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7. Cómo llevarte bien con tu familia política

Cuando una persona toma la decisión de compartir su vida en pareja, no solo lo hace con el ser amado. Quiéralo o no, la relación también incluirá a la familia política.

Convivir con estos familiares es inevitable y, en gran medida, la buena o mala relación con ellos determinará el rumbo de la pareja. Esto incluye el trato con los suegros, los cuñados e, incluso, con los tíos.

A veces, estos familiares pueden contribuir a terminar una relación en su afán por ayudar a consolidarla, porque utilizan los métodos equivocados.

Comparto contigo algunas reglas que pueden ayudarte:

 Quiere a tus suegros, pero recuerda que no son tus padres. No los uses como confidentes hablándoles mal de tu marido, ni les llames para quejarte, llorar o reclamar cuando él se porta mal.

 Ten atenciones para con ellos y procura siempre recordar los cumpleaños y fechas importantes para felicitarlos o tener algún buen detalle.

 Si tu pareja está alejado de ellos, incentiva su reconciliación o acercamiento.

 No andes con chismes; la discreción es una virtud que no debes olvidar.

 No acuses a tu suegra con tu marido. Si tienes alguna diferencia con ella, es mejor aclararla de manera diplomática.

 Cuando vayas a casa de ellos ayuda en las tareas sencillas.

 Si tienes hijos, jamás les hables mal de sus abuelos paternos o maternos.

 Nunca te pelees ni faltes el respeto a tus suegros. Recuerda que son la mamá o el papá de tu cónyuge y que él también los quiere. Si la relación es insoportable, antes de perder el estilo, mejor aléjate.

 Las diferencias entre tu cónyuge y tú solo competen a ustedes dos, no hagan escenitas frente a los familiares.

El padre, la madre y los hermanos de la pareja nunca van a dejar de serlo y como tal hay que asumirlo. La realidad en nuestro país demuestra que los conflictos de pareja son uno de los principales motivos de consulta psicológica, y un aspecto que los provoca es una mala relación con los familiares políticos.

Debemos aceptar esta realidad. Crear y mantener una relación sana con ellos es sinónimo de salud emocional, que seguramente robustecerá la vida en pareja.

Los roles adecuados serían los siguientes:

 Que los suegros respeten el espacio de la pareja.

 Mostrar independencia económica y emocional.

 Tener una vida afectiva satisfactoria.

 Que los suegros respeten las decisiones de pareja y dejen que resuelvan solos sus conflictos.

 Que la pareja asuma su rol de padres cuidando a sus hijos.


Mujer, ¡apuéstale a la familia!

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