Читать книгу Comentario al texto hebreo del Antiguo Testamento - Profetas Menores - C. F. Keil - Страница 113

La aflicción no puede superarse con el llanto y la lamentación, sino solo con el arrepentimiento y la súplica al Señor, el único que puede hacer que pase el mal. Por eso, el profeta comienza a llamar a los sacerdotes para que ofrezcan al Señor súplicas penitenciales, día y noche, en el templo, convocando también a los ancianos y a todo el pueblo, para que observen un día de ayuno, penitencia y oración, ofreciendo finalmente, él mismo (el profeta), súplicas al Señor, para que tenga compasión de todos (Joel 1, 19).

Por el motivo asignado a esta llamada penitencial, descubrimos que se ha dado también una terrible sequía, junto a la devastación de las langostas, de manera que unos y otros, hombres y animales, han debido sufrir un amargo dolor, y en esa línea Joel ha descubierto esta terrible calamidad como un signo de la llegada del día del Señor.