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En consecuencia, a continuación deben examinarse las generaciones de los hijos de Noé y debe añadirse lo que parece que se ha de decir acerca de ellas a la presente obra, en la que se muestra el recorrido a través de los tiempos de una y otra ciudad, a saber, la terrena y la celeste. En efecto, comenzaron a ser recordadas a partir de su hijo menor, llamado Jafet, del cual se mencionaron ocho hijos23 y siete nietos de dos de sus hijos, tres de uno, cuatro del otro, por lo que hacen quince en total. Por su parte, los hijos de Cam, es decir, del hijo mediano de Noé, son cuatro, y sus nietos cinco, de uno solo de sus hijos, sus bisnietos dos, de uno de sus nietos. Su suma da once. Enumerados estos, se vuelve al principio, por decirlo de algún modo, y se dice: Cus, por su parte, engendró a Nebrot; este comenzó a ser un gigante sobre la tierra. Este era un gigante cazador contra el Señor Dios24. Por esto dicen: Como Nebrot, gigante cazador contra el Señor. Y se produjo el comienzo de su reino sobre Babilonia, Orec, Arcad y Calane, en la tierra de Senaar. De aquella tierra salió Asur y construyó Nínive, la ciudad de Roboot y Calac y Dasem, entre Nínive y Calac: esta es la ciudad grande25. Más adelante ese Cus, padre del gigante Nebrot, fue mencionado en primer lugar entre los hijos de Cam, del que ya se habían contado cinco hijos y dos nietos. Pero engendró a ese gigante o bien después de que hubieran nacido sus nietos, o bien, cosa que resulta más creíble, la escritura habló de él por separado a causa de su preeminencia, puesto que también se recordó su reino, cuyo comienzo era aquella nobilísima ciudad de Babilonia, y las ciudades o regiones que se mencionan junto a ella. Pero lo que se ha contado de que Asur salió de aquella tierra, es decir, de la tierra de Senaar, que pertenecía al reino de Nebrot, y construyó Nínive y otras ciudades que ha enumerado, sucedió mucho después, cuestión que tocó aprovechando la ocasión con la excusa del prestigio del imperio de los asirios, que admirablemente expandió Nino, el hijo de Belo, fundador de la gran ciudad de Níníve, ciudad cuyo nombre deriva del suyo, de manera que era llamada Nínive a partir de Nino26. Asur, por su parte, de donde proceden los asirios, no estuvo entre los hijos de Cam, el hijo mediano de Noé, sino que se encuentra entre los hijos de Sem, que fue el hijo mayor de Noé27. De ahí se hace patente que de la estirpe de Sem surgieron los que después conquistaron el reino de aquel gigante y desde allí se extendieron y fundaron otras ciudades, la primera de las cuales fue llamada Nínive por Nino. De aquí se vuelve a otro hijo de Cam, que se llamaba Mesraim, y se recuerda a los que engendró, no como individuos, sino como siete naciones. Y de la sexta, como de un sexto hijo, se recuerda que surgió la nación que recibe el nombre de filistea, de donde hacen ocho. De ahí se vuelve de nuevo a Canaán, el hijo en el cual fue maldito Cam, y son mencionados los once que engendró. Después se indica hasta qué fronteras llegaron, mencionándose algunas ciudades. Y por esto, si se cuentan los hijos y nietos, se citan treinta y uno nacidos de la estirpe de Cam.

