Читать книгу El triunfo del amor sobre el ego - Saeed Habibzadeh - Страница 32

El saber es una acumulación organizada de conocimientos que hemos adquirido en el trascurso del tiempo. Es la base de nuestras ciencias. Deberíamos reconocer que las ciencias nacieron de la ignorancia. Siempre procuran alcanzar conocimientos más profundos por medio de experimentos. Todo experimento es un testimonio de la ignorancia y no debería ser asumido como un fundamento para nuestra vida. Pues la vida no es un experimento, es un regalo de Dios.

Sin embargo, sería exagerado rechazar todo experimento por este motivo. Esto solo aumentaría nuestra ignorancia. Pero los científicos no se deberían considerar a sí mismos como dioses de la creación ni adjudicarse el derecho de decidir sobre la vida y la muerte de los seres humanos, los animales y la naturaleza.

No existe la felicidad nacida de la infelicidad de los otros.

Por este motivo, los experimentos con animales constituyen un acto de violencia contra nuestra anfitriona, la "Tierra", y contra nuestros pequeños amigos de la naturaleza.

Quien siembra violencia, cosecha violencia.

Nuestros científicos deberían entender que el infinito revela sus leyes interiores a todos aquello que lo aman.

La verdad no se revela a quien la caza. Se revela con alegría a quien la ama.

Quien caza y abusa de la verdad motivado por su propia reputación, juegos de poder o la intención de esclavizar a

sus semejantes sufrirá al final las consecuencias de su ignorancia y de su pobreza espiritual.

Lo que no nace del corazón no florecerá con amor, sino que crecerá malignamente.