William Waldron, Gustavo S. Yonge, Thomas Saunders, John Hamilton, Mauricio Braun y José Menéndez, con su estancia “San Gregorio”, quien llegó a ser el empresario más rico de su tiempo. En Última Esperanza destacaron por su empuje en el poblamiento colonizador Hermann Eberhard, Rodolfo Stubenrauch, Augusto y Hermann Kark, John Tweedie y John Ferrier.

En el otro gran distrito geográfico del oriente de Magallanes, la isla grande de Tierra del Fuego, desde un principio se adoptó una modalidad de ocupación diferente mediante concesiones en arrendamiento a pocas personas: a César, Hermann y Augusto Wehrhahn, en 1883, y principalmente a José Nogueira, en 1889 y 1890 y Mauricio Braun, en tanto testaferro del último, en 1889, con lo que se completó un total de un millón 482 mil hectáreas que se extendía por el norte desde el borde nororiental del estrecho de Magallanes hasta el grado 54 de latitud austral, y desde la frontera internacional por el oriente hasta el estrecho por el occidente. Sobre esta base fundiaria se desarrolló en sucesivas fases (1885, 1890 y 1894) la colonización de carácter empresarial con el surgimiento de seis grandes establecimientos: las estancias “Gente Grande” (1885), “Punta Anegada” inicialmente, después “Springhill” (1890), “Bahía Felipe” (1891), “Caleta Josefina” (1894), “San Sebastián” (1895) y “Río Mac Clelland”, después “Cameron” (1904). Las entidades protagonistas fueron la Sociedad Wehrhahn Hnos. (después, y sucesivamente, Wehrhahn y Cía. y Wehrhahn, Hobbs y Cía., por la incorporación de Rodolfo Stubenrauch, Ernesto Hobbs y Louis Baillon); The Tierra del Fuego Sheep Farming Company, The Philip Bay Sheep Farming Company y la Sociedad Explotadora de Tierra del Fuego, que en 1906 adquirió los derechos de las dos compañías precedentes, previamente fusionadas en la Sociedad “La Riqueza de Magallanes”.

Todavía restaban terrenos geográficamente marginales, en especial hacia el oeste de la vertiente oriental, que fueron paulatinamente entregados en concesiones medianas y grandes, con lo que para 1905 se enteró un ecúmene pastoril que cubría unos cuatro millones de hectáreas. Los 485 ovinos registrados en 1877 habían subido a tres mil en 1879 y a 40 mil en 1885, para continuar creciendo hasta alcanzar en el referido año 1905 más de un millón 800 mil cabezas. El proceso de crecimiento había sido ciertamente espectacular, pero fue moderándose hasta alcanzar un progresivo equilibrio con la capacidad receptiva de los campos. La actividad criadora, según se sabe, se había iniciado y desarrollado con éxito siguiendo el patrón anglo-escocés adaptado a las islas Malvinas, algo hasta entonces desconocido en el país. Ello suponía el uso de una tecnología simple pero eficaz en el manejo del ganado y en el aprovechamiento de pasturas y aguadas. A esto se agregó un personal de origen británico entendido y con experiencia en lo tocante a dirección y administración de los establecimientos de producción y, durante largo tiempo, en los trabajos de nivel inferior como el de ovejero o pastor como mano de obra calificada.

Pero, asimismo, la explotación ovina había significado la participación directa de colonos de aquel origen (principalmente ingleses, escoceses y malvineros) entre los empresarios pioneros, de forma determinante para el buen resultado de la explotación pastoril. En efecto, puede afirmarse con propiedad que para 1901-1902 y sobre una superficie de algo más de tres millones de hectáreas, la participación británica, considerada en superficie de campos ocupados, cantidad de ganado introducido y en el monto de las inversiones realizadas, equivalía entonces a tres cuartas partes del esfuerzo colonizador fundacional, algo que, por cierto, era de gran relevancia en el contexto nacional236.

La importancia que había adquirido la ganadería ovina como actividad económica, por otra parte, se había advertido desde 1895, época en que la lana exportada desde Magallanes había alcanzado a tres millones 205 mil 663 libras (un millón 442 mil 500 kilos), lo que había significado que este territorio desplazara a las Malvinas como región exportadora, algo que 20 años antes hubiera parecido una utopía237. Para 1906 esa importancia, apreciada en el contexto regional, significaba que en el total de las exportaciones —que habían aumentado por razón del crecimiento económico del territorio—, los productos de la ganadería representaban el 92,2 por ciento del comercio exterior, porcentaje en el que la lana formaba las tres cuartas partes.

