Читать книгу Comentario al texto hebreo del Antiguo Testamento - Profetas Menores - C. F. Keil - Страница 126

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¹⁸ Y Yahvé, solícito por su tierra, perdonará a su pueblo. ¹⁹ Responderá Yahvé y dirá a su pueblo:

Joel 2, 18-19a contienen una afirmación histórica según la cual, a consecuencia de la oración penitencial de los sacerdotes, el Señor desplegó su misericordia sobre su pueblo, y les concedió su promesa, la primera parte de la cual se encuentra en Joel 2, 19b-27. Según la gramática, los dos imperfectos con waw consecutiva (aNEïq;y>w: y ![;Y:“w:) exigen que lo indicado en esas frases haya sucedido de hecho. Los pasajes en los que los imperfectos con waw consecutiva se utilizan de otra forma son de diverso tipo, como por ejemplo en Joel 2, 23, donde uno está en una cláusula subordinada, precedida por perfectos.

Dado que el verbo ![;Y:“w: describe la promesa que sigue como una respuesta que Yahvé ha dado a su pueblo, debemos deducir que lo sacerdotes han realizado realmente la oración penitencial y de súplica que el profeta les había pedido (exigido) en Joel 2, 17. El hecho de que eso no se diga expresamente no exige que traduzcamos los verbos de Joel 2, 17 en presente, ni que los tomemos como afirmaciones de lo que el sacerdote realizó realmente (Hitzig), ni que cambiemos los verbos de 2, 18-19 en futuros.

Simplemente, basta con suplir (suponer que se ha realizado) el mandato del profeta entre 2, 17 y 2, 18. קנּא con ל, estar celoso por una persona, es decir, mostrar el celo de amor hacia ella, como en Ex 39, 25; Zac 1, 14 (cf. Comentario a Ex 20, 5). חמל como Ex 2, 6; 1 Sam 23, 21. En la respuesta de Yahvé que sigue los tres elementos de la promesa no se dan conforme a su orden cronológico, sino en un orden que añade fuerza a la descripción.

–2, 19b ofrece una promesa de ayuda en la situación de agobio total en que se encuentran hombres y animales por la langosta y la sequía.

–2, 20 contiene una promesa de destrucción del devastador.

–2, 21-23 describe el tercer elemento, con el desarrollo posterior de la promesa, es decir, la llegada del Maestro para la justicia.

Solo después, finalmente, en 2, 23-27 se describen los dones de la lluvia fertilizante que hará posible una cosecha abundante de frutos de un campo que había sido devastado por las langostas, como primera de las bendiciones concedidas al pueblo (cronológicamente).