Читать книгу Julio Camba: Obras 1916-1923 - Julio Camba - Страница 85

Los hombres «sandwichs»

Оглавление

Mi ideal es vivir en el Extranjero libremente, sin cable alguno que me una a la administración de un periódico español; vivir en el Extranjero como el pez en el agua y no como un buzo. Yo quisiera independizarme completamente de España, y para conseguirlo no tengo más que un recurso: hacerme hombre sandwich. La profesión de hombre sandwich no es muy lucrativa, pero es filosófica; es de una filosofía escéptica y peripatética, que se aviene muy bien con todos mis principios. Antes que endosar la chistera del business-man e irme a trotar por las calles de la City, yo prefiero ponerme un cartel en el pecho y otro en la espalda y pasear lentamente por Picadilly y Regent Street. El cartel yo puedo soportarlo; al fin y al cabo un cartel es publicidad; cuando me encartelen, me haré cargo de que me he trasladado de las primeras a las últimas páginas de la Prensa. En cambio, esa odiosa chistera que se pone aquí todo el mundo para ir a la City, yo no la aceptaría nunca.

En realidad, esto de ser hombre sandwich no constituye precisamente una profesión, sino algo infinitamente más elevado: una filosofía. El hombre sandwich no hace nada. Anda, callejea, curiosea, huele… No se diferencia del vago ordinario más que en que tiene un cartel. Es decir, que el hombre sandwich es un vago, sólo que es un vago que administra su vagancia poniéndola al servicio de las Agencias de publicidad. ¿Puede haber algo más seductor para un español?

Pero no crean ustedes que todos sirven para hombre sandwich. No. No basta ser un vago. Es preciso, como dije antes, ser un filósofo. El perfecto hombre sandwich desprecia todas las vanidades humanas y le da igual que utilicen su espalda para anunciar un vigorizador de cabello que un depilatorio; un específico para engordar que un específico para enflaquecer; un drama de Shakespeare que un baile de la Paloma; Un mitin de sufragettes que la última novela de María Corelli. Es tan estoico el hombre sandwich, que hasta se deja atropellar por los ómnibus en Charing Cross Road. Ayer se ha visto la causa de un hombre sandwich que se dejó atropellar por un ómnibus por encima del cartel.

—La verdad —dijo el juez— es que lo mejor sería suprimir a los hombres sandwichs.

Pero esto debió decirlo para la galería. La prueba es que la Compañía de ómnibus fue condenada. Si se quisiera suprimir a los hombres sandwichs, se dejaría a los ómnibus en libertad de reducirlos a papilla.

Julio Camba: Obras 1916-1923

Подняться наверх