Читать книгу Comentario al texto hebreo del Antiguo Testamento - Profetas Menores - C. F. Keil - Страница 124
2, 15-17
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15 ¡Tocad trompeta en Sión, proclamad ayuno, convocad asamblea, 16 reunid al pueblo, santificad la reunión, juntad a los ancianos, congregad a los niños, aun a los que maman, y salga de su alcoba el novio y de su lecho nupcial la novia! 17 Entre la entrada y el altar lloren los sacerdotes ministros de Yahvé, y digan: Perdona, Yahvé, a tu pueblo, y no entregues al oprobio tu heredad para que las naciones no la hagan objeto de proverbios. ¿Por qué han de decir entre los pueblos: dónde está su Dios?
2, 15‒16. Para que esta amonestación sea todavía más enfática, el profeta concluye con la repetición de la llamada para que se proclame una asamblea en el templo, concretando incluso la letanía que los sacerdotes han de repetir, en su liturgia penitencial. Joel 2, 15 es una repetición literal de Joel 2, 1 y de Joel 1, 14 y, por su parte, Joel 1, 16 es una expansión más detallada de Joel 1, 14, en la que ante todo se menciona al pueblo en general (עם) y después se explica el objetivo de la reunión, con las palabras קדּשׁוּ קהל; se trata, pues, de convocar una asamblea sagrada de la congregación.
Pero a fin de que nadie piense quedar excluido, el pueblo queda ahora concretado, y se indican sus componentes: ancianos, niños y lactantes. Incluso el novio y la novia han de dejar el gozo del tálamo y tomar parte en la liturgia penitencial y de lamentación. No se excluye ninguna edad ni rango, pues nadie, ni siquiera los lactantes, están libre de pecado, de forma que todos, sin excepción, están expuestos al juicio.
“No podía darse una prueba más fuerte de la culpa, profunda y universal, de toda la nación, una prueba como la de este gran día de penitencia y oración, de forma que incluso los niños recién nacidos debían ser llevados en sus brazos a la liturgia penitencial” (cf. Umbreit). Esta súplica penitencial de toda la nación debía estar dirigida ante Dios por los sacerdotes como mediadores de la nación.
יבכּוּ en yusivo, como יצא en 1, 16, aunque Hitzig lo pone en duda, pero sin pruebas suficientes. La alusión a los sacerdotes en la primera parte carecería de base solo si a ellos se les mandara que fueran al templo igual que al resto del pueblo. Pero no es por eso por lo que Joel les convoca, sino para que realicen su deber oficial, cuando el pueblo esté reunido en la asamblea penitencial.
2, 17. Los sacerdotes han de colocarse entre el pórtico del templo y el altar de las ofrendas cruentas, es decir, inmediatamente delante de la puerta del lugar sagrado, y allí, con lágrimas en los ojos, deben pedir al Señor, que está entronizado en el santuario, suplicándole que no entregue al pueblo de su posesión (^Üt.l'x]n:, de nachălâh, como en 1 Rey 8, 1; Dt 4, 20; 32, 9), para que no tenga que sufrir el reproche de los paganos.
Lutero y otros traducen למשׁל־בּם גּוים así: “para que lo gentiles gobiernen sobre ellos”, siguiendo en eso las antiguas versiones. En esa línea se puede apelar a Sal 106, 41; Dt 15, 6; Lam 5, 8. Pero aunque gramaticalmente sea posible, esa traducción resulta inexacta por el paralelismo, como indica Hengstenberg.
En esa línea debemos indicar que, aunque el castigo de Israel pudiera consistir en eso, en el hecho de que ellos, la heredad del Señor, tuvieran que someterse bajo el yugo de los paganos, este pensamiento resulta muy lejano de la idea que está en el fondo de esta pasaje, donde no hay referencia alguna a la amenaza de un castigo que consista en el sometimiento a los paganos, sino simplemente a la devastación de la tierra.
משׁל con ב significa también hacer un proverbio (ser objeto de burla de otros), para lo que Ezequiel utiliza משׁל משׁל (Ez 17, 2; 18, 2 -3), construido con ב. Es evidente que mâshal se utilizó a veces solo en ese sentido, como muestra el uso de mōshelīm en Num 21, 27 aplicado a los inventores de proverbios; en esa línea, la palabra meshōl se utiliza como proverbio, o palabra de doble sentido en Job 17, 6, tanto en forma de verbo en infinitivo como en forma sustantivo.
Como Marck ha mostrado, este sentido es probable tanto por su conexión חרפּה como por la frase siguiente, que dice: ¿Por qué han de decir entre los pueblos: dónde está su Dios? Según eso, hacerse mâshal significa convertirse en objeto de burla.
Esta interpretación se hace más probable si no estamos pensando en Dt 15, 6 (que solo tiene en común con nuestro pasaje la palabra mâshal), sino más bien en Dt 28, 37, donde Moisés no solo amenaza al pueblo con el exilio, por su apostasía, sino que añade que ellos se convertirán en objeto de asombro y de burla, es decir, en un proverbio (mâshâl), en palabra de risa y escarnio entre las naciones. En una línea semejante, Dt 28, 38.40-42 amenaza a los israelitas con la devastación de sus cosechas, de sus viñas y de sus campos de olivos, por medio de la langosta. Por su parte, 1 Rey 9, 7-8 habla no solo de la expulsión de Israel a tierra de paganos, sino también de la destrucción del templo, de manera que Israel se convierta en objeto de ridículo (de burla) de parte de las naciones; cf. también en combinación con לחרפּה y de למשׁל en Jer 24, 9.
En esa línea resulta decisivo el sentido de Joel 2, 19, a favor de esta visión de למשׁל בם ג. El Señor promete aquí que enviará a su pueblo trigo, vino nuevo y aceite, para su completa satisfacción, y que no les hará más objeto de reproche y burla entre las naciones. En esa línea, en este contexto, lo que convierte a Israel en objeto de irrisión entre los pueblos no es el sometimiento y exilio en manos de enemigos extranjeros, sino la destrucción de la cosecha por obra de la langosta.
La pregunta de las naciones (¿dónde está su Dios?) implica sin duda un ataque en contra de la relación de alianza entre Yahvé e Israel. Y Yahvé no podía fundar este reproche, porque eso iría en el fondo en contra de él mismo. Comparar, para el hecho de fondo Ex 32, 12; Miq 7, 10 y Sal 115, 2. De esa forma, la oración concluye con la razón más fuerte por la que Dios tendría que apartar el juicio sobre su pueblo, una razón que no podía quedar sin respuesta.