Читать книгу El triunfo del amor sobre el ego - Saeed Habibzadeh - Страница 35

Jerga y jerga técnica

Оглавление

Jerga es una palabra de origen francés (Jargon) y se refiere al lenguaje especial que puede resultar de términos técnicos de una profesión o una clase social específica.

La mayoría de las veces, es necesario dominar una jerga técnica para la profesión. Pero también existen otras formas de jerga técnica que se usan para demostrar la pertenencia a una clase social, un grupo concreto o una religión.

Existen también personas que utilizan un lenguaje especial con muchos términos técnicos para elevarse por encima de los demás y presentarse como personas educadas e inteligentes. Algunos de nosotros estudiamos únicamente para que posteriormente se nos llame "académicos". De ese modo se intenta aumentar el valor propio a través de un título de doctor o de profesor universitario.

Solamente recurrimos a estos métodos si sufrimos de fuertes complejos de inferioridad y ensayamos todo para alcanzar reconocimiento y prestigio.

Por ejemplo, nos llamamos musicólogos sin saber que la música no es una ciencia, sino un recurso del lenguaje del alma. No se puede estudiar el alma, solo percibirla y sentirla.

Otros recurren a métodos aún más fuertes, dándole a sus hijos nombres extranjeros o exóticos con la esperanza inconsciente de que así van a sobresalir entre la masa. Algunas personas inclusive cambian de nombre. De ese modo, algunos nombres alemanes bonitos se convierten en apodos cariñosos que años atrás solo se le hubieran dado a mascotas: por ejemplo Bernhard se convierte en Berni, Michael es Mike y Susanne es Susi.4

Esto se debe casi siempre a tres razones:

- Primero, creemos volvernos más interesantes y populares si nos llamamos así.

- Segundo, nos llaman entonces de eses modo nuestros seres queridos que nos aman verdaderamente, pero les da pena pronunciar nuestro nombre verdadero con amor. Esto es así porque en ningún lugar aprendemos a expresar nuestro amor y ser fieles a él.

- Tercero, a muchas personas no les gusta su primer nombre y tratan de hacerlo más agradable con un apodo cariñoso. A veces no nos gusta nuestro nombre porque es muy ordinario y cotidiano; otras veces, porque no nos podemos identificar con él. El nombre suele corresponder a las vibraciones y la mentalidad del alma. Pero si el alma cambia y el nombre deja de corresponderle, deseamos ser llamados con otro nombre. Sin embargo, la mayoría de nosotros quiere otro nombre por motivos egoístas.

Obviamente no hay nada que objetar a que se abrevien los nombres largos o se le dé un apodo a una persona para expresar nuestro cariño. Pero los apodos son, en la mayoría de los casos, un intento de disimular nuestra aparente falta de valor con un nombre dulce y bonito. Aunque a veces nos sintamos carentes de valor, ninguno de nosotros carece de él. Ninguna persona puede o tiene que aumentar su valor, ni con apodos, ni con nombres artísticos, ni con títulos universitario ni con bienes.

El verdadero valor de una persona consiste en ser hijo de Dios. Este valor es y seguirá siendo intangible.

En la economía y en el campo profesional se ha adoptado la costumbre de utilizar muchas expresiones inglesas. En este punto también hay que decir que, en ocasiones, tiene sentido y es recomendable si no existe un término alemán adecuado. Pero ese no siempre es el caso. No decimos "conferencia", sino "meeting". En vez de "respuesta", decimos "feedback". ¿Será acaso la razón de ello un complejo de inferioridad oculto y colectivo?

Pero, en realidad nadie tiene que aumentar su valor, ya que no existen personas sin valor. Solo existen las personas que se sienten no valiosas. Mientras menos valiosa se sienta una persona, mayor será su disposición a llamar la atención a través de acciones peligrosas o locas.

Tampoco podemos, entonces, aumentar nuestro valor con una jerga técnica o términos especializados. Cuantos más recursos de ese estilo utilicemos, tanto menos credibilidad tendremos. Las jergas técnicas nos separan y aíslan de nuestros semejantes.

Allí donde el aislamiento y la exclusión encuentran terreno abonado se desintegra cualquier civilización.

Encontramos una jerga técnica no solo en personas que pertenecen a una especialidad, sino también en personas que hacen, quieren, sienten y piensan lo mismo. La conciencia colectiva lleva a un vocabulario colectivo.

Casi siempre verbalizamos inconscientemente lo que somos y quién somos.

Lo que abunda en el corazón es expresado por la boca.

Entonces, quien desee conocerse y comprenderse a sí mismo, debe revisar su vocabulario y su manera de expresarse. Así podemos reconocer con qué nos identificamos. El uso frecuente de jergas técnicas es un signo de que no nos identificamos con nosotros mismos, sino que queremos disimular nuestro sentimiento de inferioridad recurriendo a estos medios. De este modo, buscamos nuestro valor en otras personas y somos manejados por causas exteriores, perdiendo el vínculo con nuestra propia vida.

Una persona auténtica no utiliza jergas técnicas, sino que habla un idioma sencillo comprensible para todos.

¡El amor une, mientras que el ego separa!

El triunfo del amor sobre el ego

Подняться наверх