Читать книгу Tratado de Derecho pop - Bruno Aguilera Barchet - Страница 22

Inicialmente para los griegos la paz social descansa en el respeto del orden divino. Homero (s. VIII a. C) personaliza la ordenación del mundo en la diosa Themis, hija de la Tierra y del Cielo estrellado, y esposa de Zeus. Es ella quien, inspirada por el padre de los dioses griegos, garantiza el equilibrio universal y asegura en el mundo la disciplina, la justicia y la paz. Por eso aparece representada sosteniendo la balanza y la espada con los ojos vendados.

Imagen 7. Estatua de Themis. Palacio de Justicia de Tarnow. Polonia.

El poeta Hesíodo (s. VII a. C.) resulta aún más preciso que el autor de la Ilíada y la Odisea al indicarnos que Themis tuvo de su unión con Zeus tres hijas: Economía (orden), Diké (derecho) y Eirené (paz). Diferencia ya, pues, entre el «orden» preestablecido por la diosa Economía y los mecanismos a través de los cuales Diké garantiza la paz de Eirené. Una concepción de la que no renegarían nuestros actuales neoliberales que coinciden plenamente con Hesíodo en que el mantenimiento de la economía pura, el libre mercado, es lo que asegura la paz social. Algo de lo que disienten, por supuesto, los socialistas para quienes el mercado solo agrava las diferencias entre ricos y pobres y, en consecuencia, es generador de tensiones en el seno de la sociedad. Para estos, la única forma de lograr que el grupo viva en plena armonía es que la riqueza esté repartida de la forma más igualitaria posible.