Читать книгу Los derechos de adquisición - Paloma de Barrón Arniches - Страница 11

El título XIII del libro X de la Novísima Recopilación, publicada en 1805, trata “De los retractos, y del derecho de tanteo”3. Con relación al retracto gentilicio sobre la “heredad de patrimonio o abolengo”, regula, en la leyes I a VII, cuestiones como la preferencia entre los parientes, su procedencia en la compraventa y no en la permuta, el plazo para ejercitar la preferencia4, si tiene lugar en las ventas en subasta, y si cabe el retracto cuando se vende por un solo precio una cosa de abolengo juntamente con otra que no lo es5; se ocupa asimismo del retracto del superficiario (ley VIII), del de comuneros (ley IX), así como de diversos “tanteos” a favor de los fabricantes de tejidos6. Con respecto a la distinción entre tanteo y retracto, Benito Gutiérrez señala que “quizás por su analogía que ha sido causa de que alguna vez se hayan confundido. Hay no obstante entre ellos alguna diferencia como aparece por su misma definición. Es el tanteo la facultad de adquirir por el precio una cosa con preferencia á cualquier otro comprador. El retracto se estiende á mas: consiste en el derecho de ciertas personas para rescindir la venta, subrogarse en lugar del comprador y con esclusion del mismo, adquirir la finca en el precio estipulado siempre que esto se verifique en el tiempo y bajo las condiciones marcadas por la ley”7. En esta misma línea, Juan Sala definía el retracto como la “redención o nueva compra de la cosa que se había vendido, por el mismo precio que se vendió, hecha por alguno a quien esto se ha concedido por ley, costumbre ó pacto”8, y se abonaba a la idea de la subrogación; afirmaba, citando a Gómez y Molina, que “Y dando fin á los retractos concluimos diciendo que en todos ellos el que retrae se subroga en lugar del primer comprador, teniendo lugar en él los efectos de la venta primera, y si se hubieren hecho después otras ventas, quedan deshechas y anuladas, como si no se hubiesen celebrado”9.