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Contradicciones de Marcos

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4. Esto excede a los ¡ah!, a los ¡ayes! y a todas las exclamaciones e interjecciones trágicas posibles. En efecto ¿quién no odiará a aquel mal poeta, que es productor de tan grandes mentiras, cuando vea la verdad convertida por Marcos en ídolo y en un ídolo marcado al fuego con las letras del alfabeto? Hace poco, mirando desde el principio o, como se dice, desde ayer o antes de ayer los griegos, por propia confesión suya, han recibido en primer lugar de Cadmos dieciséis de esa letras; después, con el transcurso del tiempo, ellos mismos han encontrado tanto las aspiradas como las dobles; y finalmente dicen que Palamedes ha agregado a ellas las largas.

Así, antes de que sucediera todo esto entre los griegos, no existía la Verdad, porque su cuerpo según tú, Marcos es posterior a Cadmos y a sus predecesores, posterior también a los que añadieron las demás letras, posterior en fin a ti: puesto que solamente tú has convertido en ídolo aquello que llamas la Verdad.

5. ¿Quién podrá soportar tu Silencio tan locuaz, que nombra al Innominable, describe al Indescriptible, explora al Impenetrable, y afirma, según tú, que aquel que está sin cuerpo y sin figura ha abierto la boca y ha proferido una Palabra, como cualquiera de esos vivientes, que están compuestos de partes, y que esta Palabra, semejante al que la ha proferido y forma del Invisible está hecha de treinta letras y cuatro sílabas? Por tanto, a causa de su semejanza con el Logos, el Padre de todas las cosas, como tú dices, estará hecho de treinta letras y cuatro sílabas.

O también ¿quién podrá soportar que tú quieras encerrar en las figuras y en los números –ya treinta, ya veinticuatro, o solamente seis– al que es el Creador, el Demiurgo, y el Autor de todas las cosas, a saber el Verbo de Dios; a quien tú le encierras en cuatro sílabas y treinta letras; a quien tú le proclamas Señor de todas las cosas, y a quien ha consolidado los cielos con el número 888, como lo has demostrado tú con el alfabeto; a quien contiene todas las cosas y no es contenido por nadie,35 y tú le subdivides en Tétrada, Ogdóada, Década y Dodécada y que, por tales multiplicaciones, expresas detalladamente lo que es, como tú dices, la indecible e inconcebible naturaleza del Padre? Y a aquel que tú llamas incorpóreo y sin sustancia tú le fabricas la esencia y la sustancia con una multitud de letras salidas unas de otras, como Dédalo mentiroso que eres y malvado artesano del Poder Supremo. Y esta sustancia, que dices indivisible, tú la subdivides en consonantes mudas, en vocales y semivocales, atribuyendo falsamente las mudas al Padre y a su Pensamiento; sumerges por ello en lo más profundo de las blasfemias y en la mayor de las impiedades a todos aquellos que se fían de ti.

6. Por eso con justo título y de una manera apropiada a tu audacia el divino anciano36 y heraldo de la verdad clamó contra ti por medio de los versos siguientes:

Tú, fabricante de ídolos, Marcos,

Observador de portentos,

Hábil en el arte del astrólogo y el brujo,

Reforzando con ello las palabras de tu falsa ciencia,

Deslumbrando con señales a aquellos a quienes descarrías,

Extraña obra de poder que desafía a Dios.

Tu padre Satanás aún te da potencia

Para ejecutarlo, por un poder angélico

Azazel: tú, marcado por el destructor

Precursor escogido de un arte impía.

Tales son las palabras del viejo amigo de Dios. Nosotros, en cambio, vamos a tratar de explicar brevemente el resto de sus misterios, que son largos, y poner al descubierto lo que ha estado oculto durante tanto tiempo. Así esas aberraciones podrán ser refutadas sin dificultad por todo el mundo.

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