Читать книгу La inclusión de los migrantes en la Unión Europea y España. Estudio de sus derechos. - José María Porras Ramírez - Страница 8

3. La Agenda Europea para la integración de los nacionales de terceros Estados de 2011

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Un hito no menos relevante en la definición de una estrategia europea común para la integración e inclusión de los migrantes lo supuso la publicación de la Agenda Europea para la Integración de los Nacionales de Terceros Países26. Dicha Agenda permitió a la Comisión reflexionar acerca del acelerado cambio experimentado por las sociedades europeas, las cuales se enfrentan a una creciente diversidad que repercute, a veces negativamente, en su cohesión, circunstancia ésta que se traslada, de forma significativa, a la opinión pública.

Ciertamente, la Estrategia 202027 y el ya mencionado Programa de Estocolmo ya reconocían el potencial de la inmigración en el desarrollo una economía europea intensamente afectada por cambios demográficos muy significativos, originados por el envejecimiento de la población, el aumento de la esperanza de vida y la disminución del número de personas en edad de trabajar. En ese sentido, ya entonces vino a ponerse de manifiesto que la migración legal puede contribuir a corregir esos desequilibrios, mejorando la productividad, al tiempo que favorece el enriquecimiento cultural de la sociedad de acogida. Es, pues, necesario reconocer que el desarrollo económico ha de ir de la mano de la cohesión social, por lo que la integración de los nacionales de terceros países, mediante el reconocimiento de derechos, se revela imprescindible, a fin de incorporar a nuevos ciudadanos, libres y responsables28.

A este respecto, la Agenda vino a insistir en el largo camino que quedaba aún por recorrer en Europa en ese sentido, habida cuenta del alto nivel de desempleo que padecen los migrantes, especialmente las mujeres; el desaprovechamiento laboral de la “sobrecualificación” que muchos de ellos presentan; las altas cotas de fracaso escolar que tanto les afecta; y, significativamente, la estigmatización, marginalización y radicalización que experimentan algunos colectivos vulnerables; todo lo cual pone de manifiesto el fracaso relativo de las políticas de integración hasta ahora aplicadas. Se justifica así que se promueva un replanteamiento de esas políticas, conforme a unas recomendaciones vinculadas a determinados ámbitos de actuación, las cuales se han de dirigir a todos los actores implicados en el proceso de integración. Se persigue así el abordaje de los retos existentes con mayores garantías éxito.

Previamente se insiste en que, aun cuando la tarea primordial corresponde a los Estados miembros, la Unión ha de contribuir a ese proceso, mediante la garantía de un marco legislativo común para la igualdad de trato, y reconociendo a los migrantes un nivel adecuado de derechos.

En cualquier caso, la integración exige la participación. Así, en tanto que proceso bidireccional, ambas partes han de involucrarse en el mismo: de ese modo, por un lado, ha de hacerlo la sociedad receptora, que debe disponerse a la acogida de los migrantes; al respeto de sus derechos y cultura; y a proporcionarles información acerca de las obligaciones que, asimismo, contraen; y, de otro, los propios migrantes, que deben mostrar una voluntad clara de integrarse, aceptando y respetando los valores y las normas de la sociedad que los recibe y acoge.

Para ello, en primer lugar, se estima imprescindible para la integración que los migrantes adquieran las adecuadas competencias lingüísticas, a fin de mejorar, entre otras, sus oportunidades de empleo. El Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas del Consejo de Europa sirve como base a los Estados para que regulen el reconocimiento mutuo de las cualificaciones lingüísticas29. En todo caso, los cursos de idiomas deberán adaptarse a las distintas necesidades de los migrantes y a las sucesivas etapas de su proceso de formación.

En segundo lugar, la participación de los migrantes en el mercado laboral se considera esencial para su integración efectiva. Por eso han de redoblarse los esfuerzos para que los niveles de empleo de los nacionales de terceros países se equiparen a los de los nacionales, suprimiendo cuantas trabas lo obstaculicen. Así, en este sentido, deben establecerse servicios destinados al reconocimiento de la formación y de las cualificaciones adquiridas en los países de origen (homologación de títulos y otorgamiento de equivalencias), para facilitar las posibilidades de los migrantes de conseguir empleos acordes con su formación y experiencia profesional. Asimismo, los servicios públicos de empleo han de involucrarse, informando acerca de los puestos de trabajo existentes, acordes con la cualificación acreditada por los migrantes. Y deben organizarse programas que ayuden a los migrantes recién llegados a insertarse en el mundo laboral y en otros ámbitos profesionales30.

En tercer lugar, los sistemas educativos de los Estados miembros deben adaptarse a la creciente diversidad de los estudiantes. A este respecto se ha de tomar conciencia de que el nivel educativo medio de los nacionales de terceros países es inferior al que presentan los nacionales de la Unión Europea. Además, les afecta un mayor riesgo de abandono educativo, lo que impide que obtengan la formación y la cualificación necesaria. Por tanto, han de realizarse esfuerzos adicionales para prevenir y evitar ese hecho. A tal fin, los profesores deben recibir formación específica para gestionar mejor la diversidad31. Y los centros educativos ubicados en zonas con elevada concentración de población migrante han de realizar programas especializados, tutorías y habilitar sistemas de acceso a la formación adaptados a esa realidad32.

