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¿La región más desigual?

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En un famoso estudio a mediados de los 90 Klaus Deininger y Lyn Squire afirmaban que sus datos confirmaban el “hecho conocido de que la desigualdad en América Latina es considerablemente más alta que en el resto del mundo”. Pero ese y otros estudios semejantes tenían dos problemas. En primer lugar, en América Latina por lo general se calcula la desigualdad de ingresos, mientras que en la mayoría del resto de los países en desarrollo se estima la desigualdad en el gasto de consumo. Cuando ajustamos los cálculos por esta diferencia metodológica las distancias con el resto del mundo se acortan: América Latina ya no parece tan desproporcionadamente desigual respecto de otras regiones.

El segundo problema de los estudios de décadas pasadas es que, por falta de información confiable, se ignoraba lo que ocurría en África al sur del Sahara. Ante la falta de datos la teoría reemplazaba a la evidencia. Y la teoría sostenía que los países muy pobres seguramente eran poco desiguales ya que la falta de recursos dejaba a las élites ricas muy poco para extraer, y además no generaba un contexto propicio para que algunos invirtieran en capital humano y florecieran los emprendimientos productivos rentables y los trabajos calificados bien pagos. Pero esas predicciones estaban erradas, al menos en muchos países de África: las mediciones recientes revelan niveles de desigualdad inéditos. El coeficiente de Gini del consumo de Sudáfrica es 63,4; el de Botsuana, 60,5; el de la República Centroafricana, 56,2. Haití es el único país americano con niveles comparables y aun así es significativamente inferior: 52,3. Los países de América Latina tienen todos coeficientes de Gini del consumo inferiores a 50. En un estudio con Jessica Bracco, Luciana Galeano y Mariela Pistorio estimamos que el promedio del coeficiente de Gini del consumo para los países de África subsahariana en 2015 fue 43,8; superior al promedio en América Latina (40,1), el segundo en el ranking. En ese estudio, enfocado en el mundo en desarrollo, encontramos que el grupo de países de desigualdad muy alta está casi enteramente compuesto por países de África subsahariana, a excepción de Haití. La mayoría de los países de América Latina están ubicados en el grupo de desigualdad alta. En el tercer estrato, el de desigualdad media, se ubican casi todos los países de Asia y los del Norte de África. Por último, el grupo de baja desigualdad está integrado en su totalidad por economías en desarrollo de Europa del Este y Asia Central.

En síntesis, América Latina es a todas luces una región de países muy desiguales, quizás solo menos desiguales que varios de África al sur del Sahara. Naturalmente, el hecho de no ocupar por poco margen el primer lugar en la escalera mundial de la desigualdad no debe ser ningún consuelo ni motivo de conformidad. Menos aún cuando hay otras comparaciones preocupantes. Veamos.

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