Читать книгу Mujer, ¡apuéstale a la familia! - Lucía Legorreta - Страница 16

Оглавление

2. ¿Nos comunicamos o solo vivimos juntos?

Vivimos juntos… comemos juntos… dormimos juntos… y ¡no nos comunicamos!

Las parejas de hoy nos enfrentamos a diversos retos para lograr que nuestra comunicación sea efectiva; entre estos se encuentran:

1 Escuchar vs. oír: es común confundir el oír con el escuchar. Escuchar implica prestar atención a lo que dice la otra persona, mostrar interés y hacer sentir al otro que es importante.

2 Apertura vs. individualismo: mostrarse uno al otro con sus sentimientos, pensamientos, expectativas, temores y anhelos, dejar a un lado el egoísmo.

3 Tiempo para los dos vs. activismo: buscar un tiempo a solas para dialogar sin interrupciones, analizar lo que están haciendo bien y lo que necesitan mejorar.

4 Autenticidad vs. rutina: no quedarnos en una comunicación informativa, sino hablar desde nuestro interior; construir sobre bases sólidas un proyecto de vida en común que responda a las aspiraciones y valores de ambos.

5 Confianza vs. temor: la comunicación verdadera implica compromiso y riesgo, por lo que debemos sentirnos aceptados, respetados y amados. Que sea la confianza la que domine nuestra relación, y no el miedo a ser rechazados o traicionados.

6 Espíritu de lucha vs. conformismo: la felicidad en el matrimonio no se da en forma automática, es el resultado de un proceso que implica esfuerzo y compromiso.

7 Intimidad vs. terceros: cuidar mucho la relación y construir un nosotros evitando que terceras personas o circunstancias ajenas interfieran en la buena comunicación.

Comparto contigo algunos consejos que pueden ayudarte a mejorar la comunicación con tu pareja:

 Escucha con atención al otro.

 Evita lo que pueda ofenderlo, agredirlo o violentarlo.

 Dile las cosas de tal forma que se sienta tomado en cuenta, respetado y amado.

 Comunica las propias ideas y sentimientos de manera natural, franca, voluntaria y libre.

 Di siempre la verdad, sin perder la calma y la prudencia.

 Toma en cuenta el tiempo y las circunstancias.

 Expresa lo que piensas, pero también piensa lo que dices.

 Haz solo las promesas que vas a poder cumplir, o mínimo aquellas por las que realizarás todo el esfuerzo posible.

 Aprende a pedir perdón: cuando hayas cometido un error o equivocación y, por supuesto, también perdona al otro.

 No generalices: todo, siempre, nada y nunca.

 En momentos de enojo, guarda la calma y aprende a esperar.

 Cuando la relación se enfríe o ambos se alejen, revisa qué es lo que los ha unido.

 Busca en el matrimonio momentos diferentes, que rompan con la rutina de todos los días.

 Aclara los hechos y palabras para evitar los malentendidos.

 Evita actitudes de superioridad que hagan sentir mal al otro, lastimándolo u ofendiéndolo.

 Cuida la comunicación no verbal: los ademanes y gestos dicen mucho más que las palabras.

 No juzgues.


Mujer, ¡apuéstale a la familia!

Подняться наверх