Calificaba más todavía la importancia de la ganadería ovina la interrelación que la misma tenía con otros campos de la actividad económica magallánica tales como la industria, el comercio, la banca y los seguros, la navegación y los servicios. En verdad, hacia el término de la primera década del siglo XX y los comienzos de la segunda, época cenital del desarrollo histórico de Magallanes, este territorio dependía enteramente de la explotación pastoril ovejera. En ella basaba su notorio progreso generalizado, la prosperidad de sus negocios y el adelanto edilicio que se manifestaba en su ciudad capital, Punta Arenas, así como su rica vida social y cultural. Todo esto contribuía a afirmar la fama de que gozaba dentro y fuera del país, circunstancia que le había hecho y hacía ser un foco de atracción para la inmigración de europeos y de chilenos de otras provincias nacionales, en particular de Chiloé, del mismo modo que era un factor de influencia hegemónica en su vasto entorno patagónico de ultra frontera. Por fin, cabe destacar que, con tal actividad matriz, Magallanes se había insertado como región periférica de monoproducción primaria en el contexto internacional de la división del trabajo. Esta situación, que daba cuenta de una dependencia que por largo tiempo a nadie preocupó, generó coyunturas difíciles a contar del término de la Primera Guerra Mundial y durante los años que siguieron a la gran crisis de 1929.

Un suceso que contribuyó a la consolidación de la crianza ovejera como actividad económica fue el de los remates de tierras fiscales que ocurrieron entre 1903 y 1906 por disposición del gobierno del presidente Germán Riesco, circunstancia que permitió la constitución de la propiedad rural en la sección continental de Magallanes (distritos de Brunswick, zona centro-oriental y Última Esperanza), e hizo posible, a continuación, la formación de grandes unidades productivas latifundiarias, de manera tal que para 1920 el 98 por ciento de los campos de pastoreo se hallaba en manos de 16 propietarios. El mayor era la Sociedad Explotadora de Tierra del Fuego, tenedora a su vez de las tres cuartas partes del arrendamiento sobre el patrimonio fundiario fiscal en la isla grande de Tierra del Fuego. Ello representaba un fenómeno de concentración del uso de la tierra pastoril desconocido en Chile, cuya vigencia se prolongó hasta pasada la mitad del siglo XX.

1 Rolando Mellafe y René Salinas, Sociedad y población rural en la formación de Chile actual. La Ligua 1700-1850, Ediciones de la Universidad de Chile, Santiago, 1987, p.110.

2 Rodolfo Urbina. “Los repartimientos de chacras en las poblaciones del Norte Chico de Chile durante el siglo XVIII”, en Cuadernos de Historia, 6, Departamento de Ciencias Históricas, Universidad de Chile, 1986, p. 23.

3 José Bengoa, Historia rural de Chile central, I, LOM ediciones, Santiago, 2015, pp. 149-154.

4 Jean Borde y Mario Góngora, Evolución de la propiedad rural en el valle de Puangue, Instituto de Sociología, Editorial Universitaria, Santiago, 1956, I.

5 Archivo Notarial de Ovalle, vols. 26-39; Ignacio Domeyko, Mis viajes, I, Ediciones de la Universidad de Chile, Santiago, 1978, p. 462.

6 Gerardo Martínez Rodríguez, Catastro de 1833. Lista de las 123 propiedades rurales más importantes de Chile, p. 6, inédito.

7 Domeyko, op. cit., I. pp. 388-389.

8 Adolfo Ibáñez Santa María, “División de la propiedad agraria de Panquehue”, en Historia, 17, 1982, p. 9.

9 Ibídem., p. 19 y ss.

10 Mellafe y Salinas, op. cit., p. 106.

11 Martínez Rodríguez, op. cit., p. 4.

12 Horacio Aránguiz y Cristián Rodríguez, “Tradicionalismo y cambio agrícola en Aconcagua: Elementos para su comprensión”, en Historia, 29, 1995-1996, p. 9. Para un estudio específico sobre el tema, ver Rafael Barahona, Ximena Aranda (et. al.), Valle de Putaendo. Estudio de estructura agraria, Instituto de Geografía, Universidad de Chile, Santiago, 1961.

13 Martínez Rodríguez, op. cit., pp. 2 y 3.

14 Borde y Góngora, op. cit., pp. 89-114.

15 Rafael Baraona, Ximena Aranda, Roberto Santana, Valle de Putaendo. Estudio de estructura agraria, Editorial Universitaria S.A., Santiago, 1961, p. 213.

16 Baraona et al., op. cit., p. 215.

17 Borde y Góngora, op. cit., I, pp. 116-118.

18 Borde y Góngora, op. cit., I., p. 112 y ss.

19 Adolfo Ibáñez Santa María, “División de la propiedad agraria en Panquehue 1858-1980”, en Historia, 17, Santiago, 1982, p. 17.

20 Mamalakis, op. cit., 2, p. 10.

21 Una opinión contraria sostiene James Bray, “La intensidad del uso de la tierra en relación con el tamaño de los predios en el valle central de Chile”, en Finis Terrae, vol. XXIV, 1959, p. 32.

22 Sergio Villalobos, Origen y ascenso de la burguesía chilena, Editorial Universitaria, Santiago, 1998.

23 Cristina Farga, “Los agricultores prehispánicos del Aconcagua. Una muestra de la heterogeneidad mapuche en el siglo XVI”, en Cuadernos de Historia, 15, Departamento de Ciencias Históricas, Universidad de Chile, 1995, p. 67.

