Читать книгу La epidemia de COVID-19 en las residencias para personas mayores - M. Enriqueta Fernández Izquierdo - Страница 7
II. El director como persona responsable
ОглавлениеCuando pretendemos describir una figura directiva tenemos que tener en cuenta las características personales de quien encarna dicha figura. Esto es, no se puede entender el rol del director (y más en Servicios Sociosanitarios) sin considerar la Personalidad del mismo.
Siguiendo el modelo de los Cinco Factores de Personalidad, o modelo FFM (McCrae y John, 1992; McCrae y Costa, 1997; McCrae, Terracciano et al., 2005; McCrae, Martin, y Costa, 2015), dentro de las características de Personalidad podríamos debatir acerca de si el director debe ser más o menos extravertido, agradable, estable o abierto mentalmente, pero –ante todo– tenemos que centrarnos en responder a la pregunta: ¿cómo de responsable es/debe ser dicha persona? Porque si alguien encarna una figura de responsabilidad dirigiendo a los demás, debe tener cualidades personales de Responsabilidad que lo definan: el que tiene un cargo como responsable, debe ser una persona responsable, puesto que –sino– el ejercicio del cargo es incongruente con las creencias y rasgos más íntimos que caracterizan a la persona.
Por ello, antes de detenernos a realizar una propuesta de perfil técnico y competencial del responsable-director de Servicios Sociosanitarios, vamos a caracterizar su personalidad desde el rasgo de la Responsabilidad. Para ello, teniendo en cuenta las principales investigaciones sobre Responsabilidad Individual en Psicología en los últimos diez años, describiremos al sujeto responsable que debe encarnar la figura del director de Servicios Sociosanitarios.
Los/as director/es de Servicios Sociosanitario deben ser personas responsables, esto es:
• PROACTIVOS Y TRABAJADORES: Las personas responsables son proactivos ante el trabajo y prosociales (orientados a los demás de forma incondicional), sin olvidar que es un profesional con elevado desempeño y conciencia de la necesidad de evitar conductas dañinas para los demás.
• RESPONSABLES POR SER AGRADABLES, AGRADABLES POR SER RESPONSABLES: La responsabilidad y la agradabilidad están íntimamente unidas, puesto que ser agradable supone comprender emocionalmente al otro, sus necesidades y expectativas, para así calibrar la acción o intervención futura en personas y colectivos vulnerables, sin olvidar que sólo una orientación hacia el otro puede hacernos conscientes de nuestros impactos positivos y negativos en sus vidas.
• CORTESES Y DEFERENTES: La cortesía, trato deferente y amable es primordial en todo trabajo humano, y más cuando se dirige a otros en proyectos coordinados, y más en el ámbito de los servicios sociosanitarios de proximidad. Una persona descortés y desagradable no puede íntimamente entender el sentido del impacto positivo o negativo de sus conductas en los demás. A veces la profesionalidad nos hace olvidar la cortesía y respeto.
• LABORIOSOS Y DISCIPLINADOS: Ser responsable es una moneda de dos caras; por una parte, la laboriosidad, gusto por el trabajo bien hecho, minucioso, detallista y planificado; por otra parte, la disciplina: la capacidad de ponernos obligaciones y deberes, desde una concepción de Responsabilidad ligada a Integridad y Ética: conciencia de los límites propios y ajenos.
• GESTORES DE DIVERSIDAD: Para ser responsables, es preciso trabajar en entornos lo más diversos posibles, puesto que está demostrado que la diversidad en el grado de Amabilidad y Responsabilidad entre los miembros de los equipos incrementan con el tiempo el desempeño de tareas y las conductas prosociales y proactivas. El director debe gestionar entornos diversos y propiciar la diversidad, puesto que así él y los miembros de sus equipos serán más responsables, proactivos, prosociales y eficientes.
De poco valen las anteriores afirmaciones sin una evidencia científica.
A continuación, indicamos algunas de las últimas investigaciones psicológicas que confirman nuestra propuesta.