Читать книгу Ventana abierta a nadie - Almudena Anés - Страница 8

I

Оглавление

Medianoche de fin de semana. Los vecinos llevan toda la noche hablando sobre la guerra en algún país de esos. Marido ronca. Arquitecta sueña despierta y se acuerda de aquella familia con aquella hija que siempre estaba triste.

¿Cómo no gritarles a las paredes vacías?

Ayer fue otra fecha marcada en el calendario. Hoy he despertado con menos ganas que nunca y el ahora es una mota de polvo entre mis ojos y el futuro del que todos me han hablado. Creo que alguien se equivocó escribiendo mi nombre entre la lista de los elegidos porque ni mi sombra me apoya ya. Estas son las verdades que nadie escucha, las historias de una piel marchita que luce joven y se esconde detrás de los párpados. Grito desde una habitación sin salida, no hay quien escuche el manifiesto de mi vida.

Las heridas se visten de porvenir.

Solo perdura la victoria pírrica. Prefiero morir joven que siendo un espectro de lo que fui, el pellejo de una vida no vivida que se conserva en botes de salmuera y enfermedades venéreas. Las ventanas se van cerrando al paso de los golpes y el tiempo se aleja. No hay pomos ni persianas ni segundas oportunidades. Chillo cada noche cuando siento en mi propio cuerpo el daño ajeno, pero hermano. Violencia que se ceba con las calles a oscuras y las farolas que se apagan porque el Ayuntamiento no paga, carreras apresuradas para volver a casa y el miedo. Siempre con un terror forzoso.

Necesitamos más manifestaciones sobre las avenidas abiertas como venas a la ciudad y al país que se derrama entre lluvias que no sirven para agotar la sequía de los corazones desesperados. Más gritos y más chillidos, caceroladas y huelgas generales que paralicen por un segundo el móvil perpetuo.

Me manifiesto para poder mejorar y cambiar.

Me declaro en contra de todos por pelear por el mañana y no sentir el dolor de la tristeza cuando mi generación se queda parada y no lucha.

Solamente calla.

Ventana abierta a nadie

Подняться наверх