24 Mellafe y Salinas, op. cit., p. 110.

25 Rafael Barahona, Ximena Aranda, op. cit., p. 78. Un estudio sobre la importancia del agua en la historia universal y americana en particular es el de J. Steward et. al., Las civilizaciones antiguas del viejo mundo y de América. Symposium sobre las civilizaciones de regadío, Unión Panamericana, Departamento de Asuntos Culturales, Oficina de Ciencias Sociales, Washington D.C., 1955.

26 Joaquín Costa, Colectivismo agrario en España, Editorial Americalee, Buenos Aires, 1944, p. 45.

27 Vicente Pérez Rosales, Recuerdos del pasado, Editorial Francisco de Aguirre, Buenos Aires, 1971, p. 298.

28 Julio Menadier, La agricultura y el progreso de Chile, Cámara Chilena de la Construcción, Pontificia Universidad Católica de Chile y Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos, Santiago, 2012, p. 664.

29 Ignacio Domeyko, op. cit., I, p. 461.

30 Escritura de sociedad y cláusulas del canal de Bellavista, 23 de septiembre de 1824, en ANLS, 71, fs. 167; Luis Correa, Vergara, Agricultura chilena, II, Editorial Nascimento, Santiago, 1938, p. 53.

31 Eugenio Chouteau, Informe sobre la provincia de Coquimbo, Imprenta Nacional, Santiago, 1887, p. 170; J. Rafael Reyes Rojas, “El linaje de Lecaros”, en REH, 32, 1987, p. 180.

32 Chouteau, op. cit., p. 170.

33 Chouteau, op. cit., p. 177.

34 Barahona y Aranda, op. cit., p. 92.

35 José Fernán-Rodrigo Caballero, Memoria demostrativa de los trabajos llevados a cabo por la expedición de exploración y traída de aguas comisionadas al efecto por la ciudad de Putaendo de Aconcagua, Imprenta del Mercurio, Valparaíso, 1872.

36 Correa Vergara, op. cit., II, pp. 53-55.

37 Cristián Rodríguez Salas, “Tradicionalismo, diversificación e innovación agrícola en el valle de Aconcagua durante el siglo XIX”, en Academia Chilena de la Historia, Vida rural en Chile en el siglo XIX, Andros Impresores, Santiago, 2001, p. 44.

38 Javier Pérez Ovalle, La encomienda de Catapilco, Editorial Andrés Bello, Santiago, 1979, pp.45-47 y p. 70-71; Bengoa, Historia rural, I, pp. 140-141.

39 Patricio Labarca Riquelme, “Don Teodoro Schmidt y su descendencia”, en REH, 35, 1990, pp. 162-163.

40 Maria Graham, Diario de mi residencia en Chile en 1821 y 1822, Editorial Norma, Santiago, 2004.

41 Rosales, Ensayo, p. 123.

42 Ibídem, p. 90.

43 Amado Pissis, Geografía física de la República de Chile, Cámara Chilena de la Construcción, Pontificia Universidad Católica de Chile y Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos, Santiago, 2011, p. 220.

44 Consecuencias del envío de trigo al Perú y sus derivaciones colaterales se pueden ver en Fernando Silva, “Perú y Chile. Notas sobre sus vinculaciones administrativas y fiscales (1785-1800)”, en Historia, 7, 1968, p. 147 y ss.

45 Jacques Chonchol, Sistemas agrarios en América Latina, Fondo de Cultura Económica, Santiago, 1996, p. 167.

46 Aránguiz y Rodríguez, op. cit., p. 17.

47 Claudio Gay, Agricultura chilena, ICIRA, Santiago, 1973, I, p. 285.

48 Menadier, op. cit., pp. 292-293.

49 Ha examinado este tema, con abundante documentación, el historiador argentino Pablo Lacoste en El pisco nació en Chile. Génesis de la primera Denominación de Origen de América, RIL editores, Santiago, 2016.

50 Aránguiz y Rodríguez, op. cit., p. 10.

51 Chouteau, op. cit., pp. 69-70.

52 Chouteau, op. cit., p. 174.

53 Pissis, op. cit., p. 222.

54 Abdón Cifuentes, Memorias (1836-1928), I, Editorial Nascimento, Santiago, 1936, p. 19.

55 Rodríguez Salas, op. cit., pp. 65-68.

56 Manuel Montt a Ambrosio Montt, Las Mercedes, 28 de enero de 1866; del mismo al mismo, Tapihue, 2 de febrero de 1866, en EMM, II, pp. 146-148.

57 Domeyko, op. cit., I, p. 464.

58 Ibídem.

59 Luis Enrique Carvajal Naranjo, La Serena que conocí. 1900-1950, Apuntes Autobiográficos, Alfabeta Artes Gráficas, Santiago, s.f., p. 29 y ss.

60 Ibídem., I, p. 465.

61 Horacio Aránguiz, “La situación de los trabajadores agrícolas en el siglo XIX”, en Estudios de Historia de las Instituciones Políticas y Sociales, I, Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, Universidad de Chile, Santiago, 1968, p. 11.

