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UNIVERSAL, EXCEPCIÓN Y NO-TODO
ОглавлениеJacques Lacan en L’étourdit define a la mujer como no-toda.1 La mujer, al contrario que el hombre, no se puede alcanzar a definir en el orden simbólico. Cosa que, por otra parte, la mujer rechaza: los psicoanalistas lo sabemos bien.
Esto supone una antinomia entre mujer y universal, así como entre mujer y medida. Aunque sólo fuera por esto, por esta razón estructural, el concepto de igualdad entre los sexos se torna problemático. Ésta puede ser la razón por la que se busca remediar con la ley lo que la estructura impide. Las políticas que buscan regular, normativizar, la paridad entre hombres y mujeres: en las listas electorales, en el gobierno y hasta en la dirección de las empresas, pueden suponer un intento de domesticar a través de la contabilidad —que por ser del orden de lo discreto, de lo numerable, siempre está en el orden fálico— lo imposible de cifrar de la diferencia de los sexos. La mujer existe al significante y por eso las mujeres objetan cualquier definición que se les dé de su ser, aunque ellas mismas la reclamen. Cuando Lacan establece la lógica de la diferencia sexual, con el desarrollo de las fórmulas de la sexuación en el Seminario XX: Aún,2 sitúa del lado masculino la posibilidad de constituir un conjunto cerrado: el conjunto de todos los hombres, recurriendo a la excepción que fundaría el conjunto, al Uno de la excepción. Lacan nos dice que «El todo se apoya entonces aquí en la excepción postulada como término».3
La lógica del Uno y de la excepción es la lógica edípica, que funda la castración universal en la excepción mítica del padre de Tótem y tabú,4 el único que no tendría limitado su goce. Pero hay un más allá del Edipo. Y, de algún modo, todas las mujeres, además de participar en la lógica edípica, están en el más acá y en el más allá del Edipo. En el más acá, porque siempre persiste, en su organización pulsional, la demanda oral dirigida a la madre, que nunca la amó lo suficiente. En el más allá porque la mujer no-toda está, también, dentro de la función fálica.
Efectivamente, del lado mujer de las fórmulas de la sexuación, no hay excepción a la función fálica, lo que no permite construir el conjunto de «todas las mujeres» bajo la lógica del universal. Las mujeres no son reducibles a un conjunto, son una por una, son particulares, objetan la uniformidad, no hay un modelo de La mujer.