Читать книгу Comentario al texto hebreo del Antiguo Testamento - Profetas Menores - C. F. Keil - Страница 50
6, 8-9
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8 Galaad es una ciudad de malhechores, y sus huellas son de sangre. 9 Como se esconden los merodeadores, así se esconden los sacerdotes. Asesinan en el camino de Siquem; ciertamente hicieron infamia.
El profeta cita unos pocos ejemplos como prueba de esa infidelidad en estos dos versos.
6, 8. Galaad no es una ciudad, porque nunca se menciona como ciudad en el Antiguo Testamento, y su existencia no se puede probar por Jc 12, 7 y Gen 31, 48-49. Galaad es, más bien, un distrito, es decir, una zona espacial de Israel, y aquí se cita, con toda probabilidad, en ese sentido como sucede con frecuencia, para el conjunto de la tierra de Israel al este del Jordán20. Oseas llama a Galaad “ciudad” de malhechores en el sentido de lugar de reunión de malvados, con el fin de presentar a toda la tierra como llena de malhechores (como una ciudad que está llena de hombres).
עקבּה, denominativo de עקב, en el sentido de objeto lleno de señales de sangre. Pero esta sangre no se puede tomar como sangre de sacrificios idolátricos, como piensa Schmieder, sino que se trata de sangre de asesinato y de muerte de hombres. Resulta totalmente arbitrario relacionar, como hace Hitzig, esa sangre con la sangre del asesinato de Zacarías, o con la de una masacre que estaría relacionada con ese asesinato, o referirla como hacen otros a los acontecimientos sangrientos por los que Jehú aseguró su trono.
Los hechos sangrientos de Jehú tuvieron lugar en Jezrael y Samaría (2 Rey 9-10), y Hitzig solo ha podido trazar una conexión ente esos acontecimientos y Galaad a través de una falsa interpretación del epíteto que se aplica a Sellum (al llamarle Ben-yâbhēsh, en el sentido de hijo o ciudadano de Jabesh de Galaad).
6, 9. Los sacerdotes toman la delantera realizando esos crímenes, con la finalidad de robar a los viajeros y de matarles. חכּי, escrito así en vez de חכּה (Ewald, 16, b), es una forma irregular de infinitivo, en lugar de חכּות (Ewald, 238, e). ~ydIªWdG> vyaiø,'ish gedūdīm, hombre de bandas armadas, bandido de caminos, que se agazapa en espera de viajeros21.
La compañía (rb,x,, chebher, tropa) de los sacerdotes se reúne como un solo hombre. Ellos asesinan en el camino (derekh, acusativo adverbial) de Siquem, un lugar de los montes de Efraín, entre el Ebal y el Garizim, que actualmente se llama Nablus (cf. Comentario a Js 17, 7), que fue seleccionada como ciudad de refugio y ciudad levítica (Js 20, 7; 21, 21).
Muchos intérpretes modernos han pensado que aquí se está aludiendo a los sacerdotes de Siquem, que utilizaban los privilegios de su ciudad con el fin de encubrir los crímenes que hacían para beneficio propio, sea con los fugitivos que huían de allí (a quienes mataban, bajo la dirección de malvados que estaban mal dispuestos hacia ellos: Ewald) sea con otros viajeros, tanto por avaricia como por crueldad.
Pero, sin tener en cuenta el hecho de que aquí se confunden las ciudades levíticas con las ciudades sacerdotales (porque Siquem era solo una ciudad levítica y no sacerdotal), esta conclusión se funda en el presupuesto equivocado de que los sacerdotes que Jeroboán tomó del pueblo bajo, tenían lugares de morada especial, asignados a ellos, como los que había indicado el Levítico para sus sacerdotes.
El camino de Siquem se menciona así como lugar de ladrones y de atracos sangrientos, a causa de que ese camino iba hacia Samaría, la capital, y también por el hecho de que el camino que llevaba del norte hacia Betel, que era el lugar de adoración principal de las diez tribus, pasaba a través de esa ciudad.
La mayoría de los peregrinos que venían a Betel para las fiestas pasaban por ese camino; y los sacerdotes que habían sido tomados de las partes bajas del pueblo parece que se escondían en ese camino para robar a esos caminantes, y en caso de resistencia para matarles. El כּי que sigue pone de relieve la maldad de esos actos criminales. Por su parte, hM'ÞzI, zimmâh, infamia, se refiere probablemente a un crimen antinatural, como en Lev 1, 17; 19, 20.