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CARTA A FILEMÓN
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1 Pablo, preso de Jesús, el Mesías, y Timoteo, el hermano, a nuestro dilecto y colaborador Filemón, 2 a Apfia, la hermana, a Arquipo nuestro compañero de armas, y a la iglesia de tu casa. 3 Gracia y paz a vosotros de parte de Dios, nuestro padre, y del señor Jesús, el Mesías.
4 Doy gracias a mi Dios sin cesar, haciendo memoria de ti en mis oraciones, 5 al oír tu amor y tu fe, la que tienes para con el señor Jesús y para todos los santos, 6 a fin de que tu comunión en la fe resulte eficaz en el conocimiento perfecto de todo el bien que hay en nosotros va dirigido hacia el Mesías. 7 Pues tuve gran alegría y consuelo por tu amor, y porque las entrañas de los santos descansaron gracias a ti, hermano.
8 Por lo cual, aunque tengo en el Mesías mucha libertad para mandarte lo que conviene, 9 en nombre del amor prefiero rogarte, yo, este Pablo ya anciano, y además ahora preso de Jesús, el Mesías.
1-3 Es la fórmula introductoria de la carta. Pablo no se titula aquí «apóstol» porque escribe a título personal. Sin embargo, este escrito no es de hecho tan personal, puesto que Pablo apela una vez a su autoridad apostólica (v. 8). Pablo está aún encarcelado (vv. 1.9, y se supone que se trata de la misma prisión desde la que escribió Flp, quizás en Éfeso, según algunos), pero ahora hay un cambio: espera una pronta absolución, de modo que podrá visitar de inmediato al destinatario de la carta (v. 22). Otros interpretan esta esperanza de liberación como signo suficiente de que se trata de otro encarcelamiento distinto al de Éfeso.
2 Apfia: acompañan dos personas a este Filemón. La primera es una mujer, Apfia, cristiana, naturalmente («hermana»; ¿esposa de Filemón?), y un varón llamado Arquipo (¿su hijo?), que trabajaba también en la difusión del evangelio: «nuestro compañero de armas» (véase nota a Flp 2,25 y 1 Tes 5,8, nota). Contrástese este pasaje con 6,13-17 para el uso de metáforas militares. Arquipo: en Col, probable obra de un discípulo de Pablo, aparece este personaje, Arquipo, a quien el autor recomienda con un tono un tanto desabrido que piense en cumplir el ministerio que ha recibido del Señor (4,17). iglesia de tu casa: la comunidad doméstica de creyentes en torno a Filemón (v. 2), que es sin duda el paterfamilias. Cuando una familia entera —que incluía a los esclavos— se convertía, hay que interpretar normalmente que era arrastrada por el personaje principal. Pero aquí parece que Onésimo fue convertido por Pablo (v. 10).
4-7 En retórica clásica estos versículos constituyen una captatio benevolentiae, es decir, un intento de granjearse la complacencia del receptor del escrito, alabándolo con la intención de pedirle luego algún favor..., y que este lo conceda con gusto (v. 14). Según el esquema retórico que parece seguir la carta, la petición aparece —dentro del cuerpo de la carta: vv. 8-21— en el v. 10. La exposición de motivos (en retórica, la confirmatio) a favor de la petición serían los vv. 8-16, que están alrededor del v. 10. La exhortación final (peroratio) son los vv. 17-22, donde se repite y amplía la súplica. En estas líneas se observa a un Pablo que actúa con gran sabiduría y dominio del lenguaje: pide sin pedir; ejerce su autoridad sin parecerlo; ofrece una compensación al dueño y a la vez manifiesta sutilmente su esperanza de que este no la acepte.
6 conocimiento perfecto... va dirigido hacia el Mesías: frase difícil de precisar en detalle; quizás «en lo que respecta al Mesías». «Va dirigido hacia el Mesías» no corresponde al griego normal en Christói, en dativo, sino a eis Christón, en acusativo, que indica la dirección. Precisando más, es posible que quiera decir que todo el bien que comporta la nueva fe va dirigido a conocer mejor al Mesías, y consecuentemente a participar en lo nuevo que trae lo que ocurrió «en el Mesías», al comprender bien el evangelio (1 Cor 2,6; 13,10; 2 Cor 13,11 y Flp 1,9 y 3,12). Los adversarios de Pablo solían presumir de «conocer perfectamente» (el evangelio, los secretos del Mesías, etc.), pero Pablo dice que el único que proporciona un conocimiento perfecto de Jesús es su evangelio no el de sus adversarios, y mucho menos el mensaje de la filosofía o el de los cultos de misterio.
10-25
10 Te ruego en favor de mi hijo, a quien engendré entre las cadenas, Onésimo, 11 en otro tiempo para ti inútil, mas ahora muy útil para ti y para mí. 12 Te lo he devuelto... a este, es decir, mis propias entrañas. 13 Yo querría retenerlo conmigo, para que me sirviera en tu lugar en estas cadenas por el evangelio. 14 Pero sin consultarte, nada quise hacer, para que esta buena acción tuya no fuera forzada sino voluntaria.
