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El arte de la interviú
ОглавлениеEl calor y la actualidad
Los periódicos de Madrid se quejan, simultáneamente, del exceso de calor y de la falta de asuntos. «Ha llegado el verano. No pasa nada». En el invierno tampoco pasa nada; pero hay la política. Los periódicos españoles viven de la política, como la mayoría de los ciudadanos. Ahí los periódicos no hablan más que de política, y las gentes tampoco. En cuanto dos españoles se reúnen ya están hablando de política. Todos los españoles son políticos, y ésta es, probablemente, la causa de que España esté tan mal gobernada. En el verano se acaba la política, y es como si se acabara el mundo.
Se habla de la elocuencia española como de una cosa meridional, efecto del sol que enardece los espíritus, y, sin embargo, toda esa elocuencia se produce durante los meses de invierno. El sol no influye casi nada en la vida española, y los periódicos lo demuestran bien a las claras. Treinta y cinco grados de calor, y los periodistas madrileños se pasan meses y meses aguardando un crimen pasional. Los periodistas, sin embargo, no pueden dirigirle reproche ninguno a los criminales, porque los criminales les dirían:
—¿Que no hacemos nada? Inventen ustedes. ¿Cómo quieren ustedes que el sol nos enardezca la sangre cuando no ejerce el menor influjo en la imaginación de los periodistas?
Con un verano tórrido, y en España, ni ocurre nada ni se inventa nada. Los extranjeros, sin embargo, seguirán hablando de España como de un país meridional, de imaginación exuberante y de pasiones avasalladoras. Que vean los periódicos. Los periodistas persiguen a los políticos en sus residencias de verano y les colocan delante una línea de puntos suspensivos:
—«¿…?».
—«Sí. Las circunstancias actuales…».
—«¿…?».
—«Indudablemente. Yo entiendo…».
Por mi parte, yo sé que en la mayoría de estas interviús al político no se le ocurre nada, y es el periodista quien lo dice todo. Así, me parece que sería mucho más justo poner en puntos suspensivos las respuestas del político:
—«¿No le parece a usted que en las circunstancias actuales…?».
—«…».
—«Porque, indudablemente, ustedes, en esta situación política, no pueden menos de…».
—«…».
Los franceses, de cuyo Mediodía son proverbiales la fantasía y la exageración, le llaman a España el midi et demi. No. Midi moins quart más bien. Y si entiende la palabra midi como hora de comer, nadie más lejos del midi que los españoles.