Resta por mencionar a los hijos de Sem, el hijo mayor de Noé, pues el relato de esas generaciones, comenzado por el menor, llega gradualmente hasta él. Pero la relación desde donde comienzan los hijos de Sem presenta cierta oscuridad que debe ser aclarada en la exposición, porque atañe, y mucho, a la cuestión que investigamos. En efecto, se lee así: Y Sem, el padre mismo de todos los hijos y hermano mayor de Jafet, tuvo como descendencia a Heber28. El orden de las palabras es el siguiente: y Sem tuvo como descendencia a Heber, también él mismo, es decir, el propio Sem, tuvo a Heber, y este Sem es el padre de todos los hijos. Así pues, quiere darse a entender que Sem es el patriarca de todos aquellos que han nacido de su estirpe, a los que había de mencionar, ya sean sus hijos, ya sus nietos y bisnietos y otros descendientes suyos. En realidad, Sem no engendró directamente a ese Heber, sino que se encuentra en quinto lugar a partir de él en la línea de sus descendientes. Lo cierto es que Sem entre otros hijos engendró a Arfaxat, Arfaxat engendró a Cainán, Cainán engendró a Sala, Sala engendró a Heber. Consecuentemente, este mismo fue mencionado no sin motivo en primer lugar en la descendencia procedente de Sem y antepuesto incluso a sus hijos, aun perteneciendo a la quinta generación, dado que es verdad lo que transmite la tradición, que los hebreos reciben su nombre de aquel, como hebereos. Aunque también podría darse otra interpretación, que parezca que reciben su nombre de Abraham, como Abraeos; pero, evidentemente, la verdad es que se llaman hebereos a partir de Heber y después, debilitada una letra, hebreos29, cuya lengua solo pudo conservar el pueblo de Israel, en el cual la ciudad de Dios fue peregrina en los santos y proyectada en todos como símbolo. Así pues, en primer lugar se nombran seis hijos de Sem, después de uno de ellos nacieron sus cuatro nietos y, del mismo modo, otro de los hijos de Sem engendró a su nieto, y de aquel igualmente nació un bisnieto y de allí un tataranieto que es Heber. Heber, por su parte, engendró dos hijos, a uno de los cuales llamó Falec, que significa «el que divide»30. Después la escritura, añadiendo y dando explicación de este nombre, dice: Porque en sus días fue dividida la tierra31. Más adelante se mostrará qué sentido tienen estas palabras32. Por otra parte, el otro que nació de Heber engendró doce hijos; y por esto todos los descendientes de Sem hacen veintisiete. Por tanto, en total todos los descendientes de los tres hijos de Noé, a saber, los quince de Jafet, los treinta y uno de Cam y los veintisiete de Sem, hacen setenta y tres. Después la escritura continúa diciendo: Estos son los hijos de Sem en sus tribus, según sus lenguas, en sus territorios y en sus naciones33; y, asimismo, dice de todos: estas son las tribus de los hijos de Noé según sus generaciones, según sus naciones. De ellas se dispersaron las islas de las naciones sobre la tierra tras el diluvio34. De donde se concluye que hubo entonces setenta y tres o, más bien (cosa que se demostrará más adelante), setenta y dos naciones, no individuos. Pues incluso antes, tras mencionarse a los hijos de Jafet, se concluyó así: De ellas se dispersaron las islas de las naciones sobre la tierra, cada uno según su lengua en sus tribus y en sus naciones35.

Por otra parte, entre los hijos de Cam en cierto pasaje se mencionan más claramente las naciones, como mostré más arriba. Mesraim engendró a los que son llamados Ludiim36; y de este mismo modo las restantes naciones hasta siete. Y una vez mencionados todos, más adelante concluye diciendo: Estos son los hijos de Cam en sus tribus, según sus lenguas, en sus territorios y naciones37. Por consiguiente, los hijos de muchos no son mencionados por el siguiente motivo, porque al nacer se agregaron a otras naciones, pero ellos mismos no fueron capaces de formar una nación. Pues ¿por qué otra razón, siendo mencionados ocho hijos de Jafet, solamente se nombran los hijos nacidos de dos de ellos, y siendo citados cuatro hijos de Cam, tan solo se añaden los nacidos de tres, y siendo nombrados seis hijos de Sem, se incluye la descendencia de dos? ¿Acaso los restantes se quedaron sin hijos? Lejos se esté de creerlo. En lugar de ello, no formaron naciones por las cuales mereciesen ser recordados porque, conforme iban naciendo, se agregaban a otras naciones.

La ciudad de Dios. Libros XVI-XXII

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