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Episodio 8 Preservación y hundimiento del derecho romano

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«Los príncipes resuelven las cosas de menor importancia, y las de mayor se tratan en junta general de todos: pero de manera que aun aquellas de que toca al pueblo el conocimiento, las traten y consideren primero los príncipes. Júntanse a tratar de los negocios públicos –si no sobreviene de repente algún caso no pensado– en ciertos días, como cuando es luna nueva, o cuando es llena, que este tiempo tienen por el más favorable para emprender cualquiera cosa. [...] Siéntanse armados y cada uno como le agrada. Los sacerdotes mandan que se guarde silencio, y todos los obedecen, porque tienen entonces poder de castigar. Luego oyen al rey o al príncipe –que les hace los razonamientos–, según la edad, nobleza o fama de cada uno adquirida en la guerra, o según su elocuencia, teniendo más autoridad de persuadir que poderío de mandar. Si no les agrada lo propuesto, contradícenlo, haciendo estruendo y ruido con la boca; pero si les contenta, menean y sacuden las frámeas (jabalinas). Que entre ellos es la más honrada aprobación la que se significa con las armas».

Tácito Germania (98 d. C)

«Rarísimas veces en el espacio de los tiempos, impulsada por su caprichosa veleidad, se entrega el azar a un cualquiera. Rarísimas veces –momentos maravillosos de la historia de la Humanidad– el hilo de los hados se detiene un instante en la indiferente mano de un hombre que se siente más asustado que feliz ante la borrasca de responsabilidades que le empuja entonces a tomar parte en el heroico espectáculo del mundo, y la mano deja escapar el hilo que había retenido unos segundos. Son poquísimos los que se dan cuenta de ese azar y lo aprovechan para elevarse. Efímero es el momento en que la grandeza se entrega a los pusilánimes, y la suerte no volverá a ellos por segunda vez».

Stephan Zweig Momentos estelares de la Humanidad (1927)

SUMARIO: LOS IMPERIOS PASAN... PERO EL DERECHO PERMANECE. Fracaso político y éxito jurídico. Un monumento legal para la eternidad: la Compilación justinianea. Romanos vs Germanos. LOS REINOS GERMÁNICOS Y LA RUPTURA DE LA TRADICIÓN JURÍDICA IMPERIAL. Justicia colectiva versus justicia imperial. Caso por caso y ateniéndose a lo decidido. Pluralidad frente a uniformidad. Unos jefes populares. Una sociedad fragmentada. La «privatización» del poder político.

Los emperadores desaparecen, pero no sus súbditos. Estos últimos pueden carecer de autoridad política, pero necesitan siempre un sistema jurídico para no desintegrarse como grupo social. Dicho de otro modo, el poder político pasa, pero el derecho permanece. Sobre todo, si se trata de un derecho que funciona, de un sistema de resolución de conflictos eficaz, como el que desarrollaron los romanos, que no solo sobrevivió a la desaparición del Imperio, sino que se convirtió en la base de la organización jurídica de Occidente, pues aún hoy su influencia sigue siendo determinante en el ámbito jurídico a nivel mundial.

La historia está llena de casualidades que la cambian para siempre, como nos muestra magistralmente Stefan Zweig en sus Momentos estelares de la humanidad. Uno de estos azares es la supervivencia del sistema jurídico romano. Tras desaparecer prácticamente de la historia jurídica de Occidente durante seis siglos, el derecho romano reaparece insólitamente en la Edad Media ¡nada más y nada menos que en las aulas universitarias! Y desde allí inicia una andadura imparable que lo convierte en la base del sistema jurídico europeo, esencialmente porque los poderes políticos de la Europa medieval, papas, emperadores y reyes, descubren que es utilísimo para consolidar su autoridad. Por eso, y a pesar de haber resurgido inicialmente en el ámbito académico, al margen del poder político, el derecho romano acabaría convirtiéndose, otra vez, en instrumento del poder, y como tal en sinónimo de «ley». El proceso fue largo y requirió que se diesen una serie de circunstancias, por lo general aleatorias.

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