Читать книгу El despertar de un asesino - Jorge Eguiazu - Страница 37
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Al llegar a su casa, lo primero que hizo fue subir a su habitación y cambiarse. Luego, una vez que puso el celular de Pedrito a cargar, se fue a la cocina y devoró la comida casera que su madre había preparado.
María Marta no podía entender como una persona podía comer todo lo que había engullido J.C. en tan poco tiempo. Adujo que el motivo era que la ceremonia lo había dejado exhausto y necesitaba energías. La verdad era otra, quería revisar el celular con urgencia.
Al terminar la cena, le pidió a su madre retirarse, con la excusa de que estaba molido, que necesitaba descansar. Aunque siempre le ayudaba a lavar los platos y a pasar momentos juntos, entendió a su hijo y le permitió retirarse.