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V. LA DIGITALIZACIÓN TAMBIÉN DESTRUYE EMPLEO 1. ALCANCE DE LA DESTRUCCIÓN DE EMPLEO

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Si para Hannah Arendt (1998), no era posible imaginar nada peor que “la perspectiva de una sociedad de trabajadores sin trabajo”, tan abominable futuro encuentra una cruel actualización que viene de la mano del proceso protección de destrucción de empleo que viene de la mano del cambo tecnológico. Tanto Jeremy Rifkin como Martin Ford dan cifras escalofriantes: están en riesgo 90 de 124 millones de empleos a escala global; el desempleo tecnológico en los países industrializados podría llegar hasta el 75%. Otros informes también se sitúan en esta línea, en algunas industrias llegarán hasta un 40% de robotización. Se ganará en productividad de manera impresionante y el concepto de competitividad cambiará.

El Foro Económico Mundial sobre el futuro del trabajo advierte de que, entre los años 2015 y 2020, la digitalización de la industria puede conllevar la desaparición de 7,1 millones de puestos de trabajo y la creación de 2,1 millones de nuevos empleos. Los expertos de CaixaBank Research pronostican que “un 43 % de los puestos de trabajo actuales en España tienen un riesgo elevado de ser automatizados a medio plazo”. A medida que la economía lentamente se reactiva, este componente de desempleo tecnológico puede pesar más de la cuenta: muchos puestos de trabajo que se destruyeron ya no volverán jamás; serán sustituidos por máquinas más eficientes.

Por su parte, el informe “A future that works” elaborado por Mckinsey Global Institute alcanza unas soluciones más moderadas pero que, no por ello, generan menos incertidumbre. Dicho informe, estima en términos generales, que el 49% de las actividades que son remuneradas en la economía global tienen el potencial de ser automatizadas si se adaptan las tecnologías probadas en la actualidad. Aunque menos del 5% de las profesiones pueden ser totalmente automatizadas, cerca del 60% tienen por lo menos un 30% de actividades automatizables.

La incorporación de nuevos procesos tecnológicos lleva no solo a una pérdida de empleo sino también produce un segundo efecto: la “polarización de la ocupación”. Esto es, la pérdida progresiva de puestos de trabajo en los sectores con salarios medios. Una de las principales teorías para explicarlo viene, precisamente, de la mano de la incorporación de las nuevas tecnologías. Las mismas han disminuido la demanda de trabajadores que realizan tareas rutinarias que pueden ser mecanizadas fácilmente, a la vez que ha incrementado la demanda relativa de los puestos de trabajo que mantienen una cierta ventaja sobre la tecnología, ya sea porque precisan de mayor creatividad o porque requieren habilidades manuales o interpersonales. Pero la polarización podría llegar más lejos e incluir a sectores altamente cualificados. Buen ejemplo es el robot Watson. Este sistema de tecnología cognitiva que ha construido IBM permite que el robot pueda entender y responder preguntas complejas, planteadas en lenguaje natural, con suficiente precisión y velocidad para competir contra algunos de los humanos con más conocimientos del mundo. Además, se adapta al individuo que lo usa, con capacidad de relación y razonamiento y también de aprender de la experiencia. Watson pudiera convertirse en un sustituto a largo plazo de los abogados y a medio y corto plazo en una eficaz herramienta de control del razonamiento jurídico. La idea puede resumirse pragmáticamente: “Every minute you spend on legal research is time you can’t bill for”.

En esta misma línea, la aseguradora japonesa Fukoku Mutual Life ha reemplazado a 34 empleados de oficinas, los denominados de cuello blanco, por un sistema de inteligencia artificial basado en el IBM Watson Explorer, capaz de calcular los pagos a los asegurados. El software instalado leerá decenas de miles de certificados médicos, duración de las estancias en el hospital, las historias médicas y cualquier procedimiento quirúrgico antes de calcular los pagos sin perjuicio de que las sumas no se pagarán hasta que sean aprobadas por un miembro del personal. Añade la noticia que “este no es un caso aislado. Según un informe del Instituto de Investigación Nomura, cerca de la mitad de los trabajos en Japón podrán ser realizados por robots en 2035”.

Frey y Osborne, 2017, han puesto de manifiesto que los trabajadores altamente calificados han bajado la escala ocupacional, asumiendo trabajos tradicionalmente realizados por trabajadores poco calificados, empujando a los trabajadores poco calificados aún más abajo en la escala ocupacional y, en cierta medida e incluso, en algunos casos, fuera de la fuerza laboral. Además, los desarrollos recientes en machine learning pondrán en riesgo una parte sustancial del empleo, en una amplia gama de ocupaciones, en el futuro cercano.

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