Читать книгу La epidemia de COVID-19 en las residencias para personas mayores - M. Enriqueta Fernández Izquierdo - Страница 20
V. Dirigir servicios socio-sanitarios del siglo XXI: liderazgo integral y responsable en entornos VUCA 1. Dirigir en el siglo XXI
ОглавлениеLas empresas de ayer no son las mismas de hoy. Actualmente el mundo se encuentra compuesto de organizaciones que requieren ser administradas para poder sobrevivir. Y no simplemente y solamente ser administradas, sino administradas de forma eficiente y rentable, siguiendo una visión y una misión bien definidas y trazadas de acuerdo con un plan estratégico.
Para gestionar las organizaciones, los administradores o directores/as deben conducirlas de forma racional. Ello implica la planificación (planeación), organización, dirección y el control de los procesos, actividades, funciones o tareas. Sin planes de acción bien llevados, las organizaciones jamás tendrían condiciones para existir y crecer.
Por todo lo anterior, el rol de los/as directores/as es de suma importancia. Son ellos los responsables de lograr que las “cosas” sucedan, ya sea para bien o para mal. Así de simple. Sin una buena planificación, organización, dirección y control, las empresas no pueden funcionar exitosamente y lograr las metas y objetivos propuestos. Mucho menos, pueden ser rentables y competitivas.
Es el director/a el eje principal, el líder, el guía y promotor de que las cosas sucedan y de que todos sigan la ruta correcta. De lo contrario, cada cual seguiría un rumbo diferente e intereses distintos, que no conducirían a nadie a ningún sitio.
En los últimos años se ha podido observar una transformación en el modo de operar de las organizaciones de Servicios Socio-Sanitarios, debido principalmente a los cambios tecnológicos y a la irrupción de nuevos paradigmas y formas de gestionar. Al cambiar las empresas, de igual forma se ha exigido un cambio en las personas que las dirigen y un cambio en todo el personal que trabaja en ellas. Las empresas de antes eran menos dinámicas que las de este nuevo siglo XXI; las empresas del siglo XX tenían su orientación enfocada en las actividades, la producción. Hoy en día, la empresa tiene que estar orientada a satisfacer las necesidades actuales y expectativas futuras de sus clientes externos e internos.
De igual forma, anteriormente se prestaba menos atención a la persona (al “recurso humano”). Ahora la fuerza laboral es reconocida como el recurso más importante que poseen las empresas; de tal modo que los departamentos de RRHH deberían centrar su atención en desarrollar y facilitar la mejora de “los recursos que tienen los humanos”, las capacidades y talentos que tienen todas las personas que han decidido comprometerse con la organización y sus estrategias.
Antes, a los directores/as no se les exigía conocer todos los procesos y variables que actuaban en una empresa. Ahora sí. No importa el departamento que se administre: el director/a debe tener un conocimiento integral para poder entender el engranaje empresarial y poder establecer metas y planes que se integren con el resto de la empresa, y también para poder interactuar con todos los implicados en la toma de decisiones empresariales.
Por eso, hay que considerar que el director del siglo XXI es un director INTEGRAL, lo cual implica que –a la vez– es ORGANIZADOR, ESTRATÉGA, y LIDER. Anteriormente existían dos tipos de directores en las empresas: los especialistas, dedicados a las tareas técnicas dentro de funciones bien delimitadas, y los generalistas, que aspiraban a la gerencia general. Pero la complejidad creciente de la gerencia o dirección moderna ha obligado a buscar un nuevo tipo de director, capacitado para manejar la empresa de este nuevo siglo, un director que sea a la vez experto en su área funcional y apto para el manejo global de la empresa. A este nuevo tipo de director se le denomina director integral.
¿Qué maneja el director integral?: El director Integral maneja todos los recursos de la empresa, no sólo en el día a día, sino también pensando en su disponibilidad y mejora a futuro, anticipándose a lo que se va a precisar y demandar tanto por parte de la Sociedad como por parte de los clientes:
• Recursos humanos: Personas.
• Recursos físicos: Planta, equipo, productos.
• Recursos financieros: Dinero.
• Recursos tecnológicos: Tecnologías.
• Tiempo (el recurso clave).
El director integral reúne en su modo de pensar y actuar los tres ejes de la Gerencia Integral: estrategia, organización y cultura. Es estratega, organizador y líder al mismo tiempo.
• Director Estratega: Un estratega es alguien que tiene la osadía de pensar que puede controlar su futuro. El director estratega forja el porvenir de su empresa, manejando, y no contemplando, las relaciones entre la empresa y su entorno. El director estratega es aquel que se pregunta ¿dónde estamos y a dónde vamos? Tras hacerse la pregunta, luego imagina alternativas. No acepta el futuro, sino que lo diseña. Tiene una visión de lo que podría ser la empresa del mañana. De esta visión deriva la misión de la empresa, es decir, la articulación de su razón de ser y de sus objetivos esenciales.
• Director Organizador: La función de la organización no es controlar por controlar; es darle a un grupo de personas los medios para llevar a cabo una tarea. El director organizador hace más que definir las tareas de cada uno y diseñar un organigrama con líneas de autoridad y responsabilidad. Tiene que pensar en toda la estructura de la compañía, y la organización es solamente una parte de la estructura. El desafío que enfrenta el director organizador es ajustar constantemente el esquema organizacional de la empresa a las modificaciones de la estrategia, de manera que se asegure un mejor desempeño de todos. En resumen, se puede decir que el director integral, al ser organizador, es responsable del desempeño global de la empresa y este desempeño depende, al mismo tiempo, de la estrategia de la empresa, de su esquema organizacional y de la congruencia entre los dos.
• Director Líder: El director estratega y organizador determina la estrategia, organiza el trabajo, administra personal, implanta sistemas de motivación, de información, de decisión, de control… Pero eso no es todo. Le falta un elemento primordial, pues el “corazón” de la empresa está hecho de personas. Aunque el director integral sea un técnico-estratega y organizador, no podrá alcanzar el éxito sin la cooperación de las personas afectadas por la acción de la empresa (“público de la empresa” o stakeholders), es decir, los clientes internos (trabajadores), los clientes externos, proveedores, accionistas, banqueros, medios de comunicación, prescriptores e las administraciones públicas, etc… Esta necesidad de cooperación requiere del director tener cualidades de comunicador y de líder. Como comunicador, el director integral debe hacer comprender a sus públicos cuál es la estrategia de la empresa y porqué ésta requiere tener un determinado esquema organizacional y una determinada estrategia. Como líder, el director integral influye en el comportamiento de sus colaboradores con miras a lograr los objetivos de la organización en una forma más eficaz. Así, el liderazgo organizacional es una cualidad proveniente de una doble sensibilidad:
• Sensibilidad a las personas: El líder es un jefe que trabaja con personas.
• Sensibilidad a los objetivos de la organización: El líder tiene una visión clara de las metas de la organización.