Читать книгу Psicopoética - Raúl Ernesto García - Страница 65

Misterio

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Psicopoética como diálogo excéntrico, a veces corrosivo, promueve una deshegemonización del objeto o tema tratado y, al mismo tiempo, una reactivación del giro situacional en el encuentro; el recorrido rutinario se transforma en aventura. Psicopoética implica lo que Jacques Rancière ha designado como misterio: término que no quiere decir en este caso ni enigma ni misticismo (aunque tales momentos puedan irrumpir de pronto), sino “una determinada manera de ligar los heterogéneos: por ejemplo, el pensamiento del poeta, los pasos de danza de una bailarina, el despliegue de un abanico y el humo de un cigarrillo”. Y enseguida continúa:

En oposición a la práctica dialéctica que acentúa la heterogeneidad de los elementos para provocar un choque que dé fe de una realidad marcada por los antagonismos, el misterio pone el acento sobre el parentesco de los heterogéneos. Construye un juego de analogías por el que estos ponen de manifiesto un mundo común en el que las realidades más alejadas aparecen como talladas en el mismo tejido sensible y pueden unirse siempre por la fraternidad de una metáfora.116

Psicopoética implica entonces también diversas recomposiciones inéditas y contemporáneas de objetos, imágenes, signos, palabras y cuerpos, que, sin embargo, no proyectan en su ensamblaje la fundación de verdades perennes, sino acaso el deseo de vivir otras posibilidades de la existencia concreta. Encuentros y desencuentros. Acuarela discursiva. Copresencia de mundos que remite menos a la idea de la ecuación que a la idea de la partitura. Diálogo efervescente y problemático, pero nunca apodíctico. Desplante latinoamericano de espíritu repentista o improvisador, desvarío, proliferación selvática del hablar que se resiste a los regímenes de enunciabilidad dominantes en el diálogo interventivo.

Del sujeto deseable que traza la práctica interventiva al sujeto deseante que subvierte estatutos, imagina relaciones diferentes y habla con neologismos: tal es el malabarismo crítico de la psicopoética. Desdialogización creativa. Cuestionamiento actual y actuante en contra de una razón dialógica tradicional. Impugnación del diálogo que reproduce la vida estructurada. Acceso a la dimensión del acontecimiento. También contra la reproducción de lo instituido, psicopoética reivindica las capacidades instituyentes del sujeto en interlocución. Capacidades instituyentes que no significan la idea de un voluntarismo individualista del sujeto aislado, sino la presencia de un ámbito creador, políticamente activo en la producción de subjetividad como ejercicio de relación diferenciada con otros sujetos y elementos articulados en redes sociales complejas. Psicopoética (que constituye un ejercicio y no un principio) reivindica, pues, la capacidad imaginante de quienes dialogan en desorden e indisciplina. Rompe con las cristalizaciones de significación que organizan un sentido estructurante en el pensar, sentir y actuar de los sujetos involucrados, sentido estructurante que, a la vez, tiene la función de legitimar los designios institucionales.117 Psicopoética, entonces, como movimiento de interlocución que pone en tela de juicio significaciones centrales instituidas por la tradición discursiva en determinado momento histórico concreto, como movimiento que tiende a destruir vínculos normalizados y regulaciones en el hablar, como movimiento dialógico-conversacional que afecta re-creativamente las interacciones, como movimiento de interlocución que, aun y cuando viva relativamente integrado al sistema discursivo dominante, contribuye a socavar algunos de sus puntos de sostenimiento y a resistir sus fórmulas concretas de dominación; se convierte en una forma diferente de organizar la producción de sentido y las prácticas sociales que lo hacen posible, que además remite “a lo imaginario social no instituido, radical, instituyente siempre, utópico a veces, que da cuenta de la existencia de deseos que no se anudan al poder, que desordenan las prácticas, desdisciplinan los cuerpos, deslegitiman sus instituciones y, en algún momento, instituyen nueva sociedad”.118 El nervio vital de la psicopoética está en la resistencia contra la prescripción verbal corriente y contra la naturalización de los modos de interlocución usualmente establecidos. En su vocación antiesencialista, propende a una especie de navegación fantástica: una expedición íntima y alrevesada de invenciones por los mundos desconocidos de la intersubjetividad, en virtud de la cual psicopoética deviene constantemente una sociopoética y, de hecho, una cosmopoética.

Psicopoética

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