Читать книгу Comentario al texto hebreo del Antiguo Testamento - Profetas Menores - C. F. Keil - Страница 45

5, 11-15

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11 Efraín es oprimido y quebrantado en el juicio, porque quiso andar en pos de las vanidades. 12 Yo, pues, seré para Efraín como polilla, y como carcoma para la casa de Judá. 13 Efraín verá su enfermedad; y Judá, su llaga. Entonces Efraín irá a Asiria; enviará embajadores al gran rey (Jareb). Pero él no os podrá sanar, ni os curará la llaga. 14 Porque yo seré para Efraín como un león, y como un cachorro de león para la casa de Judá: Yo mismo arrebataré y me iré; tomaré, y no habrá quien libre. 15 Voy a volverme a mi lugar, hasta que reconozcan su culpa y busquen mi rostro. Y en su angustia me buscarán con diligencia.

Israel y Judá no podrán quedar liberados de los juicios anteriores hasta que en su gran desgracia busquen a Dios. Este es el pensamiento que se expande en la presente estrofa: Os 5, 11-15.

5, 11. A través de los participios #Wcår qWvï[' (‘âshūq y râtsūts), la calamidad queda representada como una condición duradera que el profeta ha visto en espíritu, como algo que ya ha comenzado. Las dos palabras están conectadas entre sí como en Dt 28, 33, para indicar que la sujeción completa de Israel bajo el poder y opresión de sus enemigos representa un castigo por haberse apartado del Señor.

jP'_v.mi #Wcår> no significa “justicia rota” o “injuriado en su deseo” (Ewald y Hitzig), sino más bien “roto en piezas por el juicio” de Dios, con un genitivum efficientis, genitivo de acción, como mukkēh Elōhīm in Is 53, 4. Porque los hombres debían haber caminado conforme al mandamiento de Dios.

Para הלך אחרי cf. Jer 2, 5 y 2 Rey 18, 15. Por su parte wc', tsav, vanidad, es un estatuto humano, y así aparece aquí y en Is 28, 10.13, los otros dos únicos lugares en los que aparece la palabra, indicando algo que está en antítesis a las palabras y mandamientos de Dios. El verdadero estatuto de Dios es aquel que ha sido revelado por el reino de Dios, desde principio a fin, en contra de la adoración de los becerros de oro, que es la raíz de todos los pecados, que han conducido a la disolución y ruina del reino.

5, 12. La polilla y la carcoma/gusano son figuras empleadas por Dios para representar los poderes destructores. La polilla devasta los vestidos (Is 50, 9; 51, 8; Sal 39, 2); el gusano arruina tanto la madera como la carne. Ambos peligros están conectados nuevamente en Job 13, 28, como cosas que destruyen carne, vestidos y madera, y que lo hacen de forma lenta pero firme, y que, como dice Calvino, representan lenta Dei judicia, los lentos juicios de Dios.

En esa línea, Dios viene a presentarse como poder destructor del pecador a través del gusano de la conciencia y del castigo, cosas que tienen como fin la reforma de personas para bien, pero que conducen de manera inevitable a su ruina, cuando los hombres se endurecen. La predicación de la ley por los profetas ha endurecido el gusano en la conciencia de Israel y de Judá. El castigo consiste en el cumplimiento de las maldiciones contenidas en la Ley, es decir, en las plagas y en las invasiones de los pueblos enemigos.

5, 13. Los dos reinos eran incapaces de defenderse de este castigo con la ayuda de poderes terrenos, como ha puesto de relieve Os 5, 13. Y Efraín vio su enfermedad… A través de los imperfectos con waw de relación (ויּלך ויּרא), se pone de relieve que los intentos de Efraín y de Judá por salvarse a sí mismos de la destrucción vienen a presentarse como una consecuencia de la venida de Dios para castigarles por su pecado (como supone Os 5, 12). Esta palabra ha de verse (por lo que toca al cumplimiento histórico) no como algo que pertenece solo al presente, sino también al pasado y futuro, de manera que los intentos de obtener una curación de los daños se sitúa también en el presente (¿en el pasado?) y en el futuro.

rAz*m', mâzōr, no significa una venda que se pone en la herida, o la cura de las heridas (Gesenius, Dietrich), sino que deriva de זוּר, presionar para que salga el pus, etc. (cf. Del. sobre Is 1, 6), y significa literalmente aquello que se presiona para que se expulse el mal, para que quede limpio el absceso. Aparece con ese significado no solo aquí, sino también en Jer 30, 13, de donde deriva el significado de vendar.

Sobre la figura aquí empleada, es decir, sobre la enfermedad del cuerpo político, cf. Delitzsch, Comentario Is 1, 5-6. Es evidente, que esta no es una enfermedad que ha de vincularse solo con la anarquía y guerra civil (Hitzig), como resulta claro por el simple hecho de que Judá (que fue liberada de esos males) aparece tan enferma como Efraín. La verdadera enfermedad de los dos reinos fue la apostasía del Señor, es decir, la idolatría, con su consecuencia de corrupción moral, injusticia, crímenes y vicios de todo tipo, que destruyeron la energía vital y la verdadera riqueza de ambos reinos, y engendraron guerra civil y anarquía en el reino de Israel.

Efraín buscó la ayuda de los asirios, es decir, de un rey al que se llama Jareb, pero sin conseguirla. El nombre Jareb, es decir, guerrero, que aparece aquí y en Os 10, 6, es un epíteto formado por el mismo profeta y aplicado al rey de Asiria, no al de Egipto, como ha supuesto Teodoreto. La omisión de artículo delante de מלך, melek, rey, puede explicarse por el hecho de que estrictamente hablando Jareb es un apelativo, como למוּאל מלך en Prov 31, 1.

No es necesario que suplamos Yehūdâh como sujeto de xl;Þv.YIw:, vayyishlach. La omisión de toda referencia a Judá en la segunda parte del verso puede deberse al hecho que la profecía se refiere primero y principalmente a Efraín, y que Judá se menciona solo de pasada. El ἅπ. λεγ. יגהה de גּהה, en siríaco avergonzarse, huir, se utiliza en el sentido básico de remover, expulsar.

5, 14-15. Ninguna esperanza puede esperarse de Asiria, porque el Señor Dios ha castigado a su pueblo. Sobre la figura del león que toma su presa y la desgarra en pedazos, sin dejar que se libere, cf. Os 13, 7 e Is 5, 29. אשּׂא significa llevar la presa, como en 1 Sam 17, 34. Para el hecho mismo comparar con Dt 32, 39.

La primera frase de Os 5, 15 ha de entenderse desde la figura del león. Así como el león se retira a su lugar (a su guarida), así Dios se retirará a su lugar, el cielo, privando a los israelitas de su presencia gratuita, que socorre y libera, hasta que ellos hagan penitencia, de manera que no solamente se arrepientan, sino que el arrepentimiento vaya unido al castigo reparador.

La expresión “y en su angustia me buscarán…” recuerda la de בּצּר לך en Dt 4, 30. En el fondo de la palabra ynIn>rU)x]v;y> (buscar con diligencia) puede subyacer un tipo de daimon o espíritu, vinculado al amanecer (cf. Os 6, 3), en sentido de temprano, celosamente, urgentemente, como muestra de un modo indudable el paralelo con Os 6, 3. Para el tema de fondo, comparar Os 2, 9 y Dt 4, 29-30.

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