Читать книгу Introducción a la historia económica mundial (2ª ed.) - Carles Sudrià Triay - Страница 35
2.3.1 La moneda
ОглавлениеEn primer lugar, hay que hablar de la moneda. Hasta el siglo XIII el Occidente europeo solo acuñaba dineros de plata pequeños (los mejores contenían aproximadamente 1,5 gramos de plata, con tendencia a ser cada vez más ligeros), mientras que las monedas internacionales, las utilizadas para el comercio a larga distancia, eran árabes o bizantinas (besantes, dinares). A principios del siglo XIII las grandes ciudades comerciales italianas (Venecia, Génova, Florencia...) acuñaron primero monedas de buena plata, llamadas grossos, múltiplos del dinero anterior, que fueron imitadas por la mayor parte de los países; y, medio siglo más tarde, acuñaron monedas de oro (florines o ducados), que serían «el dólar de la Edad Media», desbancando a las anteriores monedas orientales: era la demostración más patente del cambio de dominio en el comercio internacional. El predominio europeo se mantendría con la acumulación de oro y plata procedente, primero, de las minas de la Europa central, y a partir del siglo XVI, sobre todo de América, lo cual permitió la emisión de una gran cantidad de monedas y denominaciones. Las más internacionales fueron los reales de plata castellanos y los florines y escudos de oro acuñados por varias potencias. A partir de mediados del siglo XVII empezó a aparecer el papel moneda, de hecho certificados de depósito emitidos por los bancos, pero antes de la Revolución Industrial tuvo muy poca importancia.