Читать книгу La cábala - Mario Saban - Страница 42

22. El mal dentro de la percepción del Yo

Оглавление

«El Bien y el Mal tienen un origen común».

RABÍ ISAAC, EL CIEGO DE GIRONA

La revisión de la historia del Yo puede hacer que el Yo perciba elementos negativos para su estructuración actual y tienda a extraer o confirmar estos condicionamientos, porque no todos los condicionamientos son negativos. Sin embargo, lo que causa «dolor» es lo que debemos corregir,90 y por lo tanto, tenemos una tendencia negativa a visualizar exclusivamente lo negativo sin potenciar y reconocer la herencia positiva de nuestra estructura familiar. Todo lo positivo que nos han brindado: el amor de nuestros padres (a pesar de todas sus equivocaciones), el amor de nuestros abuelos (a pesar de sus equivocaciones con nuestros padres), incluso todo el dolor que hemos tenido que experimentar para poder crecer; porque el «mal» debe ser incorporado como un elemento fundamental dentro del sistema de aprendizaje. Siempre se ha criticado el transpersonalismo de evadir el asunto del «mal», en cambio, la psicología del misticismo judío no puede evadirse del «mal» y sus consecuencias. Existe un carácter pedagógico en el bien y en el mal, y cuando realmente aplicamos la pedagogía al mal, en realidad extraemos lo «bueno» del mal, y en consecuencia derrotamos al mal dentro de la Biná, aunque continuemos sintiendo dolor en los niveles más bajos de la realidad. El dolor es el precio que se ha de pagar por existir dentro de la realidad física, sin embargo, cuando el «Bien superior» se hace cargo de los niveles inferiores, entonces podemos lograr una transformación radical del mal. Esta posición no anula de ninguna manera el dolor que causa el «mal» en los niveles inferiores, porque debemos afirmar que el mal es real dentro del orden más denso de la materialidad.

Si aprendemos del bien y del mal, ya nos encontramos más allá del bien y del mal. Si la totalidad de la existencia es percibida como un aprendizaje, entonces automáticamente todo se vuelve positivo; en este punto podemos decir que el «mal ha sido derrotado» porque lo hemos transformado en bien, no porque lo hemos afrontado, ya que cada vez que afrontamos el mal le otorgamos una solidez más elevada. El propio desgaste energético del enfrentamiento provoca que el mal se haya transformado en una entidad real cuando carece por completo de realidad (desde la percepción del mundo superior).

Dicho en otros términos, el mal es un producto de nuestra imposibilidad de comprensión. Cada vez que aumentemos el nivel de comprensión derrotaremos al mal, porque el mal es simplemente una percepción errónea de la realidad por nuestra ignorancia. El mal surge por falta de Daat (el Conocimiento); por ese motivo, la redención subjetiva (para la cábala) se asocia con el aumento de nuestro Daat. Un aumento constante del Daat automáticamente constituye nuestra propia redención. Debemos considerar el concepto del «Daat» (desde la perspectiva del judaísmo) como un conocimiento teórico-práctico (lamentablemente, en Occidente asociamos el conocimiento exclusivamente al marco teórico) y, en segundo término, el concepto de «Unión», porque el verdadero Daat tiende a la unión y no a la fragmentación.

Sabemos que el trabajo de modificación de nuestras percepciones es muy difícil porque estos elementos se han incorporado a nuestra identidad de tal modo que tenemos una alta dificultad para poder extraerlos.

Hay que situar el dolor o el placer que nos provocan estos mecanismos. Si el mecanismo es doloroso, no estamos en el nivel de aceptación del funcionamiento de nuestro Yo. Es preferible buscar la raíz secreta o la causa secreta de los dolores que percibimos, porque siempre debemos saber, por el conocimiento de la cábala, que las energías más potentes se encuentran detrás de esta realidad aparente. Y cuanto más ocultas estén dichas energías más potencia tienen.91 Porque al revelarlas reconocemos la potencia de dichas energías, y al conocer su nivel energético podemos trabajar con ellas. Mientras algo se mantiene oculto, nos causa un mal porque no conocemos la aplicación de la energía psíquica que necesitamos para canalizar dichas energías. Al revelar lo «oculto» lo hacemos existente a nuestra consciencia, porque mientras se mantenía en dicho estado de ocultamiento la consciencia no lo percibía y operaba de un modo desequilibrado por desconocimiento. Por esa razón, muchos desequilibrios (la gran mayoría) provienen de la falta de Daat (el Conocimiento), aunque sabemos que existen «desequilibrios» a pesar del «Daat» (pero de un conocimiento teórico, porque si fuera un Daat real, estaría completamente insertado dentro de la experiencia material del sujeto).

Cuando revelamos (Niglé), entonces ascendemos nuestra Tiferet a la posición de Daat en el Árbol de la Vida. Y cuando alcanzamos «Daat», en realidad, nos encontramos percibiendo indirectamente a «Keter»; por ese motivo, sabemos que a Daat se la denomina como el «Keter caído». Elevar «Daat» hacia Keter es anular el «Pan de la vergüenza»;92 para «merecer» Keter debemos trabajar desde Daat.

La cábala

Подняться наверх