Читать книгу Contra la política criminal de tolerancia cero - María Isabel Pérez Machío - Страница 108

En términos generales, los derechos del extranjero son de menor alcance que los reconocidos a la población nacional (CE, art. 13). Aunque, ocasionalmente, el Estado social impulse estrategias proactivas para garantizar los derechos de los más vulnerables, son de mayor jerarquía las políticas de control que discriminan al foráneo. Lo que no tiene cabida en los modelos políticos democráticos sustentados en el principio de igualdad, a no ser que, excepcionalmente, venga legitimado como respuesta específica a presupuestos diferentes. La construcción de estos presupuestos es el objetivo del heterogéneo complejo de partidos políticos, organizaciones ciudadanas, movimientos asociativos, medios de comunicación y redes sociales que, alimentadas por ideologías supremacistas, racistas, xenófobas, y/o hipernacionalistas, han conseguido normalizar un discurso que, a partir de la estigmatización del colectivo inmigrante como peligroso, pretende controlarlo en aplicación de programas excluyentes que imposibilitan el ejercicio de derechos humanos fundamentales.