62 Silvia Hernández, “Transformaciones tecnológicas en la agricultura de Chile central. Siglo XIX”, en Cuadernos del Centro de Estudios Socioeconómicos, 3, 1966, pp. 1-31.

63 Barahona y Aranda, op. cit., p. 15.

64 Aránguiz y Rodríguez, op. cit. p. 10

65 Rodríguez Salas, op. cit., pp. 56-58.

66 Borde y Góngora, op. cit., I, p. 115.

67 Borde y Góngora, op. cit., I, p. 116.

68 Walpole, op. cit., p. 344.

69 Jorge Valladares Campos, “La hacienda Longaví, 1639-1959”, en Historia, 14, 1979, p. 129.

70 Martínez Rodríguez, op. cit., pp. 2 y 3.

71 Eyzaguirre Escobar, op. cit., p. 110.

72 Sociedad Nacional de Agricultura, “Roles de contribuyentes, renta agrícola de 1854”, en Boletín SNA, Santiago, SNA, 1855. Esto se puede contrastar con la información proporcionada por Juan Eyzaguirre, en “El primer censo agrícola chileno”, en BAChH, 90, 1977-1978, pp. 81-120.

73 Martínez Rodríguez, op. cit., p. 2.

74 Eduardo Urrejola Montenegro, Los Urrejola de Concepción. Vascos, Realistas y Emprendedores, Centro de Estudios Bicentenario, Santiago, 2010, p. 218.

75 Marcial Pedrero Leal, Zemita-Virgüin. Haciendas de Ñuble, Universidad de Concepción, Universidad del Bío Bío, Municipalidad de Ñiquén, 1999, p. 43.

76 Leonardo Mazzei de Grazia, La red familiar de los Urrejola de Concepción en el siglo XIX, Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos, Santiago, 2004, p. 57.

77 Mazzei de Grazia, op. cit., p. 125.

78 Simon Collier, Chile. La construcción de una república 1830-1865. Políticas e ideas, Ediciones

79 Mario Góngora, Ensayo histórico sobre la noción de Estado en Chile, Siglos XIX y XX, Santiago, Editorial Universitaria, 2000, p. 60 y ss.; José Bengoa, Historia social de la agricultura chilena, I, Ediciones Sur, Santiago, 1988, p. 100.

80 Martín Lara, “Viaje y representación. El caso de Mary Graham: Trayectoria de una viajera romántica. Una aproximación a su mirada sobre Chile”, en Revista de Historia y Geografía, 20, Santiago, Universidad Católica Silva Henríquez, 2006.

81 Esta afirmación, sustentada en las citadas memorias, debe ser contrastada con Claudio Gay, op. cit., I, pp. 267-276.

82 Valladares, op. cit., pp. 114 y ss.; Leonardo Mazzei, “Terratenientes de Concepción en el proceso de modernización de la economía regional en el siglo XIX”, en Historia, 31, 1998, p. 207.

83 Valladares, op. cit., p. 128.

84 Pérez Rosales, Ensayo, p. 227.

85 María Angélica Apey (et. al.), Historia de la Sociedad Nacional de Agricultura. Una tradición de progreso, I, Sociedad Nacional de Agricultura, Santiago, 1988, p. 45.

86 Menadier, op. cit., p. 663.

87 Gonzalo Piwonka, Las aguas de Santiago de Chile. 1541-1741, I, Editorial Universitaria, Santiago, 1999, p. 70 y ss.

88 Fortunato Venegas, Legislación chilena sobre aguas de regadío, Imprenta y Litografía de la Sección Técnica del E.M., Santiago, 1899.

89 Ricardo Anguita, Leyes promulgadas en Chile desde 1810 hasta el 1 de junio de 1912, III, Imprenta, Litografía i Encuadernación Barcelona, Santiago, 1912, p. 315.

90 Armando de Ramón, Santiago de Chile, 1541-1991. Historia de una sociedad urbana, Santiago, Editorial Sudamericana, 2000.

91 Benjamín Vicuña Mackenna, Ensayo histórico sobre el clima de Chile, Santiago, Editorial Francisco de Aguirre, 1980, Capítulos VI y XIV, Véase también La agricultura de Chile, p. 45.

92 José Bengoa, Historia rural de Chile central, I, La construcción del Valle Central de Chile, LOM

93 Correa Vergara, op. cit., II, p. 56.

94 Teresa Pereira, Hernán Rodríguez y Valeria Maino, Casas de campo chilenas, I, RE Producciones

95 Fernando Ramírez, “Breve esbozo de la familia del presidente José Manuel Balmaceda y sus relaciones afines (1850-1925)”, en Cuadernos de Historia, 10, Departamento de Ciencias Históricas, Universidad de Chile, 1990, p. 197.

96 Correa Vergara, op. cit., II, pp. 57-61.

97 Borde y Góngora, op. cit., I, p. 104; Correa Vergara, op. cit., II., pp. 61-63; Bengoa, Historia rural, I, p. 145, nota 176.