15 Pues tal vez se alejó de ti por algún tiempo para que lo recuperaras para siempre, 16 ya no como esclavo, sino como algo mejor que un esclavo, como un hermano querido, que siéndolo especialmente para mí, ¡cuánto más lo será para ti, no solo en la carne, sino también en el Señor! 17 Si pues me consideras en comunión contigo, acógele como a mí mismo. 18 Y si en algo te perjudicó, o te debe algo, ponlo a mi cuenta. 19 Yo mismo, Pablo, lo escribo con mi mano; yo pagaré... por no decirte que tú mismo estás en deuda conmigo. 20 Sí, hermano, que obtenga de ti esta satisfacción en el Señor. ¡Alivia mis entrañas en el Mesías!
21 Confiado en tu docilidad te escribo, sabedor de que harás más de lo que te digo. 22 Y al mismo tiempo, prepárame hospedaje, pues espero que por vuestras oraciones se os concederá la gracia de mi presencia.
23 Te saludan Epafrás, mi compañero de cautiverio en Jesús, el Mesías, 24 Marcos, Aristarco, Demás y Lucas, mis colaboradores.
25 Que la gracia del Señor Jesús el Mesías sea con vuestro espíritu.
10 Te ruego en favor de mi hijo, a quien engendré entre las cadenas..., indica claramente que el esclavo huido había sido convertido y bautizado por Pablo, que estaba en la cárcel. Juego de palabras en griego: Onésimo significa «útil»: en tiempos pasados fue «inútil» para Filemón, como siervo huido, pero «útil» para Pablo. Pero este cumple con la ley del Imperio y devuelve al fugado, aunque lo siente de veras. Lo que devuelve literalmente son «sus entrañas», es decir, su corazón (vv. 12 y 20). Fuera un esclavo bien o mal tratado, estuviera o no justificada moralmente una fuga, sobre aquel que ayudara a un siervo huido recaía el peso de una dura ley imperial que castigaba severamente el colaboracionismo con los esclavos tránsfugas, a veces incluso con la pena capital. Si se tiene en cuenta que el peso de la economía productiva del Imperio caía sobre los hombros de los esclavos, muy numerosos, todo siervo que se fugara significaba un quebranto para el sistema. Por eso las leyes para proteger el sistema esclavista eran muy severas. Pablo no quería incurrir en falta grave, y se somete al Imperio como recomienda en Rm 13,1-7.
15-17 Estos versículos son una explicitación del v. 10. Pablo pide a Filemón que Onésimo, a su vuelta, cuente con su comprensión; que no tenga que sufrir un castigo merecido; que su amo lo reciba no ya como un siervo, sino «como un hermano querido... en el Señor», miembro de la misma «iglesia» (v. 16). Pablo apostilla: al obrar así es como si lo recibiera a él mismo (v. 17).
16 esclavo... en la carne... en el Señor: se discute el significado exacto del v. 16: «Ya no como esclavo... sino también en el Señor». Unos ven aquí una clara contraposición «en la carne»/«en el Señor» y una delicada expresión metafórica: Filemón va a recuperar a Onésimo «tan libre en la carne como su amo Filemón», es decir, emancipado, y además «en el Señor» = como «mesianista», o «cristiano» = «en el Mesías». Otros argumentan que Pablo no formula en parte alguna de la carta una petición clara: la frase es oscura voluntariamente, por lo que no tiene por qué significar que Pablo se esté atreviendo nada menos que a pedir la libertad de un siervo que acaba de retornar a su dueño tras una fuga.
18-20 Si en algo te perjudicó... parece aludir a dos posibilidades: o bien Onésimo huyó llevándose alguna propiedad del amo, o bien es una referencia al perjuicio causado al dueño por la falta de mano de obra durante la ausencia. En cualquier caso Pablo pagará esa deuda; lo garantiza con su puño y letra (v. 19). En el fondo, sin embargo, espera que el amo no exija el cobro, «pues tú mismo (Filemón) estás en deuda conmigo», es decir, con Pablo. Como Filemón probablemente había sido también convertido por Pablo, está en deuda con él. El v. 20 dice, pues, en el fondo: «Ni se te ocurra cobrarme».
21 Se discute también el significado de «confiado en tu docilidad» —la de Filemón—, «sabedor de que harás más de lo que te digo». Quizás sea una especie de repetición de una frase anterior (v. 16) en la que sutilmente Pablo podría pedir la manumisión, la libertad del esclavo. O bien, que se refiera solo a que Pablo espera de Filemón un comportamiento con el huido aún mejor que el que se podría imaginar normalmente.
22-25 Son estos versículos la conclusión de la carta. Pablo piensa ser liberado pronto y visitar de inmediato la ciudad de Filemón..., sea cual fuere. Los nombres de personas que aparecen en los saludos finales (v. 24) se encuentran todos en Col, de donde se ha deducido que tanto Filemón como esa carta pertenecen a una misma época. Pero el asunto no es tan sencillo, ya que se discute ampliamente si Col es auténticamente paulina o no. En esta edición se ha optado por el no.