Читать книгу El hospital del alma - Lourdes Cacho Escudero - Страница 25
ОглавлениеLa última fila
Por aquel tiempo, todos los sabores confluían en la espalda de un cine. En la última fila, las manos se adentraban en otra pantalla más pequeña donde los protagonistas eran cuerpos inexpertos que necesitaban sentir. Aprenderse en la penumbra bajo una cazadora era como poner al tiempo cuellos almidonados y camisas de seda; porque el rumor de los besos irrumpía despacio en una sala donde el sexo era dirigido por la incertidumbre. Los años necesarios para saber nunca llegaban; siempre era demasiado pronto para explicar el placer, y los secretos de una piel eran como pequeños murmullos desordenados que se adentraban por la mirilla de una nuca. El nombre de una película llevaba a unos labios, a un eterno hormigueo en la cintura, a las caderas de una tela que no había forma de desenredar de la memoria. Porque hasta los segundos de aquellas tardes en brazos del séptimo arte se hilvanaban en los bolsillos de un pantalón que delataba las ganas. Si me acerco hasta el consuelo de aquella espalda, me viene al pensamiento El nombre de la rosa, el frío en las aceras en aquel enero de 1987 y el rubor de mi estómago a tu lado, el miedo entre las yemas de mis dedos que aunque no destilaban tinta azul parecían morir solo por el hecho de leerte. Pero como todos, fuimos escribanos bajo una cazadora, en aquellas tardes de última fila donde las caricias se rodaban a oscuras.