98 Pereira, Rodríguez y Maino, op. cit., II, p. 69.

99 Pereira, Rodríguez y Maino, op. cit., p. 114.

100 Pereira, Rodríguez y Maino, op. cit., II, p. 128.

101 Pereira, Rodríguez y Maino, op. cit., II, p. 202.

102 Correa Vergara, op. cit., II, p. 63.

103 Correa Vergara, op. cit., pp. 63-65.

104 Pereira, Rodríguez y Maino, op. cit., II, p. 236.

105 Correa Vergara, op. cit., II, p. 65.

106 Apey, op. cit., p. 50.

107 Correa Vergara, op. cit., II, p. 66.

108 Marcial Pedrero Leal, Zemita-Virgüin. Haciendas de Ñuble, Universidad de Concepción, Universidad del Bío Bío, Municipalidad de Ñiquén, Chillán, 1999, pp. 22 y 76-77.

109 Pedrero Leal, op. cit., p. 22.

110 Barros Arana, Un decenio, II, p. 40-42.

111 Bengoa, Historia rural, I, p. 145.

112 Eric Hobsbawm, La era del capital, 1848-1875, Buenos Aires, Editorial Crítica, 1998; Serge Gruzinski, Les Quatre parties du monde. Historie d’une mondialisation, La Martinierez, París, 2004.

113 Pérez Rosales, Ensayo, p. 118.

114 Pérez Rosales, Recuerdos, p. 120 y ss.

115 Eugenio Pereira Salas, Apuntes para la historia de la cocina en Chile, Santiago, Editorial Uqbar, 2007.

116 Gay, op. cit., II, pp. 100-129.

117 Pissis, op. cit., p. 224.

118 Eduard Poeppig, Un testigo en la alborada de Chile (1826-1829), Empresa Editora Zig Zag, S.A., Santiago, 1960, p. 331.

119 Lacoste, op. cit., pp. 26-27.

120 Armando Cartes Montory y Fernando Arriagada Cortés, Viñas del Itata. Una Historia de Cinco Siglos, Editorial Pencopolitana Ltda., San Pedro de la Paz, 2008, p. 92-93.

121 Menadier, op. cit., p. 449.

122 José del Pozo, Historia del vino chileno, Desde 1850 hasta hoy, Santiago, Editorial Universitaria, 1998, p. 70; Jean-Pierre Blancpain, Francia y los franceses en Chile (1700-1980), Hachette, Santiago, 1987, p. 213.

123 Luis Sada, La Quinta Normal y la enseñanza de la agricultura en Chile, Imprenta del Ferrocarril, Santiago, 1860, pp. 75 y 115.

124 Juan Ricardo Couyoumdjian, “Vinos en Chile desde la independencia hasta el fin de la belle époque”, en Historia, 39, I, 2006, p. 30.

125 Francine Agarrad-Lavallé y Bernard Lavallé, Del Garona al Mapocho. Emigrantes, comerciantes y viajeros de Burdeos a Chile (1830-1870), Santiago, Centro de Investigaciones Diego Barras Arana, 2005, p. 106; Del Pozo, op. cit., p. 86; Patricio Legarraga Raddatz, “Bachelet. Familia de Michelle Bachelet, Presidenta de Chile”, en REH, 47, 2006, pp. 13-14.

126 Manuel Rojas L., Tratado de viticultura i vinificación, Imprenta y encuadernación Barcelona, Santiago, 1897, p. 620; Legarraga Raddatz, op. cit., p. 15.

127 Legarraga Raddatz, op. cit., pp. 20-21.

128 Del Pozo, op. cit., p. 71.

129 Blancpain, op. cit., p. 217.

130 Del Pozo, op. cit., p. 72.

131 Antonio Escobar, Anuario de la colonia francesa en Chile. Censo general de los franceses radicados en el país, Santiago, 1926, p. 218.

132 Horacio Aránguiz Donoso y Cristián Rodríguez Salas, “Tradicionalismo y cambio agrícola en Aconcagua: elementos para su comprensión”, en Historia, 29, 1995-1996, pp. 29-33.

133 Rojas, op. cit., p. 126.

134 Couyoumdjian, op. cit., p. 31.

135 Blancpain, op. cit., p. 213.

136 Couyoumdjian, op. cit., p. 59.

137 Francisco Ramón Undurraga, Recuerdos de ochenta años, Santiago, s.a. ni p. de i., p. 103.

138 Pereira, Rodríguez y Maino, op. cit., II, p. 224.

139 Correa Vergara, op. cit., II, p. 262.

140 Leonardo Mazzei de Grazia, Historia Económica Regional de Concepción, 1800-1920, Ediciones Archivo Histórico de Concepción, Concepción, 2015, p. 57.

141 Del Pozo, op. cit., pp. 123-125.

142 De Ramón, op. cit., p. 185.

143 Sergio Sepúlveda, El trigo chileno en el mercado mundial. Ensayo de geografía histórica, Editorial Universitaria, Santiago, 1959, p. 43.

