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2. UNA TÉCNICA, SIN EMBARGO, ANTIALETORIA

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El que el contrato sea aleatorio no impide que la técnica aseguraticia sea cada vez menos aleatoria o si se prefiere antialetoria16. Las aseguradoras no pueden prescindir de los aspectos técnicos ni de la dimensión estadística y por tanto antialeatoria, pero el contrato, la plasmación de la actividad empresarial sí se basa en cambio en la aleatoriedad17. Y es que, en definitiva, la matemática y técnica actuarial es la ciencia que estudia modelos matemáticos para aplicar a la gestión de los riesgos18. Quid si no con la esperanza de vida y las tablas de mortalidad a la hora de antiseleccionar riesgos pero también aceptarlos y tarificar el seguro?19 Tampoco que el dogma de la aleatoriedad sea siquiera cuestionado, cuando no, blasonada una idea de dilución del propio concepto o noción de aleas20.

Indudablemente otra cuestión relevante a tener en cuenta y, sobre todo entroncar o no en el carácter aleatorio del seguro es si el riesgo económico, esto es, la pérdida o la ganancia en su caso, encajan o no dentro de la definición amplia de aleatoriedad21. A saber, la base axial no es quién sea o no el receptor final de una indemnización o una reparación, cuando que si el riesgo económico que es ínsito a todo seguro, activará o no, incertidumbre, o una pérdida o una ganancia como elemento de esa aleatoriedad22.

Por mucho que, finalmente, en el seguro, quizás más que en ningún otro contrato ni se gana ni se pierde23. Y es que la ganancia o el riesgo de pérdida simplemente es, en el seguro, una mera posibilidad. Ahí radica la aleatoriedad también.

Tratado del Contrato de Seguro (Tomo I-Volumen I)

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