Читать книгу Los libros del Nuevo Testamento - Antonio Piñero - Страница 60

Durante el llamado «segundo viaje misionero», y después de que la asamblea de Jerusalén (Hch 15; Gal 2) permitiera que los gentiles siguieran en parte su modo de vida, sin la obligación de circuncidarse y sin la necesidad de observar las leyes de pureza del judaísmo, Pablo llega desde Filipos (norte de Grecia) a Tesalónica (2,2), y funda aquí una nueva comunidad de seguidores de Jesús, el Mesías (1,5s). Tuvo Pablo que marcharse pronto porque su predicación no gustaba a muchos judíos y provocaba malestar social, por lo que se planteó volver a Tesalónica más adelante, pero las circunstancias lo impidieron (2,17ss).

En el entretanto Pablo está en Atenas (3,1) y desde allí, ansioso por saber cómo les iba a los nuevos seguidores del Mesías, envía a su discípulo Timoteo a Tesalónica (3,1s). Pablo sabe que le compete velar por la perseverancia en la fe de las comunidades que ha fundado. Timoteo vuelve con buenas noticias (3,6), y probablemente con una carta en la que los tesalonicenses piden al Apóstol que les aclare algunas dudas respecto a los momentos finales del mundo y la segunda venida de Jesús como juez triunfante (4,13ss). Lo que más preocupaba a los tesalonicenses era qué iba a ocurrir con los creyentes que habían fallecido antes de la venida de Jesús, el Mesías, que se imaginaba muy próxima. Pablo responde a esta cuestión y aprovecha para expresar también otras ideas sobre la vida diaria de la comunidad.

Probablemente muchos de los miembros del grupo eran de origen pagano, y de un estrato social medio o bajo. Su fe les había retraído de la participación plena en la vida de la ciudad a causa de su apartamiento de la fe en los dioses cívicos, que conllevaba la adopción de costumbres especiales. Por ello sentían la hostilidad del entorno que les incitaba a desfallecer en la fe, que debían contrarrestar con la esperanza de un fin inmediato del mundo. No se encuentran aún en esta carta algunos de los grandes temas de la teología paulina (sí aparece alguna reflexión sobre la naturaleza del Hijo de Dios, el sentido predeterminista de la elección divina y la función de la muerte del Mesías), quizás porque Pablo está al comienzo de sus viajes misioneros autónomos y aún no se ha desatado la hostilidad abierta a algunas de sus ideas —como la justificación por la fe— por parte de los judeocristianos sobre todo, y quizás de algunos prosélitos.