Читать книгу Psicopoética - Raúl Ernesto García - Страница 52
Cambio
ОглавлениеEn su aventura verbal, psicopoética suele burlarse del discurso hierático de la definitividad, tal como el barón de Münchhausen se burla en su famoso relato tanto de su deber como de lo definitivo de la muerte:
Sitiábamos no sé qué ciudad y para nuestro general era de muchísima importancia tener información exacta de cómo estaban las cosas en la fortaleza. Parecía extremadamente difícil, incluso imposible, penetrar por entre todos los puestos avanzados, guardias y fortificaciones y tampoco existía nadie capaz de realizar con éxito tal proeza. Acicateado un poco apresuradamente por mi valor y mi celo, me llegué a uno de los mayores cañones que acababan de hacer fuego sobre la fortaleza, y salté sobre una bala con el propósito de penetrar así en ella. Pero cuando cabalgaba por los aires, me vinieron a la cabeza toda clase de inevitables reflexiones. “¡Hum! –pensé–, penetrarás quizá en el fuerte, pero, ¿cómo volverás a salir? ¿Y cómo te las compondrás allí? Te considerarán en el acto un espía y te colgarán en la horca más próxima. Tal lecho de honor querría evitarlo por todos los medios”. Después de estas y otras consideraciones parecidas, me decidí rápidamente. Aproveché la feliz oportunidad del paso de una bala de cañón que partía de la fortaleza hacia nuestro campamento y pasaba a unos palmos de mí, salté a ella desde la mía y volví hacia los nuestros sin haber llevado a cabo la empresa, pero sano y salvo.90
Psicopoética suele obstaculizar una percepción centrada y objetiva del entorno; suele desconfiar de cualquier vocación esencialista o repetitiva. Se apela más bien al ámbito experiencial e inventivo del decir; involucra la transformación en curso del pensamiento y la emocionalidad de los hablantes; la razón psicopoética es impura, fragmentaria, múltiple y fetichista. No aspira a validarse, no reclama verificabilidad de lo dicho; su importancia es acaso testimonial e incierta. Su realización es por tanto imperfecta y vulnerable. Los participantes viven una especie de colusión discursivo-corporal que favorece que las cosas acontezcan en su diversidad de sentidos. Por eso tales diálogos deformantes de la psicopoética propenden a innovaciones más o menos radicales en la enunciación; involucran críticas a los valores establecidos y reivindican un cambio incesante del mundo real por medio de la imaginación. Disruptiva, intensa, más o menos incontrolable, extraña por momentos, risible, desconcertante, polifónica, deseante, antiprogramática, la psicopoética emerge de vez en cuando en la interlocución y se desvive por la diferencia; aun y cuando inevitablemente, junto a los reencantamientos que produce, vaya unida muchas veces también al desencanto. Pero, en todo caso, psicopoética parece revivir una forma de interlocución donde el poder se descompone en términos de posibilidad.