En cuarto lugar, se considera indispensable la eliminación de las barreras que obstaculizan el acceso efectivo de los migrantes a los servicios sociales y sanitarios; y la lucha contra la pobreza y la exclusión de los más vulnerables. En este sentido, la situación de los beneficiarios de protección internacional (asilo y protección subsidiaria) requiere, a ese respecto, de una especial atención. No en vano, muchos de ellos han sufrido experiencias traumáticas que es necesario atender de manera adecuada33. Por ello se les ha de considerar destinatarios de políticas específicas que minimicen su aislamiento social y favorezcan su integración en todos los ámbitos.

En quinto lugar, la financiación que la Unión Europea pone a disposición de los Estados Miembros debe utilizarse mejor para favorecer la inclusión social de los migrantes. En concreto, la Agenda hace referencia, en apoyo de las medidas señaladas, al Fondo Europeo para la Integración de los Nacionales de Terceros Países (FEI) y al Fondo Europeo para los Refugiados. Asimismo, el Fondo Social Europeo y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional se consideraron útiles, en su respectivo ámbito, para contribuir a esa tarea.

De igual modo, la Agenda de 2011 hace especial hincapié en la necesidad de reforzar la participación de los migrantes en el proceso democrático. De ahí que deban superarse los obstáculos legislativos que impiden o dificultan dicha participación. La concesión a los migrantes del derecho al voto en las elecciones locales constituiría, en ese sentido, un importante paso adelante. Además, se insiste en la conveniencia de que dicha participación se materialice en la elaboración y ejecución de las políticas y programas de integración34. Por eso, han de promoverse las organizaciones de migrantes, especialmente a nivel local, a fin de que desarrollen sus cometidos representativos en los consejos escolares y en los órganos consultivos dependientes de los gobiernos municipales.

En cualquier caso, aun debiendo implicarse los distintos niveles de gobernanza en las estrategias globales de integración, lo cierto es que ha de tomarse conciencia de que es, ante todo, en el ámbito local, donde deben adoptarse y aplicarse la mayoría de las políticas destinadas a la integración de los migrantes. No en vano, las autoridades locales son responsables de una amplia gama de servicios públicos, por lo que están llamadas a desempeñar un papel muy destacado en orden a favorecer la interacción entre los migrantes y los nacionales en la correspondiente sociedad de acogida. Así, tales autoridades deberán prestar una especial atención a las zonas y enclaves urbanos más desfavorecidos en los que suelen asentarse los migrantes. Conviene así una actuación decidida, a fin de dotar de infraestructuras que estimulen la actividad económica y cultural, al tiempo que se alienta la participación necesaria de representantes de los colectivos afectados35. De este modo se fomenta la cohesión social y se previene o evita la segregación36. El Fondo Europeo para la Integración de los Nacionales de Terceros Países apoya dichos esfuerzos y cuantas estrategias coherentes sean aplicadas por las autoridades locales y regionales, y por los agentes sociales, teniendo en cuenta su situación particular. Los objetivos no han de ser otros, en relación con los migrantes, que: aumentar su tasa de empleo; alcanzar un mayor nivel de educación; propiciar su mejor inclusión social; y favorecer una ciudadanía activa.

Finalmente, la Agenda de 2011 puso especial empeño en conseguir la implicación de los países de origen en apoyo del proceso de integración. De tal forma:

En primer lugar, manifestó que sería deseable que las autoridades facilitaran información a los migrantes, previa a su salida, acerca de los visados y permisos de trabajo necesarios, organizando cursos de formación lingüística y ofreciendo capacitación profesional para mejorar sus competencias y capacidades. A tal fin, la Unión Europea se compromete a prestar apoyo, tanto financiero como de medios personales y materiales. A su vez, el Portal de la UE sobre Inmigración proporciona la información necesaria a los migrantes, antes de su llegada.

En segundo lugar, se promueve que los migrantes mantengan contacto con sus países de origen, favoreciendo el comercio, las inversiones y el desarrollo sostenible de aquéllos.

Y, en tercer lugar, se auspicia el adecuado fomento de las migraciones de carácter temporal y circular.

La Agenda concluye resaltando la importancia de la Red de Puntos Nacionales de Contacto sobre la Integración, que permite el intercambio de conocimientos, experiencias y buenas prácticas entre los Estados miembros. De ese modo se facilita la coordinación y el seguimiento de las políticas de integración entre las instituciones de la Unión Europea y los Estados miembros. A su vez, el Foro Europeo de la Integración, al que, además, asisten representantes de la sociedad civil, se hace partícipe de esos objetivos. Y el sitio Internet sobre Integración recaba datos, proporcionando una herramienta interactiva para el intercambio de información.

Finalmente, la Unión se compromete a realizar un seguimiento de los resultados y una evaluación de las políticas de integración desarrolladas. A tal fin, se establecieron indicadores europeos comunes en cuatro ámbitos muy sensibles: empleo, enseñanza, inclusión social y ciudadanía activa. El propósito no era otro que medir los esfuerzos realizados en apoyo de la integración, en relación con los objetivos europeos vinculados a esos sectores. De ese modo, se buscó mejorar la coordinación entre las políticas nacionales y las alentadas por la propia Unión Europea. De conformidad con los resultados obtenidos, la Comisión se comprometió a supervisar la evolución de la situación, formulando recomendaciones, previo diálogo con los Estados miembros.

La inclusión de los migrantes en la Unión Europea y España. Estudio de sus derechos.

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