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Ahora veamos ya el recorrido de la ciudad de Dios también desde aquel periodo de tiempo que se inició en el padre Abraham83, a partir del cual comienza a ser más evidente su conocimiento y donde se leen con mayor claridad las promesas divinas que ahora vemos cumplirse en Cristo. Tal y como aprendemos a través de las indicaciones de la escritura santa, Abraham nació en la región de los caldeos, territorio que pertenecía al imperio de los asirios84. Entre los caldeos, ya incluso entonces, prevalecían las supersticiones impías, como entre las restantes naciones. Había una sola familia, la de Taré, del cual nació Abraham, en la que se mantenía el culto al único Dios verdadero, y, en la medida en que resulta creíble, única en la que por aquel entonces aún se conservaba la lengua hebrea (aunque también se cuenta, según el relato de Jesús Nave85, que este mismo, como ya el pueblo más manifiestamente de Dios en Egipto, de igual modo en Mesopotamia sirvió a dioses extranjeros), mientras que los restantes miembros de la estirpe de aquel Heber iban derivando paulatinamente hacia otras lenguas y otras naciones. Por ello, del mismo modo que en medio del diluvio de las aguas había perdurado únicamente la familia de Noé para restaurar el género humano, así también en el diluvio de las innumerables supersticiones únicamente había perdurado en todo el mundo la familia de Taré, en la cual fue preservado el germen de la ciudad de Dios. Finalmente, como allí, después de haber sido enumeradas previamente las generaciones hasta Noé junto con el número de años y después de haber sido expuesta la causa del diluvio, antes de que Dios comenzase a hablar a Noé de la fabricación del arca, se dice: Estas son las generaciones de Noé86, así también aquí, una vez enumeradas las generaciones desde aquel llamado Sem, hijo de Noé, hasta Abraham, a continuación se introduce igualmente un pasaje relevante, de forma que se dice: Estas son las generaciones de Taré. Taré engendró a Abram, a Nacor y a Arán, y Arán engendró a Lot. Y Arán murió antes que su padre Taré en la tierra en que nació, en la región de los caldeos. Abram y Nacor tomaron esposas. El nombre de la mujer de Abram es Sara y el nombre de la mujer de Nacor Melca, hija de Arán87. Ese Arán fue padre de Melca y padre de Jescá, que se cree que es también la misma Sarra, esposa de Abraham88.

La ciudad de Dios. Libros XVI-XXII

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