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Florecer como la meta de la psicología positiva

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La meta de la psicología positiva en la teoría de la felicidad auténtica es, como el objetivo que propone Richard Layard, aumentar la felicidad en nuestra vida y en el planeta. Por el contrario, la meta de la psicología positiva en la teoría del bienestar es plural y difiere en aspectos diferentes: es florecer más en nuestra vida y en el planeta.

¿Qué es florecer?

Felicia Huppert y Timothy So de la Universidad de Cambridge han definido y medido el florecimiento en cada uno de los veintitrés países que conforman la Unión Europea.47 Su definición de florecer concuerda con el espíritu de la teoría del bienestar: para florecer, el individuo debe tener todas las “características básicas” que se enumeran a continuación y tres de las seis “características adicionales”.

CARACTERÍSTICAS BÁSICAS CARACTERÍSTICAS ADICIONALES
Emociones positivas Autoestima
Compromiso, interés Optimismo
Sentido, propósito Resiliencia
Vitalidad
Autodeterminación
Relaciones positivas

Estos investigadores administraron los siguientes reactivos del bienestar a más de dos mil adultos en cada país para averiguar cómo se clasificaba cada país en términos del florecimiento de sus ciudadanos.

Emoción positiva Pensando en general, ¿cuán feliz dirías que eres?
Compromiso, interés Me encanta aprender cosas nuevas.
Sentido, propósito Por lo general, siento que lo que hago en mi vida es valioso y digno.
Autoestima En general, me siento muy positivo respecto a mí mismo.
Optimismo Siempre soy optimista respecto a mi futuro.
Resiliencia Cuando las cosas van mal en mi vida, casi siempre necesito mucho tiempo para recuperarme y volver a la normalidad. (Respuestas contrarias indican mayor resiliencia.)
Relaciones positivas Hay personas en mi vida que realmente se interesan por mí.

Dinamarca ocupa el primer lugar de Europa porque 33 por ciento de sus ciudadanos florece. El Reino Unido tiene aproximadamente la mitad de esa tasa: 18 por ciento de sus ciudadanos florece; y Rusia ocupa el último lugar, con sólo 6 por ciento de florecimiento.


Este tipo de estudio conduce a la muy ambiciosa meta48 de la psicología positiva, que es de lo que trata el último capítulo y a lo que este libro realmente aspira. A medida que mejore nuestra capacidad para medir la emoción positiva, el compromiso, el sentido, los logros y las relaciones positivas, podremos preguntar con rigor cuántas personas de un país, una ciudad o una empresa florecen. Podremos preguntar con rigor cuándo florece en la vida una persona. Podremos preguntar con rigor si una institución de beneficencia promueve el florecimiento de sus beneficiarios. Podremos preguntar con rigor si nuestros sistemas escolares ayudan a nuestros niños a florecer.

La política pública se desprende sólo de lo que medimos, y hasta hace poco tiempo, medíamos sólo el dinero, el producto interno bruto (PIB).49 Por lo tanto, el éxito del gobierno podía cuantificarse sólo en la medida en que creaba riqueza. Pero ¿qué es la riqueza a todo esto? La meta de la riqueza, desde mi punto de vista, no es sólo producir más riqueza, sino engendrar florecimiento. Ahora podemos preguntar respecto a la política pública: “¿Cuánto contribuirá al florecimiento la construcción de esta nueva escuela en lugar de este parque?”. Podemos preguntar si un programa de vacunación contra el sarampión producirá más florecimiento que un programa igualmente caro de trasplante de córneas. Podemos preguntar cuánto aumenta el florecimiento un programa de padres que pagan para pasar más tiempo en casa criando a sus hijos.

Así, la meta de la psicología positiva en la teoría del bienestar es medir y generar el florecimiento humano. Para alcanzar esta meta tenemos que empezar por preguntar qué es lo que realmente nos hace felices.

Florecer

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