144 Ibídem.

145 Bauer, op. cit., p. 176.

146 Bengoa, op. cit., II, p. 119.

147 Menadier, op. cit., pp. 275-276.

148 Vargas Cariola, José Tomás Ramos, p. 119 y ss.

149 Pérez Rosales, Ensayo, p. 123.

150 Mario Góngora, Vagabundaje y sociedad fronteriza en Chile. (Siglos XVII a XIX), Facultad de Ciencias Económicas, Universidad de Chile, Santiago, 1966; Alejandra Araya, Ociosos, vagabundos y malentretenidos en Chile colonial, DIBAM-Centro de Investigaciones Diego Barros Arana, Santiago, 1999.

151 Gabriel Salazar, Labradores, peones y proletarios, Santiago, LOM Ediciones, 2000.

152 Horario Aránguiz, op. cit., p. 8.

153 Sesión de 15 de octubre de 1823, en SCL, VIII, p. 317.

154 Sesión de 17 de febrero de 1824, en SCL, IX, pp. 98-99.

155 Martín Lara, Historia social de Parral (inédito), pp. 9-10.

156 Pedro Fernández, Cartilla de campo escrita para el uso de los agricultores, Segunda edición, Imprenta de El Independiente, Santiago, 1857.

157 Ramón Domínguez, Nuestro sistema de inquilinaje, Imprenta del Correo, Santiago, 1867, p. 35.

158 Ibídem.

159 Santiago Prado, “El inquilinaje en el departamento de Caupolicán”, en Boletín de la Sociedad Nacional de Agricultura, vol. II, 22, 1871, p. 392.

160 “Los inquilinos de Peumo”, en Boletín de la Sociedad Nacional de Agricultura, vol. VI, 11, 1875, p. 308.

161 Bengoa, op. cit., I, p. 188.

162 Salazar, op. cit., pp. 43-47.

163 Carlos Celis Atria, “Terratenientes chilenos a fines de la república parlamentaria”, en REH, 47, 2006, p. 83.

164 John Miers, “La agricultura de Chile en 1825”, en El Mensajero de la Agricultura, III, Santiago, 1856, p. 130.

165 Julio Menadier, “La hacienda de Viluco”, en Boletín de la Sociedad Nacional de Agricultura, vol.

166 Bauer, op. cit., p. 180.

167 Pedro Alessandri, “Memorias de vacaciones”, en Boletín de la Sociedad Nacional de Agricultura, vol. XIV, 16, 1883, p. 362.

168 Manuel José Balmaceda, Manual del hacendado, Imprenta Franklin, Santiago, 1875.

169 René Salinas, “Raciones alimenticias en Chile colonial”, en Historia, 12, 1974-1975, pp. 57 y ss.

170 Patricia Arancibia y Aldo Yávar, La agronomía en la agricultura chilena, Colegio de Ingenieros Agrónomos, Santiago, 1994.

171 Claudio Gay, Historia física y política de Chile, I, p. 125.

172 Gonzalo Izquierdo, “Un estudio de las ideologías chilenas. La Sociedad Nacional de Agricultura en el siglo XIX”, en Cuadernos del Centro de Estudios Socio-Económicos, Facultad de Ciencias Económicas, Universidad de Chile, Santiago, 1968, p. 34.

173 Barros Arana, op. cit., I., p. 237; Luis Sada, La Quinta Normal y la enseñanza de la agricultura en Chile, Imprenta del Ferrocarril, Santiago, 1860, pp. 9-13.

174 Sada, op. cit., pp. 61-72.

175 Ignacio Muñoz Delaunoy, Historia del poder: La Sociedad Nacional de Agricultura durante el periodo del Frente Popular, Serie Avances No 1, Fundación Mario Góngora, Editorial Vivaria, Santiago, 1991, p. 10.

176 Sobre el fundamental papel desempeñado por Julio Menadier, ver el documentado estudio de Claudio Robles Ortiz, “Julio Menadier: un ideólogo agrario en la esfera pública”, en Julio Menadier, La agricultura y el progreso de Chile, ya citado, pp. ix-liii.

177 Santos Tornero, El Agrónomo Sur-Americano. Tratado Teórico-Práctico de Agricultura Jeneral, Imprenta del Mercurio de Tornero y Letelier, Valparaíso, 1872-1874.

178 Robles Ortiz, “Julio Menadier”, cit., pp. xxiii-xxiv.

179 Apey, op. cit., I, p. 26.

180 Cifuentes, op. cit., II, pp. 121-123.

181 Sada, op. cit., pp. 74-75.

182 Sada, op. cit., pp. 73-75.

183 Adriana E. Hoffmann J., Flora silvestre de Chile, zona araucana, Ediciones Fundación Claudio Gay, Santiago, 1997, p. 174.

