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a) La historicidad de la guerra de Troya

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Existe en la Ilíada un primer horizonte, que corresponde al de la época en la que se sitúa la acción. Como ya hemos señalado, la Ilíada presenta su contenido como verdad histórica perteneciente a un momento concreto del pasado. La acción se sitúa en la Edad del Bronce griega (antes de 1100 a. C.), en un momento indeterminado del décimo año de la guerra de Troya. La leyenda presenta esta guerra, la segunda en que Troya es conquistada, según el mito (cf. Il. V 641), como una expedición colectiva de la mayoría de los reinos griegos para castigar el rapto de Helena, esposa de Menelao, por obra de Paris. Al mando de la expedición figura Agamenón, el rey de Micenas, que ocupa una posición jerárquica superior a la de los demás reyes. Los griegos de la Antigüedad clásica, considerando plenamente histórica la guerra de Troya o atribuyendo al menos un fondo histórico al contenido de los poemas, defendieron varias dataciones para la guerra de Troya, sin alcanzar la unanimidad. La cronología que remonta a Eratóstenes (cf. Clemente de Alejandría, Strom. I 21, 139), que es la más extendida, data la guerra a fines del siglo XII a. C. (1193-1184). Por su parte, el Marmor Parium asigna el fin de la guerra a la fecha que corresponde al 1209-8, conforme a nuestro cómputo. Otros cálculos, basados en el número de genealogías, dan una datación algo más temprana (Heródoto: en torno, a 1250) o un siglo anterior (Duris de Samos: en 1334-3). En todos los casos, las cronologías propuestas parten de la datación de los héroes de la leyenda. Sea como sea, la datación mítica de la guerra de Troya coincide con el período que los arqueólogos denominan Heládico Reciente, que se data entre circa 1550 y 1050 a. C., y que corresponde a la época del auge de la civilización micénica, desde la conquista y asentamiento en Creta y en otras zonas del Mediterráneo oriental hasta el comienzo de la Edad del Hierro. La Ilíada, donde el hierro aparece como objeto precioso para los premios (XXIII 261, 834, 850) y raramente como material del que están fabricadas las armas (sólo en VII 141; IV 123; cf. XXI 205, 521; Od. XIX 13), a diferencia del bronce, que es el metal común para la manufactura de las armas, cuadra bien con la datación general en la Edad del Bronce.

La acción transcurre en el ángulo noroccidental de la península de Anatolia, cerca de los estrechos, y la ciudad de Troya es presentada como la capital de un reino cuyo poder se extiende al menos por todo el noroeste de Asia Menor. El asedio, aunque el final del mismo no forma parte del tema de la Ilíada, termina con la invasión de los griegos y el incendio de la ciudad.

La primera cuestión que surge, por tanto, es la de la historicidad de la guerra de Troya, un episodio de la cual narra la Ilíada (E. Crespo, «La historicidad de la guerra de Troya: progresos recientes», en Desmontando mitos ¿Ocurrió realmente como nos lo han contado?, ed. Juan Piquero Rodríguez y Jesús Quílez Bielsa, Madrid, Delegación de Madrid de la Sociedad Española de Estudios Clásicos, 2017, 13-28). Casi toda la Antigüedad (existe otra tradición, más difundida en época medieval, que presenta a Homero como un embustero y prefiere seguir la versión consagrada en los relatos tardíos de Dictis cretense y Dares troyano) consideró la narración homérica como algo netamente histórico, no como una ficción poética. Desde fines de la Antigüedad hasta mediados del siglo XIX no hubo dudas acerca del carácter ficticio de la guerra de Troya. Sin embargo, las excavaciones de Schliemann en la colina de Hisarlik hacia 1870, si es que es legítimo identificar los hallazgos estratigráficos de la colina de Hisarlik con la ubicación de la Troya homérica, han hecho que se considere más probable la existencia de un núcleo histórico originario, como sucede con otras tradiciones épicas europeas. Los hallazgos correspondientes al estrato de la ciudad denominado VIIa muestran por toda la ciudad construcciones específicas para almacenar provisiones, indicio de medidas adoptadas ante una emergencia general, restos de cadáveres en las calles y huellas de destrucción por obra de un fuego devastador. Los fragmentos de cerámica micénica importada inducen a una datación entre 1300-1250. Todo ello hace verosímil que exista un núcleo histórico en la leyenda de la guerra y destrucción de Troya a manos de un invasor.

¿Los autores de esta destrucción pueden haber sido otros aparte de los griegos micénicos, a quienes Homero nunca llama con un término genérico único, sino dánaos, aqueos o argivos? El control de Creta por los griegos micénicos desde el siglo XV y el propio contenido de algunas tablillas de Pilo inducen a suponer que los micénicos tuvieron capacidad suficiente para la organización de una expedición militar naval y para dominar al menos una parte del mar Egeo. Eso quiere decir que no hay nada inverosímil en la tradición. Por otro lado, en los documentos hititas del siglo XIII hay menciones de dos estados cuyas denominaciones, Wilusa y Ahhiyawa, pueden identificarse con las del país de Ilio y los aqueos, respectivamente (G. Beckman – T. Bryce – E. Cline, The Ahhiyawa Texts, Atlanta, Society of Biblical Literature, 2011). La localización del primero de ambos estados es incierta, aunque probablemente forma parte de una confederación situada en el ángulo noroccidental de la península de Anatolia; en todo caso, los segundos están asentados en el oeste de la península de Anatolia y tienen dominios fuera de ella. Es, por tanto, verosímil que haya un núcleo histórico, aunque muy distorsionado, en la conquista de Troya por un grupo de aqueos. Hay que recordar a este respecto que en la Chanson de Roland existe un núcleo histórico, aunque la identidad de los propios enemigos aparece confundida. Mucho más incierta es la posibilidad de que algunos personajes homéricos conserven el recuerdo de personajes históricos reales, como sucede en las epopeyas europeas. En todo caso, aunque esto fuera así, la demostración de la historicidad de Paris-Alejandro y su identificación con el Alaksandu de un documento hitita, o la de Eneas y Sarpedón, por ejemplo, sería difícil de probar.

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