Читать книгу Comentario al texto hebreo del Antiguo Testamento - Profetas Menores - C. F. Keil - Страница 38
4, 11-14
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11 Fornicación, vino y mosto quitan el juicio. 12 Mi pueblo consulta a su ídolo de madera, y el leño le responde; porque un espíritu de fornicación lo hizo errar, y dejaron a su Dios por fornicar. 13 Sobre las cimas de los montes sacrificaron, y quemaron incienso sobre los collados, y debajo de las encinas, álamos y olmos, pues buena es su sombra. Por tanto, vuestras hijas fornicarán y vuestras nueras cometerán adulterio. 14 No castigaré a vuestras hijas cuando forniquen, ni a vuestras nueras cuando cometan adulterio; porque ellos mismos se van con rameras, y con malas mujeres sacrifican. Por tanto, el pueblo sin entendimiento caerá.
La alusión a la prostitución lleva a la descripción de la conducta idolátrica del pueblo en esta tercera estrofa (Os 4,11-14) que se introduce con una sentencia general.
4, 11-12. tWn°z>, zenūth es la prostitución, la conducta licenciosa en el sentido literal de la palabra, algo que se vincula siempre con un tipo de destrucción. La verdad profunda de esto es que destruye el poder mental, como se muestra en la locura de la idolatría en la que ha caído la nación. שׁאל בּעצו se vincula con בּיהוה, que es preguntar por una revelación divina a los ídolos hechos de madera (Jer 10, 1; Hab 2, 19), es decir, a los terafim (cf. Os 3, 4 y Ez 21, 26). Este reproche queda intensificado por la antítesis con “mi nación”, es decir, la nación del Dios vivo, mientras que sus leños son las maderas convertidas en ídolos del pueblo.
La frase siguiente (y el leño le responde…), con un verbo de futuro (dyGIåy:, de higgīd, como en Is 41, 22-23, etc.), se refiere según Cirilo de Alejandría a la práctica de la rabdomancia, que él considera invención de los caldeos y que describe como el gesto por el que se dejaban caer dos varas mantenidas en lo alto, mientras se recitaban diversos encantamientos. La respuesta oracular se deducía de la forma en que caían las varas, a un lado o al otro, a la derecha o a la izquierda.
El tipo de encantamiento y oráculo es semejante al que se utilizaba en otros tipos de varas oraculares14.
El pueblo actúa así porque está poseído por un espíritu de prostitución. En esa línea, el ‘~ynIWnz> x:WrÜ, rūăch zenūnīm, espíritu de prostitución aparece representado por un poder demoníaco que se ha apoderado de la nación. Zenūnīm incluye probablemente una prostitución carnal y espiritual, pues la idolatría (especialmente la de Ashera) estaba conectada con una gran licencia sexual. El objeto no expresado de התעה puede suplirse fácilmente por el contexto. זנה מתּחת אל, que se distingue de זנה מאחרי (Os 1, 2), significa prostituirse apartándose de Dios (como una forma de romper la relación con Dios).
4, 13. Los altos de los montes y colinas eran los lugares favoritos de la adoración idolátrica, pues los hombres pensaban que ellos se encontraban allí más cerca del cielo y de la divinidad (cf. Dt 12, 2). Por una comparación con esos y otros pasajes (cf. Jer 2, 20 y 3, 6) resulta evidente que las palabras siguientes (debajo de las encinas…) no están indicando que en el pico de los montes hubiera encinas y que allí celebraban su culto los fornicadores, sino que, junto a los picos de los montes y colinas, también los bosques de encinas de los valles se tomaban como lugares de adoración.
De esa forma, al citar en concreto a las encinas, a los álamos blancos y a los olmos (hl'Þae hn<±b.li) el autor está concretando las expresiones generales de Dt 12, 2; 1 Rey 14, 23; Jer 2, 20 y 3, 6) en las que se alude a todo tipo de árboles verdes. El autor selecciona a estos árboles porque en las tierras ardientes de oriente ellos ofrecen un lugar de sombra refrescante que llena la mente de un temor sagrado. על־כּן, por tanto, por esta razón, es decir, no porque la sombra de los árboles invite al misterio, sino porque los lugares para la adoración sagrada erigidos precisamente allí ofrecían una oportunidad para ello. Por tanto, las hijas y las nueras se entregaban allí a la prostitución. La adoración de la diosa de la naturaleza cananea y babilonia estaba asociada con la prostitución y con la relación con muchachas jóvenes y con mujeres (cf. Movers, Phönizier, i. pp. 583, 595 ss.).
4, 14. Dios no castigará a las hijas y a los jóvenes por su prostitución, porque los mayores actuaban todavía de forma peor. “Tan grande era el número de fornicaciones que el castigo no podía aplicarse pues no se podía esperar en la enmienda” (Jerónimo). Con las palabras כּי הם, se está indicando que Dios se aleja de la nación impía, porque carece de sentido dirigirse a ella o exigirle que se convierta, con indignación por su pecado, de manera que el texto sigue en tercera persona: “porque ellos mismos se van con rameras, y con malas mujeres sacrifican…” (los que pecan no son los sacerdotes, como supone Simson, sino los padres y maridos).
פּרד, piel, en sentido intransitivo, significa separarse, irse a un lado, con el propósito de estar a solas con las prostitutas. La frase “sacrificando con prostitutas tAvßdEQ.h (mujeres sagradas, qedēshōth, como las hetairai, cf. Gen 38, 14) puede indicar que había una costumbre de que los padres de familia venían con sus mujeres para ofrecer los sacrificios anuales, y las mujeres participaban en las comidas sacrificiales (1 Sam 1, 3).
Pues bien, acercarse al altar con hetairas en vez de ir con sus propias mujeres era el clímax de un tipo de “licencia desvergonzada”. Una nación que se había hundido en un pecado tan bajo y que había perdido toda dignidad debía perecer. לבט (cf. jbe(L'yI) tiene el mismo sentido que el árabe lbṭ, echar a la tierra, o en nifal, arrojar algo para su destrucción, destruirse (Prov 10, 8. 10).