Жанры
Авторы
Контакты
О сайте
Книжные новинки
Популярные книги
Найти
Главная
Авторы
Blanca Alexander
Amarillo
Читать книгу Amarillo - Blanca Alexander - Страница 1
Оглавление
Предыдущая
Следующая
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
22
...
35
Оглавление
Купить и скачать книгу
Вернуться на страницу книги Amarillo
Оглавление
Страница 1
Страница 2
Страница 3
Страница 4
Страница 5
Страница 6
UN HALLAZGO MÁGICO —¡Nirvenia es el único continente de la Tierra! —refutó con severidad el profesor Pompe Lueda. Se levantó con tanta brusquedad que los cortos rizos de su cabello grisáceo se tambalearon, caminó con ojos chispeantes hacia al alumno que últimamente no dejaba de cuestionar sus enseñanzas—. ¡No hay nada más allá de las fronteras que indican los mapas, siglos de estudios y búsquedas han arrojado el mismo resultado! ¡Las tierras antiguas yacen en el fondo del océano y solo existe aquella que pisamos!
*** Sebastián y Dan permanecían encerrados en un cuarto angosto y húmedo con luz tenue y poca ventilación.
*** Luego de entrar con premura a la oficina principal de la alcazaba central del país, el sargento Pablo Naltes se precipitó para dar la noticia.
*** —Le dirás a padre lo que pasó.
Te guiaré hasta la habitación secreta del Palacio del Reloj.
*** En los vestidores, Marcus terminaba de guardar sus pertenencias en la mochila.
CAMBIAR EL MUNDO, SALVAR EL MUNDO Las paredes de la mansión de los Tyles eran tan blancas como la nieve, mientras que ventanas y puertas destacaban por un tono de azul similar al que adopta el mar en sus zonas más profundas. La construcción estaba rodeada por extensos jardines, donde un inmenso árbol de grueso tronco y hojas amarillas era el protagonista. El reparto de la gran escena de la naturaleza se complementaba con flores de distintos colores que de forma constante recibían la visita de pequeños pájaros y mariposas.
*** La pintura de un sistema solar compuesto por seis planetas, la Luna y el Sol adornaba una de las paredes azules del cuarto de Sebastián; un mueble grande de madera, repleto de libros y algunas fotografías, formaba parte del mobiliario.
Soy quien te guiará, debes ir al Palacio del Reloj. No temas.
Tu mundo perecerá si no lo haces, debes ser fuerte y valiente para salvarlo… Mi presencia será constante cuando estés en el Palacio del Reloj.
*** Marcus lanzaba piedras hacia un pequeño lago en medio del bosque. Cerca de allí, su familia tenía una cabaña. Su caballo marrón con crines negras aguardaba atado a un árbol, mientras él arrojaba las piedras cada vez más lejos. Deseaba regresar algunas horas atrás, cuando su mayor preocupación era que estaba enamorado de una novicia por orden, una jovencita escogida directamente por el máximo representante de la iglesia de Nirvenia, el Abba, para que consagrara su vida al servicio de Dios, al cual llamaban el Santo. La renuncia no era una opción para ella o sus compañeras de orden, la única forma de liberarse de la obligación era a través de un mandato del Abba, quien también decidía la forma de castigo que se aplicaba a las desertoras.
EL DIARIO DE KURT Mientras la lluvia desaparecía y el sol se resistía a regresar, Marcus cabalgó a gran velocidad de vuelta a la mansión. El olor de la tierra mojada era tan intenso como el vapor que emanaba del suelo.
*** Dan esperó que Sebastián culminara su práctica de equitación para hablar del plan que había ideado para entrar al Palacio del Reloj sin ser vistos. En el establo donde dejaban al caballo para que descansara, el niño de piel morena se dispuso a darle los detalles:
*** El sol se había ocultado. Lleno de impotencia, Milton entró a la mansión y fue directo al salón principal, donde se sentó junto a la chimenea. El ama de llaves acudió a su llamada.
KIT HARRISON Diora aguardaba junto a la cama de Sebastián, observaba con detenimiento la pintura del sistema solar que adornaba la habitación. Apreció las imágenes de la Tierra y la Luna, un planeta rojo con sombras, otro amarillo opaco y el más pequeño de color naranja con zonas azules. También vio el plantea marrón rodeado por el anillo plateado, seguido del último, lila con partes blancas. Todos estaban rodeados de un cielo oscuro lleno de estrellas.
*** —¿Qué te ocurre? Has pasado toda la mañana distraído.
*** La mañana de la conmemoración de otro año de la independencia de Zuneve, las campanas del templo de Río Dulce repiquetearon con inusitada fuerza. En las entradas de las casas más humildes y las más acaudaladas izaron la bandera nacional. La mansión de los Tyles no evadió esa tradición, aunque no reinaba precisamente un ambiente de celebración.
*** Sebastián permanecía en su habitación, donde sacudía el pergamino y hablaba en voz alta.
Cuando decidas ir al Palacio del Reloj, te guiaré para que encuentres respuesta a todas tus preguntas.
Entonces esta noche empezará el cambio que tu mundo necesita.
Paciencia, falta muy poco para que entiendas por qué eres tan diferente a otras personas.
EL ANUNCIO En lujosos carruajes arribaron los representantes del reino de Galanea y las diferentes ciudades de Zuneve. El salón de eventos de la Casa Amarilla (la residencia del presidente), era un espacio muy amplio y de techo alto fabricado en oscura madera reluciente. Mesas cubiertas por manteles color champaña y con coloridos arreglos florales en el centro llenaban la estancia. A un costado se ubicaba la orquesta, conformada por más de treinta músicos, y diagonal a esta se encontraba la mesa de la familia presidencial.
*** Sebastián salió por la ventana de su habitación y descendió hasta el primer piso usando la enredadera que crecía adherida a la pared exterior. Luego corrió hasta el establo, donde lo esperaba Dan. Ambos lucían como niños del pueblo gracias a sus vestimentas humildes: bermudas marrones, camisón beige y zapatos desgastados. Sebastián cargaba una mochila de cuero, donde guardaba el pergamino mágico, además de agua, varias manzanas y una fotografía familiar. Al encontrarse con su amigo, no pudo evitar manifestar con asombro que le parecía casi un milagro que los guardaespaldas que vigilaban la mansión no lo hubieran visto.
Abre la puerta y acércate al reloj.
Nadie te verá, serás invisible durante unos minutos.
Busca la luz.
Debes entrar.
*** Cuando terminó la canción que muchos de los invitados bailaban, resonó el golpe de un cubierto contra una copa, producido por el presidente Aurelio Buenas Casas para indicar que empezarían los breves anuncios. Hombres y mujeres regresaron a sus respectivas mesas, mientras el primer mandatario agradecía la presencia de los asistentes, destacando la presencia de la delegación del reino y el resto de los señores del país. Después invitó a escuchar el sermón que el Abba pronunciaría al día siguiente en el templo de Río Dulce, y bromeó al aconsejar no beber tanto esa noche para ser puntuales. Seguido de esto, mencionó la nueva medida tomada por el gobierno para reclutar menores de dieciocho años de cualquier clase social, y mintió al decir que el objetivo era ofrecer a todo joven zunés la oportunidad de servir a su país y gozar de educación subsidiada en la escuela militar. Esta declaración le valió profusos aplausos. Al culminar las felicitaciones, llegaron los anuncios que a Rodrigo le interesaba que Marcus escuchara.
{buyButton}
Подняться наверх