Читать книгу Comentario al texto hebreo del Antiguo Testamento - Profetas Menores - C. F. Keil - Страница 39

4, 15-19

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15 Si tú, Israel, fornicas, que al menos no peque Judá. ¡No entréis en Gilgal, ni subáis a Bet-avén, ni juréis: Vive Yahvé! 16 Porque como novilla indómita se apartó Israel; ¿los apacentará ahora Yahvé como a corderos en ancho prado? 17 Efraín es dado a ídolos, ¡déjalo! 18 Su bebida se corrompió, fornicaron sin cesar; han amado sus escudos, han amado su vergüenza. 19 ¡Un viento los llevará en sus alas, y se avergonzarán de sus sacrificios!.

Comienza una nueva sección en la profecía, con el siguiente argumento: aunque Israel persista en su idolatría, Judá no debería participar en el pecado de Israel. Este es el tema de la cuarta estrofa que sigue, Os 4, 15-19.

4, 15. אשׁם, volverse culpable participando en la prostitución, es decir, en la idolatría de Israel. Esto se realizaba haciendo peregrinaciones a los lugares de la adoración idolátrica de aquel reino, es decir, a Gilgal, no al Gilgal que está en el valle del Jordán, al sur, sino a un Gilgal más al norte, sobre las montañas, actualmente Jiljilia, al sudoeste de Silo (Seilun, cf. Dt 11, 30 y 2 Rey 4, 38). En el tiempo de Elías y de Eliseo era la sede de una escuela de profetas (2 Rey 2, 1; 4, 38); pero después se convirtió en sede de una forma de adoración idolátrica, cuyo origen y naturaleza desconocemos (cf. O 9, 15; 12, 12, Am 4, 4; 5, 5).

Bethaven no es el lugar de ese nombre, mencionado en Js 7, 2, que estaba situado al sudeste de Betel, sino que, como muestran Am 4, 4 y 5, 5, era un nombre que Oseas había adoptado de Am 5, 5 para referirse a Betel (actualmente Beitin), para mostrar que Betel, la casa de Dios, se había convertido en Bethaven, la casa de los ídolos, pues allí había sido colocado uno de los becerros de oro (1 Rey 12, 29).

Jurar por el nombre de Yahvé había sido mandado por la ley (Dt 6, 13; 10, 20; cf. 4, 2); pero este juramento debía estar fundado en la fidelidad a Yahvé, como expresión de su adoración. En contra de eso, los adoradores de los ídolos no debían poner en su boca el nombre de Yahvé.

Este mandamiento de no jurar por la vida de Yahvé está conectado con los avisos y advertencias precedentes. Ir a Gilgal para adorar a los ídolos y jurar por el nombre de Yahvé son dos cosas que se oponen. La confesión de Yahvé se vuelve idolatría en la boca de los idólatras, un tipo de idolatría que es más peligrosa que la impiedad abierta, pues conduce a un adormecimiento de las conciencias.

4, 16. Aquí se da la razón para la advertencia anterior, indicando el castigo que ha de caer sobre Israel. סורר, indómita, opuesta a toda corrección (Dt. 21, 18; cf. Zac 7, 11). Si Israel se hubiera sometido al yugo de la ley divina, podría haber tenido lo que deseaba, y Dios le hubiera alimentado como a un cordero. Pero ahora Dios le abandona, de tal manera que se convierte en presa de lobos y de bestias salvajes; Dios lo deja en libertad, pero en libertad para el destierro y la dispersión entre las naciones.

4, 17. חבוּר עצבּים, “dado a los ídolos”, atado a ellos, de manera que no puede quedar liberado. Efraín, la más poderosa de las diez tribus, aparece con frecuencia en los profetas como signo y compendio de todas ellas. הנּח־לו, como en 2 Sam 16, 11 y 2 Rey 28, 18: deja que haga lo que quiera, que permanezca como está. Todo intento de separar a la nación de la idolatría resulta vano. Esa expresión, הנּח־לו, hannach-lō, no ha de entenderse necesariamente como si esta palabra estuviera dirigida a los profetas, sino que está tomada del lenguaje de la vida ordinaria y significa simplemente: deja que siga en la idolatría, pues el castigo no tardará.

4, 18-19. סר de סוּר, corromperse, degenerarse, como en Jer 2, 21. סבא es probablemente un vino fuerte, que emborracha (cf. Is 1, 22; Nah 1, 10); aquí significa el efecto de ese vino, que es la intoxicación. Otros exegetas toman סר, sâr, en el sentido usual de separarse, en la línea de 1 Sam 1, 14, y entienden la sentencia de un modo condicional: “Cuando su intoxicación cesa, ellos cometen prostitución”. Pero Hitzig ha indicado con gran precisión que es la misma embriaguez la que conduce a la vida licenciosa, y no a la templanza. Por otra parte, el reforzamiento de Wnëz>hi con el infinitivo absoluto va en contra de esa explicación. En esa línea, en Os 4, 10, el hifil Wnàz>hi se utiliza en sentido enfático.

Sea como fuere, el significado de la última parte del verso es un tema disputado, especialmente en relación con la palabra Wb±he que solo aparece aquí, y que no puede ser otra cosa que un imperativo de יהב (הבוּּ en vez de הבוּ), o una contracción de אהבוּ. Todas las restantes explicaciones son arbitrarias. Por otra parte, no podemos tomar la palabra como un imperativo regido por קלון, con lo que se confunde totalmente el sentido de la frase, que debería ser: “Amar a sus escudos, lo que es una vergüenza”.

Según eso, preferimos tomar הבוּ como una contracción de אהבוּ, y אהבוּ הבוּ como una construcción en forma pealal, según la cual la se repite la última parte del verbo plenamente formado, con la persona verbal como forma independiente (Ewald, 120), es decir: “han amado sus escudos, han amado su vergüenza”, una traducción que responde plenamente al contexto.

Los príncipes están figurativamente representados como escudos (como en Sal 47, 10), como fundamento y protectores del Estado. Ellos aman la vergüenza, en la medida en que aman el pecado que lleva a la vergüenza. Esta vergüenza arderá de forma inevitable contra el reino. La tempestad se ha alzado ya contra el reino, se abalanzará con sus alas Sal 18, 11; 104, 3) y les arrastrará (Is 57, 13).

צרר, atar, poseer. Rūăch, viento o tempestad, aparece como término figurativo en el sentido de destrucción, como רוּח קדים en Os 13, 15 y Ez 5, 3-4. אותהּ se refiere a Efraín, representado como una mujer, como el sufijo que se pone a מגנּיה en Os 4, 18. יבשׁוּ מזּבחותם, quedar expuesto a la vergüenza en cada uno de sus sacrificios, es decir, ser engañados por su confianza en los ídolos (bōsh con mim, como en Os 10, 6: hn"v.B'; cf. también Jer 2, 36; 12, 13, etc.) o descubrir que los sacrificios ofrecidos a Yahvé mientras que su corazón está unido a los ídolos no salvan de la ruina.

La formación plural זבחות se pone en lugar de זבחים, pero hay muchas formas análogas, y esto no nos permite alterar la lectura de la palabra y poner מזבּחותם, como hacen los LXX (ἐκ τῶν θυσιατηρίων), como propone Hitzig. La incoherencia de esta propuesta está suficientemente demostrada por el hecho de que no hay nada que justifique la omisión de la partícula מן, que sería necesaria en ese caso. Y las citas que propone Hitzig para justificar esa omisión (cf. Zac 14, 10; Sal 68, 14 y Dt 23, 11) están fundadas en interpretaciones falsas.

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