184 El Agricultor, 21, febrero de 1842, p. 175.

185 Pereira, Rodríguez y Maino, op. cit., II, p. 88.

186 Teodoro Schneider, La Agricultura en Chile en los últimos ochenta años, Imprenta Barcelona, Santiago, 1904, p. 109.

187 Manuel Montt a Eugenio Ramírez, Santiago, 28 de abril de 1873, en EMM, II, p. 578.

188 Manuel Montt a Eugenio Ramírez, Santiago, 2 de mayo de 1873, en EMM, II, p. 581.

189 Menadier, op. cit., p. 244.

190 Archivo Judicial de Santiago, leg. 23, No 4.

191 Leonardo León (et. al.), Araucanía: La frontera mestiza, siglo XIX, Ediciones Universidad Católica Silva Henríquez, Santiago, 2003, pp. 181-184.

192 Memoria del Ministerio de Hacienda presentada al Congreso Nacional el año 1856, Santiago, 1856.

193 Mazzei, op. cit., p. 199 y ss.

194 Ibídem., p. 204.

195 Ibídem., p. 203.

196 Agustín Torrealba, Tierras fiscales y de indígenas, su legislación y jurisprudencia. La propiedad rural en la zona austral de Chile, Imprenta Universitaria, Santiago, 1917, pp. 14-19.

197 Gustave Verniory, Diez años en Araucanía 1889-1899, Pehuén Editores, Santiago, 2001, p. 128.

198 Horacio Lara, Crónica de la Araucanía, dos vols., Lom Editores, Santiago, 2007.

199 Gabriel Guarda O.S.B., Nueva historia de Valdivia, Ediciones Universidad Católica de Chile, Santiago, 2001, p. 494.

200 Guarda, Nueva historia, p. 544, nota 1116.

201 Andrea Krebs (et. al.), Los alemanes y la comunidad chileno-alemana en la historia de Chile, Liga Chileno-Alemana, Santiago, 2001, pp. 40 y 49.

202 Una lista de las parcelas asignadas a los colonos en torno al lago Llanquihue, con los planos correspondientes, en Bernardo Horn Klenner, Puerto Varas y la región del lago. 131 años de historia, Imprenta y librería Horn y Cía. Ltda., Puerto Varas, s. a., pp. 51-83.

203 Carmen Norambuena, “Inmigración, agricultura y ciudades intermedias”, en Cuadernos de Historia, 11, Departamento de Ciencias Históricas, Universidad de Chile, Santiago, 1991, p. 114.

204 Paula Streeter, El agricultor. Reflejo de una época 1838-1849, tesis para optar al grado de Licenciada en Historia, Instituto de Historia, Pontificia Universidad Católica de Chile, 2004, inédita, p. 80.

205 Guarda, op. cit., p. 495.

206 Guillermo Bravo, “Mercado de trabajo en la Araucanía, 1880-1910”, en Cuadernos de Historia, 15, Departamento de Ciencias Históricas, Universidad de Chile, Santiago, 1995, p. 205.

207 Norambuena, op. cit., p. 112.

208 Patricia Cerda, Fronteras del sur. La región del Bío Bío en la Araucanía chilena. 1604-1883, Ediciones de la Universidad de la Frontera, Temuco, 1996.

209 Luis Carreño Palma, “La repoblación de Osorno: un aporte a la autonomía económica de la región”, en Sergio Villalobos y Jorge Pinto (Comp.), Araucanía. Temas de historia fronteriza, Telstar, Temuco, 1985, p. 99.

210 Martín Lara, “Lazos e instituciones sociales de la colonia alemana en el lago Llanquihue”, en Andrés Brange et. al., Ars Memoriae. Reflexiones históricas en siete actos, Santiago, Editorial Kiminwe, 2004.

211 Andrea Minte, Colonización alemana a orillas del lago Llanquihue (1850-1900), Santiago, Ediciones Liga chileno-alemana, 2002, pp. 52-53.

212 Paul Treutler, Andanzas de un alemán en Atacama (1852-1858), Tamarugal Libros Ediciones, Copiapó, 1989.

213 Pedro J. Barrientos, Historia de Chiloé (1931), Editorial Andújar, Santiago, 1997, p. 233.

214 Un complemento en Agustín Torrealba Z., La propiedad rural en la zona austral de Chile, Imprenta Universitaria, Santiago, 1917.

215 Phillippe Grenier, Chiloé et les chilotes. Marginalité et dépendance en Patagonie Chilienne, Edisud, Aix en Provence, 1984, p. 382.

216 Alfredo Weber, Chiloé: su estado actual, su colonización, su porvenir, Imprenta Mejía, Santiago, 1903, p. 74.

217 Charles Darwin, Darwin en Chile (1832-1835). Viaje de un naturalista alrededor del mundo, Edición y prólogo por David Yudilevich L. y Eduardo Castro Le-Fort, Editorial Universitaria, Santiago, 2005, p. 158.

218 Weber, op. cit., pp. 76-77.

219 Ibídem., p. 74. Sobre distribución de tierras, véase Ricardo Donoso y Fanor Velasco, La propiedad austral, ICIRA, Santiago, 1972. También Héctor Le-Beuffe, De la constitución de la propiedad raíz en el territorio austral, Santiago, 1915, y José Luis Ureta Rojas, La constitución de la propiedad austral, Memoria Facultad de Ciencias Políticas, Universidad de Chile, 1927.

