Читать книгу Psicopoética - Raúl Ernesto García - Страница 59
Improbabilidad
ОглавлениеPsicopoética tiene carácter rapsódico y no sistemático. No se puede planificar. Tiene más de ensayo que de investigación. Pero, además, tal forma de interlocución abre un espacio en el que los planteamientos, una vez enunciados, no pertenecen a nadie sino al dinamismo del encuentro. Las ideas expresadas dejan de ser predio privado para convertirse en plaza pública. Un planteamiento se desmorona y se reconstruye, se asume o se desestima, se asiente o se disiente; pero siempre en el juego inacabado de la crítica y de la invención relativa de otras posibilidades de existencia. Los diferentes planteamientos, aun en su irreductibilidad, van más a la conjunción paradójica que a la disyuntiva dicotómica: “Las ideas caminan siempre en todas las direcciones a la vez”, nos dice Miguel Morey, “y es que van, pero a la vez vuelven”.102 En términos de pluralismo, psicopoética construye realidades en el acontecer de sus afirmaciones múltiples, desobedientes y arriesgadas. La enunciación genera mundos compartidos. Más que hablar en términos de mediación conceptual a través de percepciones proclives a la objetivación universalizante, psicopoética emerge en términos de transgresión de normatividad y de actualización de la experiencia que modifica la condición subjetiva de los interlocutores y abre nuevas alternativas de relación.
Psicopoética involucra una trama de relaciones discursivas entre los que hablan y aquello de lo que hablan. Implica, por supuesto, diferentes posiciones sociales y políticas de los hablantes, sus perspectivas y compromisos respecto del entorno que los moldea, sus diferentes respuestas a los acontecimientos que se filtran intempestivamente en la conversación. Pero sucede que dicha trama de relaciones discursivas lleva también el signo abierto de la ficción. En psicopoética los interlocutores abandonan de algún modo la condición de sabios (como aquel participante en quien el saber ya está inscripto irremediable e incontestablemente), se apartan también de esa otra condición técnica del homo calculator (que vive abstraído de cualquier participación o vivencia corporal intensa o difusa y se dedica sobre todo a la aritmetización de la vida) para abrazar, en cambio, al mundo en un gesto de aventura inventiva, defectuosa y amante de lo heterogéneo. Psicopoética vertebra su realización a la entropía específica del sistema dialógico que opera sobre la base del encuentro. Avala desequilibrios y sombras en lo expresado. En el surgimiento de la psicopoética acaece, pues, una especie de confrontación o lucha entre los discursos instituidos y probables que anónimamente insertan o imponen en el encuentro certezas y verdades provenientes del saber dominante, y la emergencia de discursos improbables que dibujan figuras diferentes –subversivas– en la conformación del mundo. Al respecto, en un texto titulado “La trasfábula” que analiza relatos de Jules Verne, Foucault señala: “Contra las verdades científicas y rompiendo su voz helada, los discursos de la ficción remontan sin cesar hacia la más alta improbabilidad. Por encima de ese murmullo monótono en el que se enunciaba el fin del mundo, hacen brotar el ardor asimétrico de la suerte, del azar inverosímil, de la sinrazón impaciente”.103 Se trata, en efecto, de un movimiento re-creativo que brota desde el suelo de la uniformidad discursiva en los saberes instituidos para revitalizar los desequilibrios necesarios en la producción incesante de subjetividad:
El héroe ha venido a buscar una verdad que conocía de lejos y que resplandecía ante sus ojos inocentes. Esta verdad no la encuentra, pues era la de su deseo o de su vana curiosidad; en cambio una realidad que no sospechaba se le revela, más profunda, más reticente, más bella o más sombría que la que le era familiar: esta realidad es él mismo y el mundo transfigurados uno por el otro; carbón y diamante han intercambiado su negrura, su brillo.104