Читать книгу Comentario al texto hebreo del Antiguo Testamento - Profetas Menores - C. F. Keil - Страница 35
4, 1-19. Pecados de Israel y visitación de Dios 4, 1-2
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1 Oíd la palabra de Yahvé, hijos de Israel, porque Yahvé contiende con los moradores de la tierra, pues no hay verdad, ni misericordia, ni conocimiento de Dios en la tierra. 2 El perjurio y la mentira, el asesinato, el robo y el adulterio prevalecen, y se comete homicidio tras homicidio.
Os 4, 1-5 forma la primera estrofa y contiene, por así decirlo, el tema, la suma y sustancia de toda la exposición posterior con la amenaza del castigo y del juicio. La palabra se dirige aquí al Israel de las diez tribus, como muestra claramente Os 4, 15. El Señor tiene una controversia con el pueblo y tiene que acusarle y juzgarle, porque la verdad, el amor/misericordia y el conocimiento de Dios han desaparecido de la tierra.
4.1. ds,x,²-!yaew>) tm,óa/-!yae yKi, porque no hay 'emeth ni chesed, palabras que aparecen frecuentemente asociadas, no solo porque son atributos divinos, sino también virtudes humanas. Ellas se utilizan aquí en ese segundo sentido, como en Prov 3, 3. No hay 'ĕmeth, es decir, fidelidad, tanto en palabras como en obras, de manera que nadie confía en nadie (cf. Jer 9, 3-4). Chesed no significa amor humano en general, sino amor a los inferiores, y a aquellos que necesitan ayuda y compasión. La verdad y el amor se condicionan mutuamente.
La verdad no puede mantenerse sin misericordia; y la misericordia sin verdad o fidelidad hace que los hombres sean negligentes, de manera que una virtud ha de estar vinculada a la otra (Jerónimo).
Ambas tienen sus raíces en el conocimiento de Dios, del que provienen (Jer 22, 16; Is 11, 9). En esa línea, el conocimiento de Dios no es simplemente “el descubrimiento de su naturaleza y voluntad” (Hitzig), sino la experiencia de su amor, de la fidelidad y compasión de Dios, que se apoyan en la experiencia de su corazón. Ese conocimiento no solo produce temor de Dios, sino también amor y fidelidad hacia los hermanos (cf. Ef 4, 32; Col 3, 12). Aquí faltan esas virtudes, por eso crece la injusticia.
4, 2. La enumeración de los pecados y crímenes más importantes comienza en infinitivo absoluto, para destacar con más énfasis los pecados que se evocan: hl{åa', de 'alâh, jurar, en combinación con vxeêk;, kichēsh, significa jurar en falso (como אלוה שׁוא en Os 10,4; cf. pasaje semejante en Jer 7, 9). Pero en este contexto no podemos tomar kichēsh como subordinado a 'âlâh, ni vincularlos entre sí, como si formaran una sola idea.
El jurar se refiere a no cumplir el segundo mandamiento, y bnOàg"w>, robar, se refiere al octavo. Los infinitivos que siguen enumeran los pecados contra el quinto, el séptimo y el sexto mandamiento. Con Wcr"§P', pârâtsū, el discurso continúa utilizando tiempos finitos (Lutero sigue aquí a los LXX y a la Vulgata, y conecta este verbo con lo que precede, pero está equivocado).
Los perfectos, Wcr"§P' y W[g")n", nâgâ‘ū, no son pretéritos, sino que expresan un acto ya completado, extendiéndose desde el pasado al presente. Pârats, que es rasgar, romper, significa en este caso una ruptura violenta con otras personas, con la finalidad de robar y asesinar, “enriquecerse como פריצים, es decir, actuar como asesinos y ladrones” (Hitzig), de manera que un asesinato sigue inmediatamente a otro (Ez 18, 10). ~ymiÞd"B, dâmīm, sangres derramadas con violencia, hecho sangriento, crimen capital.