220 La papa y sus variedades en Álvaro Montaldo y Carmen Sanz, “Las especies de papas silvestres y cultivadas en Chile”, en Agricultura Técnica, No 2, Santiago, 1962, pp. 66-152. También Orlando Cárdenas, La papa en Chiloé, Memoria Escuela de Agronomía, Universidad de Chile, 1919. Otros aspectos en A. Castronovo, “Papas chilotas”, en Revista de Investigaciones Agrícolas, No 3, Buenos Aires, 1949, pp. 209-246.

221 Silas Baldwin Smith, Diario de viaje desde Brandywine Mill, Delaware (U.S.A.) a Talcahuano (Chile) vía Estrecho de Magallanes, 1844. Diario de notas, Lirquén, 1844-1846, p. 137.

222 Marcos León León, “La vida económica en un mundo insular: una caracterización de Chiloé en el siglo XIX”, en Cultura de y desde Chiloé, No 18, Castro, 2004, p. 72, y diversas fuentes.

223 Darwin, op. cit., p. 154. Véase también A. Beck, Condiciones agrícola de la Isla Grande de Chiloé, Minagra, Santiago, 1958; CORFO, Condiciones agrícolas generales de la Isla Grande de Chiloé, Departamento de Agricultura de la CORFO, Santiago, 1957; y Ministerio de Agricultura, “Condiciones agrícolas de la Isla Grande de Chiloé”, Revista Geográfica de Chile. Terra Australis, No 18, Santiago, 1960, pp. 121-132.

224 León, op. cit., llama la atención a que la cifra de exportación sea casi equivalente a la producción.

225 Darwin, op. cit., p. 154.

226 Rodolfo Urbina Burgos, “El modo de comerciar de los chilotes a fines del siglo XVIII”, en Guillermo Bravo Acevedo (ed.), Economía y comercio en América Hispana, Serie Nuevo Mundo: Cinco Siglos, No 5, Santiago, 1990, pp. 97-132.

227 Darwin, op. cit., p. 155.

228 Trabajos colectivos similares existían en el norte de España, según los describió Julio Caro Baroja para Asturias y el País Vasco en Los pueblos de España. Ensayo de etnología, Editorial Barna, Barcelona, 1946, p. 317.

229 Alfredo Weber, Chiloé, p. 72. Fray Pedro González de Agüeros se lamentaba a fines del siglo XVIII de que los “pobres isleños” no tuvieran arados ni ganados para tirarlos, al describir el uso del arado de luma. Cfr. Pedro González de Agüeros, Descripción historial de la provincia y archipiélago de Chiloé, Imprenta de don Benito Cano, Madrid, 1791, pp. 90-91. Muy similar era el trabajo con la laya en España que, según Caro Baroja, provenía de un mejoramiento del palo que se hundía en la tierra, muy propio de las culturas arcaicas. Cfr. Caro Baroja, op. cit., pp. 278-279.

230 Rodolfo Urbina Burgos, “Tres aspectos del trabajo agrario y un alcance sobre las relaciones sociales en Chiloé del siglo XVIII”, en Marcela Orellana M. y Juan Guillermo Muñoz C. (eds.), El agro colonial, Universidad de Santiago de Chile, Departamento de Historia, Instituto de Investigaciones del Patrimonio Territorial de Chile, Santiago, 1992, pp. 55-80. Véase también José Soto, Héctor Chávez y María Teresa Aedo, Instrumentos y faenas tradicionales en la agricultura chilota, Universidad Austral de Chile, Ancud, 1979.

231 Rodolfo Urbina Burgos, “El modo de comerciar”, pp. 107-108.

232 Fernando Ramírez Morales, “Ecohistoria y destrucción en Chiloé continental: el valle de Vududahue 1700-1996”, en Actas VII Jornada Nacional de Historia Regional de Chile, Universidad de Chile, Facultad de Filosofía y Humanidades, Departamento de Ciencias Históricas, Santiago, 1996, pp. 225-256. También Rodolfo Urbina Burgos, “Las tablas de alerce y los tableros chilotes”, revista Creces, No 12, Santiago, 1986.

233 Marcos León León, “La vida económica”, p. 72.

234 Phillippe Grenier, Chiloé, pp. 335. El autor recoge la documentación del Ministerio del Interior (1849-1852) y Estado del Comercio de la República de Chile (1876).

235 Las primeras partidas de lana fueron enviadas a Londres por José Nogueira y Henry L. Reynard en 1882 y 1883, pero la exportación a una escala más importante comenzó en 1885, cuando se enviaron a Inglaterra cinco mil 175 quintales del producto (238 toneladas).

236 Mateo Martinić, “La participación de capitales británicos en el desarrollo económico del Territorio de Magallanes (1880-1920)”, en Historia, 35, 2002, p. 306.

237 Información proporcionada por el Colonial Wool Circular, publicación de la afamada casa de corretajes laneros John Hoare & Co. de Londres.

Historia de la República de Chile

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