Читать книгу Comentario al texto hebreo del Antiguo Testamento - Profetas Menores - C. F. Keil - Страница 43
5, 6-10
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6 Con sus ovejas y con sus vacas andarán buscando a Yahvé, mas no lo hallarán: ¡Se ha apartado de ellos! 7 Contra Yahvé prevaricaron, porque han engendrado hijos de extraños; ahora serán consumidos en un solo mes ellos y sus heredades. 8 ¡Tocad el sofar en Gabaa y la trompeta en Ramá! ¡Sonad la alarma en Bet-avén! ¡Detrás de ti, Benjamín! 9 Efraín será asolado en el día del castigo; entre las tribus de Israel hice conocer la verdad. 10 "Los príncipes de Judá han sido como los que traspasan los linderos; ¡pero sobre ellos derramaré a raudales mi ira!
5, 6-7. Por todo lo anterior, Israel no será capaz de evitar el juicio amenazador a través de sacrificios. Yahvé se apartará de los hombres de esta generación impía, y les visitará con su juicio. Este es el pensamiento general que se irá desarrollando en esta estrofa (Os 5, 6-10), que aquí empieza. El ofrecimiento de sacrificios no les ayudará, porque Dios se ha separado de ellos, y no escucha sus oraciones y no se complace con los sacrificios que los israelitas le ofrecen con una piedad falsa, sin arrepentimiento de sus pecados (cf. Os 6, 6; Is 1, 11; Jer 7, 21; Sal 50, 7. 8). La razón para esto la ofrece Os 5, 7.
Wdg"ëB', de bâgad, es actuar de un modo infiel, prevaricar, un término que se aplica con frecuencia a la infidelidad de una mujer hacia su marido (cf. Jer 3, 20; Mal 2, 14; Ex 21, 8) y que evoca el sentido conyugal de la relación de Israel con Yahvé. En esa línea se sitúa la figura que sigue: ~yrIßz" ~ynIïb', hijos extraños, son aquellos que no pertenecen a la casa (Dt 25, 5), es decir, a la familia legítima, pues que no han brotado de una relación conyugal. De hecho, esta expresión es equivalente a la בּני זנוּנים de Os 1, 2 y 2, 4, aunque en sí misma la palabra zâr no evoca expresamente un adulterio.
Israel debería haber concebido y dado a luz hijos de Dios, manteniendo el pacto con el Señor; pero al apostatar de Dios ha engendrado una generación adúltera, hijos a quienes el Señor no puede reconocer como suyos. “La luna nueva les devorará”, es decir, devorará a quienes no actúan de un modo fiel. El sentido no es “ellos serán destruidos en la próxima luna nueva”, pues la palabra luna nueva recibe aquí el sentido de la fiesta, aludiendo al día en el que se ofrecían sacrificios (1 Sam 20, 19; Is 1, 13-14), de manera que la luna nueva está evocando los sacrificios que se ofrecían con esa ocasión.
El significado es por tanto el siguiente: vuestra fiesta sacrificial, vuestra adoración hipócrita no os traerá salvación, sino al contrario, será prueba de vuestro pecado. חלקיהם no son las porciones sacrificiales, sino las porciones hereditarias de Israel, las porciones o lotes de tierra que correspondían a cada una de las diferentes familias y clanes, de cuyos productos se ofrecían sacrificios a Dios17.
5, 8. El profeta ve en espíritu el juicio que está ya cayendo sobre la nación rebelde y por esa razón proclama la palabra de llamada: “tocad la bocina/sofar en (rp'Av)…”18. El toque de la trompeta (hr"Þc.cox]) era una señal por la que se anunciaban la invasión de los enemigos u otras calamidades (Os 8, 1; Jer 4, 5; 6, 1; Joel 2, 1; Am 3, 6), a fin de avisar al pueblo del peligro que les amenazaba. Estas palabras implican, por tanto, que los enemigos han invadido la tierra.
Gibeah (de Saul; cf. Jc 18, 28) y Ramah (de Samuel; cf. Js 18, 25) son dos lugares elevados, en la frontera norte de la tribu de Benjamín, que eran apropiados para dar señales, a causa de su situación más alta. Los habitantes de estas ciudades especiales, que no pertenecían a las diez tribus de Israel, sino a la de Judá, aparecen aquí para poner de relieve que el enemigo ha conquistado ya el reino de las diez tribus, de forma que ha llegado hasta el límite norte de Judá.
הריע, hacer una señal, ha de entenderse en el sentido de dar un signo de alarma, en el contexto de guerra ya evocado, como en Joel 2, 1 y en Num 10, 9. Bet‒haven es Bethel (Beitin), como en Os 4, 15, sede de la adoración idolátrica de los becerros de oro. La palabra בּית ha de tomarse aquí en el sentido de בּבית (en la casa, según Gesenius, 118, 1).
Las difíciles palabras (!ymi(y"n>Bi ^yr<Þx]a;, detrás de ti Benjamín, no pueden indicar la situación o actitud de Benjamín en relación con Betel o con el reino de Israel, ni que la invasión empezará por Benjamín, como supone Simson. En este contexto no se puede pensar en una indicación meramente geográfica o histórica. Estas palabras están tomadas más bien del antiguo canto de guerra de Débora (Jc 5, 14), pero en un sentido diferente al que allí habían tenido.
En el canto de Débora, esas palabras significaban que Benjamín marchó detrás de (en ayuda) Efraín, es decir, que se unió a Efraín en el ataque contra el enemigo. Por el contrario, aquí significan que el enemigo está llegando detrás de Benjamín, es decir, el juicio anunciado ha comenzado ya en la parte de atrás de Benjamín.
Aquí no hay necesidad de suplir otras palabras y decir: “el enemigo se eleva detrás de ti, oh Benjamín”, como proponía Jerónimo, o “la espada amenaza”, como sugiere Hitzig, pues lo que viene detrás de Benjamín está implícito en las palabras “haz sonar el cuerno…”, etc., pues esas señales anuncian lo que está viniendo ya contra Benjamín, que es la guerra, la invasión de los enemigos.
Según eso, no hay necesidad de suplir ninguna palabra, como sería “está” o “viene”. De esa manera, en Os 5, 8, el profeta no solo anuncia que los enemigos invadirán Israel, sino que las huestes por las que Dios castigará a su pueblo rebelde han invadido ya el reino de Israel, y que se encuentran ya en la frontera de Judá, para castigar también a este reino por sus pecados. Esto es evidente por Os 5, 9. 10, que ofrece una explicación práctica de Os 5, 8.